viernes, 5 de abril de 2024

PRIMERO POR LA PROVINCIA

Mientras espero decisiones positivas administrativas municipales sobre mi proyecto bibliotecario; mientras llega la respuesta para dialogar con el gobernador del Departamento del Atlántico, retorno a mis opiniones sobre temas del acontecer nacional.


Pasan los días, pasan los años, se cambian gobiernos, y los problemas sociales fundamentales siguen sin resolver, es más, el nivel de discusión en la escena de la democracia están cerrando los consensos y se agudiza la polarización política ideologizada.

Se acaban los argumentos técnicos para llegar a un acuerdo amplio entre quienes están en el más alto nivel intelectual nacional para resolver los temas más apremiantes para el país; al decir: "merma la fuente de agua para calmar la sed de una muchedumbre".

En cambio, mis propuestas de fe social argumentadas, causan tanto asombro, que, aún mis familiares y allegados cercanos no salen de su asombro porque un ser común de la provincia esté proponiendo ideas novedosas que no están en el plano nacional.

La historia política en Colombia ha intentado y terminado en fracaso por todos los medios para llegar a un justo y duradero acuerdo nacional entre el Congreso de la República, y quien esté de gobernante en la Casa de Nariño.

Es decir, han querido arreglar este país primero desde la cabeza para luego llegar a la cola, y a nadie se le ha ocurrido lo contrario; dicho esto, proponer llegar a una unidad provinciana entre los concejales de un municipio con su alcalde, e incluso, invitando al gobernador regional de turno.

De darse un ejemplo en un acuerdo de trabajo justo, transparente y deliberado entre los concejales de Sabanalarga, el alcalde, y el gobernador, yo, gratamente, llenaría mis crónicas redactándoles a mis lectores ese cuerpo político que buscan implementar en las capitales del país, infructuosamente.

Ahora bien, la propuesta de unidad regional ya tiene la primera piedra manifiesta en la licitación pública municipal presentada públicamente, y es la que yo, como ciudadano independiente, he presentado a la administración municipal de Sabanalarga.

Porque, el retórico acuerdo nacional de siempre, es sobre todo, para medir las fuerzas políticas electoralistas; los de la oposición para retomar o llegar al poder presidencial, y los del gobierno, para no perderlo.

A esta puja intestinal por el poder se van acrecentando las desigualdades sociales tras fracasos sobre fracasos, tras contienda sobre contienda.

No me vayan a decir que un acuerdo nacional o regional no debe tener como único principio fundamental la erradicación de la corrupción pública que se gesta a través de premiar el amiguismo político.

Hablo de quienes trabajaron en sus campañas electorales, y a quienes les dan los puestos sin idoneidad profesional o técnica, y a otros, los grandes contratos públicos sin rigor de justicia social.

Resumiendo todo, un acuerdo nacional o regional, tiene que estar sometido al escrutinio de la opinión ciudadana, que con objetividad e independencia vigila el trabajo de los funcionarios públicos, y a quienes le adjudican los contratos que deben mejorar la calidad de vida según el propósito social adjudicado.

Sorprendente. Increíble. Humanamente difícil de digerir. Porque la piedra licitatoria incorruptible de mi fe cívica, está radicada en quienes ostentan el cuerpo administrativo público de mi municipalidad, Sabanalarga, Atlántico.

Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. 1 Corintios 12:12.

Autor: *Julio De La Hoz Arévalo*