domingo, 26 de septiembre de 2010

TESTIGOS DE DIOS

La duda es la más acérrima enfermedad mental más grave de un creyente y el enemigo somático más interiorizado en la fe del ser humano.
Un revuelo ha causado, o causó, la afirmación de un científico de la ciencia moderna queriendo dejar al descubierto una duda social y universal a cerca de la real existencia de Dios como único amo y absoluto creador del universo.
Desde luego que no podría desaprovechar la ocasión aprovechando el titulo de este artículo para reseñar dos aspectos importantes y jubilosos en el certero golpe de la Fuerza Pública colombiana hacia el bunker de la madriguera del prontuario de las Farc, dándole de baja a uno de los jefes guerrilleros más sangrientos de todos los tiempos .Briceño o el alias Mono Jojoy.
Primero el símbolo bautismal del nombre de la Operación militar, Sodoma. Seguidamente, el fervor religioso mostrado por el jefe de la cartera de la Defensa ministerial, Rodrigo Rivera, al ponderar la custodia y la protección de los militares de la Operación a la fuerza divina de Dios.
Reseña. Sodoma y Gomorra son la representación legendaria del Génesis de una mal sana convivencia humana y es el sinónimo de la vida depravada de la trasgresión en los límites básicos de la moralidad y las buenas costumbres del hombre, y de una comunidad desaforada por el pecado. He aquí, que Dios la condena en anunciación del profeta Ezequiel.
De que se pondere el nombre de Sodoma como símbolo de la operación que resultó eficiente y eficaz. De que quien este hoy al frente y guiando la seguridad de nuestro entorno territorial, sea un ferviente y convincente de la existencia y de la manifestación espiritual de un Creador, es más que suficiente para que nuestra fe y nuestra esperanza, lo acompañemos a conducir en caminos más llevaderos. Sobre todo en un país con muchos brotes de Sodoma y Gomorra.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios los ha distribuido en la Iglesia: primeramente apóstoles, profetas y maestros. Después vienen milagros, el don de curar, la beneficencia y el de gobernar. ¿Acaso son todos apóstoles, o profetas o maestros? Luego, ambicionen los carismas de acuerdo a cada quien. Sigo citando las cartas de Pablo a los Corintios.
Pero si de equilibrio social se trata combatiendo al enemigo de la paz y las buenas costumbres en un país asediado por una variedad de trasgresiones a la tranquilidad y el desarrollo de nuestras generaciones presente y futuro, mas si este, u otro gobierno, pretende garantizar que sus habitantes respiren prosperidad por sus dos fosas nasales. Yo propondría que en la agenda de gobierno, se formalice una operación simultánea y sucesiva llamada Gomorra para combatir el desfalco de las arcas del erario de la Nación, en donde se despilfarran las oportunidades de la gran mayoría de los colombianos. Nota de cuidado. Luego que el triunfalismo es un enemigo silencioso de la paz, muchas grandes obras quedan por ejecutar.
Las grandes obras las sueñan los locos geniales; las realizan los luchadores tenaces; las disfrutan los felices mortales y las critican los eternos inútiles crónicos. Proverbio árabe.
Para una Unidad Nacional, se requieren creyentes que ambicionen dones y talentos para sanarle las heridas a una Nación con muchas décadas de sufrimiento y trasgresiones sociales. Animo.
Saludo. Julio.

