sábado, 27 de abril de 2013

TRANSITANDO SOBRE LA PAZ



Valiente, arriesgado y sobre todo obediente a la Constitución Política que conmina a la consecución de la paz territorial en la Nación, que, pese a las realidades del terrorismo narcótico del conflicto interno colombiano ¡pese al riesgo! viene liderando con optimismo moderado el Presidente Santos hacia el anhelado acuerdo con las Farc.
Reitero. No es la panacea, es decir, el remedio que curará todos los males económicos, físicos y morales y, hasta espirituales que padece nuestra sociedad. Es bajarle el ritmo a las balas. Lo más soñado en la inmediatez. Ahora que los planetas están alineados, según la demostrada fe que también viene profesando el Presidente.
Entre los grandes y  malévolos problemas generados hacia la convivencia pacifista, están estos, los identificados de criminalidad provenientes de las guerrillas y la delincuencia común, que entre otros, pueden ser identificados y cuantificados por los índices de violencia rural y ciudadana.
Los mandatarios que han gobernado esta Nación entre sus 50 o más años de historia bélica, han podido identificar al enemigo, lo atacan con la Fuerza Pública, o dialogan con ellas para tratar de finalizar el conflicto, como en este caso actual con las Farc en la Habana.
A propósito. Traigo apartes de quienes en ella son protagonistas, ejemplo: Se ha querido difundir el mensaje de que la justicia y la paz son valores que se contraponen y que, por ello, para conseguir la segunda se debe omitir la primera.
Nada más alejado de la realidad. La justicia y la paz son fines que convergen, pues la construcción de una paz duradera y estable solo puede afincarse en criterios de justicia, verdad y reparación. Cada país, atendiendo a su contexto histórico, político y social, debe construir ese puente de transición. Ruth  Correa, Ministra de Justicia.
De la Calle, jefe negociador del gobierno, pide sensatez y cordura en este lado de la mesa. Quien recordó que el punto sexto del acuerdo de La Habana prevé un sistema de ratificación en virtud del cual serán los ciudadanos los que decidirán si los acuerdos a los que se llegue en esa mesa son aceptables para la sociedad colombiana, es la sociedad la que resuelve. Recortes de prensa.
Pero con la corrupción, que muchos sabemos que es más dañina a la sociedad que la bélica, sin desestimar esta última. Cuándo y cómo la han de identificar, atacar o dialogar para eliminar su actividad en su omnipresencia en todos los estamentos institucionales dentro del Estado.
Seguiré insistiendo como en mi artículo anterior, sobre la enquistada corrupción municipal que padecen, unas más que otras, nuestras regiones plagadas de desigualdades sociales. Para mermarlas contamos con una trilogía sistemática entre la democracia y la institucionalidad, actuando en:
Educar al pueblo para que elija a sus gobernantes con mejor objetividad y sabiduría, seguidamente, avivar la vigilia de las veedurías ciudadanas, y, como último filtro, el ejercicio preventivo de los Entes de control de la justicia, para que investigue, absuelva o castigue.
Esta larguísima y titánica tarea, podría durar con optimismo moderado, y que los astros sigan alineados a favor; no mayor que los 50 o más años de nuestra historia bélica.
Habrá posiblemente  menos gobernantes, de acuerdo al reformado articulito constitucional que benefició al anterior gobierno. Articulito que permite la reelección presidencial. Estos tiempos son necesarios cuantificarlos, para que no se afanen, los que ahora se ufanan ser los únicos salvadores de la patria.
¡Cuánto amo tu enseñanza! ¡Todo el día medito en ella! Tus mandamientos son míos para siempre; me han hecho más sabios que mis enemigos. Entiendo más que todos mis maestros, porque pienso mucho en tus mandatos. Salmo 119.
Saludo, Julio.

