Va a sonar exagerado, pero no
estoy muy lejos de la crucificada realidad de muchos; ya que como transeúntes
en la ciudad de Barranquilla, somos testigos que de metro a metro en los sitios
más concurridos hay un vendedor ambulante desafiando el intratable clima Caribe.
Y si sales o entras de un Centro
Comercial o un Supermercado, hay una mano extendida de hombres y mujeres
acompañados en muchos de ellos por infantes vendiendo artículos de consumo y
suplicando por la compra de un dulce o en su defecto por la compasión a una
moneda limosnera.
Y es muy difícil para uno
ayudarlos económicamente a todos, como tampoco, imposible desde nuestra
conciencia también ignorarlos a ellos. Ser uno un súper magnate para
socorrerlos. Uno sueña. Mientras ellos desesperan.
Y mientras tanto en la otra cara
de la moneda social vemos hechos bochornosos enviados para el resto del mundo,
ellos legisladores con la comodidad de sus prósperas alacenas, los vemos y los
oímos en medios de comunicación y en redes sociales.
Si, son dos líderes políticos que
deberían legislar en pro de la prosperidad nacional, sino que exportan la
vergüenza en el “ilustre” recinto del Senado de la República insultándose sobre
sus dudosos pasados de polémicos hechos electorales, judiciales, políticos y
casos de gerencia pública.
Y de lejos sabemos que en sus
venas carnales y su corriente política corre más el desquite del uno contra el
otro, y donde es más fácil reconciliar al tigre y al león en la selva, que
verlos a ellos en la "civilización" públicamente reconciliados.
Y en sus vanidades
irreconciliables mucho menos tienen el coraje de trabajar unidos por el bien
del país. Sino más bien, seguiremos viéndolos y oyéndolos desearse el mal más
que el bien.
Y se imaginan ellos mismos y
también de paso a sus áulicos contradictores en un presente futuro verse el uno
al otro en la cárcel en el menor de los casos, o muertos, quien sabe, por el
mismo deseo en la ira de sus extremos ideológicos.
Y de la misma crispación da grima
ver que un gran grueso de la ciudadanía, ya conquistados por cada uno de ellos
por su elocuencia intelectual, conciudadanos que esperan que del ganador entre
estas dos incontenibles contiendas iracundas salga el gran libertador social y
el sabio precursor de la prosperidad económica nacional.
Y mientras el signo milagroso del
ganador no ocurre, aquellos que se encuentran con desazón de hambre y de
"rodillas" con la mano extendida, seguirán en su insolvencia económica,
y su creíble esperanza es encontrarse en las calles a muchos nobles limosneros
transeúntes en las ciudades colombianas.
Y queriéndolos yo animarlos, y aunque
parezca intrépida mi fe escrita y sin obras sociales que mostrar, sabiendo que
el bochorno político carcome nuestra impotencia patriótica.
Pero el desánimo social no es mi
norte. Ni mucho menos hago parte de esta estéril polarización.
Consejo papal: Si nuestros
corazones se abren a la misericordia, si sellamos el perdón con un abrazo fraterno,
proclamamos ante el mundo que es posible vencer el mal con el bien.
1 Samuel 10:6 Entonces el
Espíritu del Señor vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y
serás cambiado en otro hombre.
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