domingo, 12 de septiembre de 2010

LEGALIZANDO LA VIDA

Cómo quisiera uno desde las entrañas del buen sentir social, no tener que opinar o escribir tan reiteradamente sobre dos temas álgidos y en contrasentido con un sano convivir, pero la realidad antisocial que generan la corrupción y la criminalidad en toda la región geográfica colombiana, nos lo impiden.
Hago gala de las buenas intensiones del gobierno Santos en su icono del Buen Gobierno al presentar ante los medios de comunicación previa a la presentación al Congreso de la República sobre un ambicioso paquete de medidas jurídicas y de procedimiento para combatir la corrupción en el país. Como es el anuncio de un llamado Estatuto Anticorrupción.
Propone el nuevo estatuto reformar el Código Penal al aumentar las penas de prisión de hasta 18 años para delitos relacionados con la corrupción frente a que el actual apenas contempla 12 años, e inhabilidad para ocupar cargos públicos hasta 19 años contra 12 que es el actual.
Además de las intensiones del gobierno actual con la presentación del paquete del Estatuto Anticorrupción, en particular, me sorprendente es el enérgico pronunciamiento del presidente sobre el tema patológico obsesivo de la corrupción -haciendo énfasis en el corrupto de cuello blanco- en las manos de quienes manejan los recursos estatales. Veo como que si el presidente quisiera recoger las banderas ciudadanas de aquellos 3.5 que le apostamos al discurso de la cultura a la legalidad, tema central de la oposición en las pasadas elecciones presidenciales.
Tan elemental saber es que la gran solución a la masa problemática de la corrupción en donde sabemos que no es suficiente con aumentar las penas para tratar de controlar la dilapidación de la corruptela, más específicamente en la contratación pública; sino es la prontitud de los entes de control y la justicia de hallar, capturar y resolver los delitos. Esto, mientras la trampa humana sea más sagaz que la misma ley.
Patéticamente: los entes de control hallaron después de 3 años un despilfarro administrativo por la compra de un software a razón de una ilegal negociación por $652 millones y les dieron casa por cárcel a 3 ex funcionarios de Redehospital, un ente creado para administrar los recursos de la salud en el Distrito de Barranquilla en la pasada administración. Era la plata para la salud de los más pobres marginados por la estratificación discriminada signada por la corrupción local. Para cualquier ciudadano, esto del atajo de la ilegalidad, no lo compone nadie, si es obvia su apreciación, puesto que la historia inoperante de la justicia no da tregua para la fe ni para la esperanza entre nosotros los humanos.
Hago gala y comparto esta reflexión: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡hay de mi si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo seria mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿Cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación de él. Porque siendo libre como soy, me he hecho al servicio de todos para ganar a los más posibles. Porque un atleta se impone toda clase de privaciones; Ellos para ganar la corona marchitable; nosotros en cambio, una inmarchitable. Por eso corro yo, pero no al azar; peleo, pero no contra el aire, sino en servicio, no sea que, después de predicar a los otros, sea yo el descalificado. Carta de Pablo a los Corintios.
Las desgracias pueden debilitar la confianza, pero no deben quebrantar las convicciones. Un pensamiento optimista para: Legalizar La Vida. ¡La nuestra!, primeramente.
Saludo. Julio.

lunes, 6 de septiembre de 2010

POR UN PAIS EDUCADO

Las reformas nos parecen plausibles, pero deben enfocarse desde la perspectiva del ciudadano. A mi juicio, el objetivo de las reformas constitucionales o legales a la justicia debe ser la realización efectiva del derecho fundamental de acceso a la justicia. La corte acoge con entusiasmo la propuesta del Presidente respecto de que no habrá regresión en materia de tutela, porque ello involucra la protección y la garantía de los derechos fundamentales. Para nosotros es crucial. Mauricio González Cuervo, presidente del alto tribunal, en entrevista con eltiempo.com.
El enemigo endémico de la justicia en una sociedad constituida por leyes y dentro de un trípode de poderes, es el contrasentido de los cuerpos judiciales y administrativos de sus gobiernos confrontados entre sí, mientras tanto, el terrorismo, el soborno y la impunidad son las ramificaciones criminales del árbol sanguinario dentro de un mismo Estado constitucional.
La historia del crimen es tan legendaria como el mismo surgimiento del pecado, Caín mató Abel, su propio hermano. La propagación de esta mentalidad se expande aun mas entre nuestras sociedades colombianas, las vemos hoy precisamente en las comunas de la ciudad de Medellín, jóvenes e infantes sucumbidos en la criminalidad como mercaderes del microtráfico.
La Corte Constitucional, la Corte Suprema y el Consejo de Estado y el Consejo de la Judicatura hemos venido dialogando sobre lo que se conoció como choque de trenes. A partir de la reforma de los reglamentos, hemos alcanzado una situación más armónica, que nos permite decir que las épocas de confrontación quedaron en el pasado. Hoy existe una gran voluntad de entendimiento para hacer de la tutela un punto de encuentro en el poder judicial y superar esas etapas. Argumenta, el Magistrado, González Cuervo.
Las confrontaciones entre gobiernos y las ramas de la justicia son y serán bizantinas mientras no cesa la horrible noche en el reino de la criminalidad e impunidad, más aun, estando comprometida la juventud infante entre nuestra propia hermandad comunitaria colombiana.
Luego el sistema impositivo de la justicia no debe ser una camisa de fuerza para cualquier ciudadano, sino pedagogía para un razonamiento del marco de la ley sin discriminación social para su aplicación justa, equitativa, eficiente e impecable dentro de sus escalonados pero desequilibrados estratos sociales. Fe por la justicia Por Un País Educado en donde no haya menester diario de violar o entutelar al Estado. No le demos más mente a tanta letra menuda.
Partiendo de que no somos miopes para opinar sobre los asuntos públicos, y que esto implica no ser un entusiasta soñador entre la armonía mostrada por las Cortes y el gobierno sobre la lucha frontal y decidida ante la ilegalidad y el asiento de la impunidad, mucho menos unos acérrimos escépticos sobre los diálogos armónicos enunciados ¡Sofisma o Esperanza! El debate.
Misión cristiana. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque solo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. ¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo? Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo. Carta de Pablo a los Corintios. ¿Quién dice Amen?
Simbolismo. Dentro de nuestros derechos fundamentales cristianos, bueno sería elevar tutela espiritual oracional a el Espíritu de Dios para que; Venga a nosotros la justicia de su Reino.
Saludo. Julio.