sábado, 20 de abril de 2013

ESCRIBIENDO LA NUEVA HISTORIA



Sufro repugnancias provenientes por una elección popular de un alcalde, como deben estar sintiendo también frustración muchos ciudadanos habitantes del municipio de Soledad Atlántico. Ahora que su alcalde actual, y algunos súbditos de su administración, están siendo requeridos por un Ente de Control disciplinario, por presuntas irregularidades en cinco procesos contractuales.
Repugno porque soy uno de los tantos, no, habitantes de esta tierra costeña que conoce casi de palmo las gravísimas calamidades sociales que padecen nuestros coterráneos soledeños. Uno creería que en su reciente historial sobre su administración pública, hubiesen los soledeños haber cometido un pecado capital, para tener que padecer tanta desidia y corrupción rampante, de una mala administración tras la otra.
Pero no es de extrañarse ya que semejante desidia administrativa y corrupción viven cientos de municipios en Colombia; siendo Soledad Atlántico, madre y padre a la vez. Cuna corruptible de esta región y de la nación. Ni las Diez plagas de Egipto, parecieran ser suficientes para librarlos de tanta indolencia de quienes la han venido saqueando, parapolíticamente. ¡Vergonzosamente!
En esta tierra municipal costeña, como en otras regiones, han de negociar delincuencialmente algunos candidatos para ganar las elecciones de Concejos y Alcaldía; se conoce de parapolíticos condenados e inhabilitados para ejercer cargos públicos; que pese a esto, manejan para sus intereses personales y electorales partidistas, las inversiones municipales de la salud y la educación.
Salmo, 119. _Felices los que atienden a sus mandatos y le buscan de corazón. Tú has ordenado que tus preceptos se cumplan estrictamente.  No tendré de qué avergonzarme cuando atienda a todos tus mandamientos ¡Quiero cumplir tus leyes! ¡No me abandones jamás!_
Sin salirme del tema, traigo a colación apartes de un trabajo periodístico de la prensa El Tiempo, con Título: Hijos de un militar y de líder de la UP, aliados por la paz. Siendo ellos: José Uscátegui, conservador, y José Antequera, militante izquierdista, quienes vienen pidiendo espacio político para los jóvenes.
Dos cartas hicieron que estos jóvenes, desde sus orillas, luchen juntos. Los dos se llaman José, son la viva estampa de sus padres y los dos han tenido que construir su vida en medio de las páginas de dolor que se han escrito en el conflicto, el mismo que ahora los acerca.
Pero son distintos. José  Uscátegui, hijo de militar de alto rango, el general Uscátegui –condenado a 37 años de cárcel por omisión en la incursión de ‘paras’ en la masacre de Mapiripán–, y José Antequera, hijo del líder de la Unión Patriótica, José Antequera, asesinado en 1.989 por orden de los paramilitares.
Uscátegui, es hoy el secretario de Relaciones Internacionales del Partido Conservador, y ha seguido una vida regida por la educación militar. Antequera es asesor del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, que busca procesos de diálogo y paz. Prensa.
La esperanza de los pueblos reposa en la juventud mental y espiritual de sus habitantes sin ninguna acepción cronológica de quienes la habitan. Aguarda en la memoria histórica colombiana, mucho sufrimiento consumido por mártires e injusticias de esta guerra fratricida; guerra que viene dejando tantos hijos huérfanos.
Mas son jóvenes que no han sucumbido para seguir un legado de lucha, por su libertad, el orden y la justicia. Reconciliándose como en Unidad ante las adversas situaciones de sus padres. ¡Ejemplarizantes sus iniciativas pacifistas pluralistas!
No consideraría menester pasar por el Congreso de la República para escribir la Nueva Historia Política colombiana. Ni afanarse tampoco en la elección de Gobiernos reformistas. Menester que los Entes de Control actúen en pleno ejercicio preventivo con justicia. ¡Cuando el pueblo! antes, ha sido engañado por la delincuencia  corruptible disfrazada de democracia.
Saludo, Julio

sábado, 13 de abril de 2013

ESTA ES UNA RECOMENDACION



Las arremetidas de los ex presidentes contra el actual Gobierno nacional en cuanto a la paz y al fallo de la Haya, deberían verse bajo sus franquezas, porque son sacadas desde los más profundos odios y celos viscerales de un ser humano, de la cual, no se reviste salvaguardar el buen nombre ni culto a la tolerancia.  
Cree uno que desde la Academia, donde necesariamente los ilustres exgobernantes –generalizando- pasan un buen tiempo para formarse, allá uno creería que no estar de acuerdo contra algo y contra alguien, se haría saber sobrepasando las vanidades y las emotividades. Con una objetividad que cualquiera diga, éste no es del montón, por lo formado y lo centrado para la crítica ante la sociedad.
Pero deben ser  los cálculos políticos electorales, los que no pasan por la distinguida Academia y, permiten ver lo que la conjunta opinión nacional e internacional leemos, escuchamos y vemos reciente y periódicamente. Lo anterior viene guardado en la reciente memoria  histórica colombiana ex-presidencialista, desde el Proceso 8.000, pasando por el Caguán y hasta la Parapolítica, lo visto, leído y oído hasta la fecha.
Se le tiene en cuenta el tintico ofrecido para que fuese ser sorbido en la misma mesa de la reconciliación, entre Santos, Uribe y Pastrana por iniciativa del Vicepresidente Angelino Garzón. Uno diría que mediar si estará en el pensum moral y social de la misma Academia; ¡pero Vice! esto es una contienda que se desprende de las entrañas de la carne humana, independientemente si se es gobernante o exgobernante, y que el fin de estas  contiendas deben llegar hasta herir las vísceras del contrincante. Irreconciliable además en la misma carne.
Podrá en cambio, estimado Vice Garzón, en mi imaginaria  prospectiva social, hacer como hizo Noé en su época quien dentro de su Arca salvadora, logró domar, por mandato y acompañamiento del Espíritu de Dios, conviviendo él y su familia con toda clase de animales  ¡incluyendo a los más salvajes!
_Y a causa del enemigo, tampoco había paz para los habitantes; y yo había puesto a los unos en contra de los otros. Pero ahora, para los que queden de este pueblo, ya no voy a hacer como en los primeros días. Porque la paz estará sembrada entre ellos. Yo el señor lo afirmo_ Zacarías, Cap. 8
En cuanto al proceso fallido de la Haya debe seguir la contienda jurídica en defensa del Estado para salvaguardar los derechos fundamentales de los pescadores quienes son nuestros hermanos de patria, los Isleños.
En cuanto al proceso de paz con la guerrilla de las Farc; la postura de la Procuraduría advirtiendo unas cinco posibilidades jurídicas de impunidad en el Marco Jurídico para esta negociación; acá el diálogo académico y jurista debe ser perentorio en su debate, sin celos, ni vanidades, ni mucho menos cálculo electoral alguno, solo con el fin de corregir el Marco de esta Ley, contrario, desmentir en su interpretación al Procurador.
Por el bien común debe llegar a un fin este conflicto colombiano, reclamándoles a los intelectuales de las Farc, algunos quizás también pasados por la Academia, para que sean más inteligentes todavía, alejados de las ansiedades que producen el llegar al  poder público en un santiamén, entiendan ellos mejor las oportunidades que les brindan estos tiempos proféticos.
Para los colombianos. Nosotros que todavía habitamos sus fatigados territorios. Para aquellos también que han emigrado al extranjero buscando mejores oportunidades para adquirir calidad y estabilidad de vida personal y familiar. Recomendación Bíblica. Invitándolos a leer y escuchar    con fe y esperanza, ésta profecía anunciada por Zacarías, en Todo su capítulo 8. Acá desde la academia de Dios.
Saludo, Julio.

