Los colombianos irresponsables se
hacen notar en cualquier circunstancia. Ahora los vemos en las calles sin
ninguna protección de Bioseguridad frente a la Covid-19. Y para los gobernantes
locales, más pesares, deseando ellos que baje la curva de contagio e
implementar la reactivación económica.
Y por el otro lado de las
responsabilidades y las reglamentaciones que nos competen, la vida y la gracia
de Dios, en los últimos 30 años de mi existencia; se ha cumplido, con el mayor
respeto, la recomendación del Apóstol Pablo: En no ser carga para nadie: 1
Tesalonicenses 2:9.
Y es porque he llevado el pan a
mi casa con el sudor de mi frente, y dentro de este tiempo laborioso de treinta
años casi ininterrumpidamente en el campo Logístico, y simultáneamente, en las 2
últimas décadas he venido comunicando con insistencia y por todos los medios digitales
posibles; el urgente: Mensaje de
Reconciliación Nacional. Ya cumplidos, mis primeros 300 artículos oficiales en
mi blog personal.
¿Porque, quien niega que no sea
un tema urgente? Ahora que se viene un complemento más de la guerra fría en las
redes sociales, a causa de la serie de: Matarife. Un documental polémico, en
donde hay pesos y contrapesos suficientes para que esto se siga volviendo un
ring de boxeo, pero sin ganadores ni perdedores a la hora de que la Justicia no
le ponga punto final; condenando o absolviendo al señalado.
Y resumo a lo de Matarife en las
siguientes líneas: Porque estas confrontaciones con acusaciones judiciales
recalcitrantes, y que es la prueba reina de la noticiosa infografía jurídica de
impunidad en Colombia, porque por menos delitos señalados a una persona; pagan
penas muchos colombianos.
Lo grave es que está sumamente
comprobado que dentro del círculo ideológico donde están radicados los que
polarizan la política en el país; ni de un lado ni de otro, no saldrá nunca
jamás, la redención política para la Reconciliación Nacional.
Porque lejos estamos de esto: Es
necesario que El crezca, y que yo disminuya. El que procede de arriba está por
encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la
tierra. El que procede del cielo está sobre todos. Juan 3: 30-31.
Contrario acá por vanidad terrenal
de poder, por beneficios electorales partidistas, por mantener y conquistar más
electores, nadie va ceder terreno, sino hasta ver el otro culpado y condenado,
y luego tener el camino despejado para continuar sesgadamente su emancipación con
sus propios méritos caudillistas salvadores de la patria.
¡Ahora! La Reconciliación
Nacional no solamente está cimentada en la Verdad a la Justicia, y en que se
esclarezcan las acusaciones, ya sean condenados y reparadas sus víctimas, o
absueltos en caso de que la Justicia actúe con imparcialidad, con celeridad y
en Derecho. Algo poco visto.
Porque del otro lado de la
incredulidad de la tan anhelada Paz para Colombia, es que, con hambre pasada, y
la que está dejando esta pandemia; no habrá poder terrenal que la garantice, nunca
jamás.
¡Claro que esta pandemia de la
Covid-19 le trajo y le presentó al mundo hechos extraordinarios que la
humanidad en todo su conocimiento de vida, tendrá que reinventarse para poder
encontrar salidas a la emergencia económica!
Pero la Paz y su Reconciliación
Nacional, no la podemos esperar de los gobiernos y los líderes políticos, y
menos los que dividen. Hay otras voces en la tierra. Tanto como en el cielo.
Tú, en cambio, hombre de Dios,
huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor,
la constancia y la humildad. 1 Timoteo 6:11.