sábado, 6 de abril de 2013

UNA TERCERIA POR DIOS


Todas las prevenciones posibles que tengamos muchos colombianos acerca de darle estatus político electoral a los dirigentes guerrilleros de la noche a la mañana, sería un exabrupto del gobierno que lo lidera. Oponerse entonces es lo más sensato en todas las posibilidades.
Pero ganar la guerra, o mejor, parar el conflicto armado durante décadas en una mesa de diálogos suscita unos compromisos mutuos, sería un gana gana, siempre y cuando predomine el rendirle tributo a la Verdad, a  la Justicia y la Reparación a sus víctimas. De ser así. Contrarrestaría en el tiempo y la historia todas nuestras prevenciones e incertidumbres posibles ante este Acuerdo.
Una Tercería a última hora para armar partidos y entrar en la ya polarizada contienda política presidencial, entre santistas y uribistas, sería igual, o aun peor, un exabrupto político de gran escala. Porque hasta estas alturas, ¿quién sería? ese gran líder, sabio y salvador para presentar soluciones  gubernativas creíbles ante tantas injusticias y desigualdades que padece nuestra sociedad. No creo en ese renacimiento de la noche a la mañana. Ojalá este equivocado, a bien de muchos.
Viene entonces un compromiso social democrático ineludible, en  que en el ciudadano recaiga toda la responsabilidad y la autonomía según el Artículo 103 de nuestra Constitución Política: Son mecanismos de participación del pueblo en ejercicio de su soberanía: el voto, el plebiscito, la consulta popular,  la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato.
Luego así, para qué temores, o mejor, el gran temor es ese abstencionismo y la ignorancia por lo apolítico de muchísimos conciudadanos. Que miedo elegir a siegas mas delincuentes –excepto nobles excepciones- para que nos hagan las leyes y nos mal manejen aun mas nuestros recursos de la inversión social. ¡El acabose!
Que pienso, así como escribo pareciendo ser  de la izquierda, del centro o de la derecha política colombiana. Ninguna de las anteriores. Que pretendo dejar de trabajar para el sector Privado y pasar al sector Público para adquirir una mayor experiencia en el tejido social, es una probabilidad propia dentro de mis posibilidades de fe.
Que he de militar  en un Partido Político –sin tergiversar mi filosofía-, y que he de hacer proselitismo electorales para ayudar a elegir concejales, alcaldes, diputados, gobernadores, senadores y hasta presidentes, es un deber inalienable para la calidad de un ciudadano colombiano que propende por enaltecer a todos los miembros de su comunidad, porque la  Constitución invita a: Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país.  ¿Entonces? Todas las anteriores.
Que soy uno más de esos católicos convencidos de que el Dios de la vida nos ha de salvar por los designios de su palabra y, por el compromiso mutuo y la disposición del escuchar y actuar con la fe; entonces, estoy entre esos inventarios. Que he de converger con la misma creencia incontrovertida de salvación cristiana con miembros de otras organizaciones religiosas. Todas las anteriores, también.
¡Una Tercería Por Dios! Despertando el monstruo del abstencionismo. Tiene que ser el Arma inmortal incontrovertible para animar a que el pueblo se eduque, se comprometa y se responsabilice por la elección de quienes se han de presentar para regir nuestros destinos como sociedad.
Solo así,  se podrá decir inequívocamente de que, la voz del pueblo, es en verdad, la Voz de Dios.
_Siento por Sion grandes  celos, celos furiosos. Y he de volver a Jerusalén, para vivir allí. Entonces Jerusalén será llamada Ciudad Fiel, y el monte del Señor será llamado Monte Santo. En aquel tiempo todo esto parecerá  imposible a los ojos de los que queden de mi pueblo, pero a mí no me parecerá_ Zacarías, Cap. 8.
Saludo, Julio.