sábado, 16 de mayo de 2020

EL CAMINO QUE ANHELAMOS

Encontré este mensaje en una Red Social: Una verdad que nadie desmiente: ¿Una pandemia se acaba cuando todos se contagien, o cuando se descubra una vacuna?
Y lo cierto sin ningún descubrimiento científico es que la vida individual es una exposición ante infortunios casos, y por eso siempre estamos en riesgo de enfermedad y muerte. Y hoy la verdad social de apuño, es cuidarnos mutuamente y seguir avanzando con determinación de esperanza.
Y en el plano de la estratificación social en Colombia, antes, en la normalidad ortodoxa de la vida económica siempre estuvimos por debajo de la línea de desarrollo de otras naciones; y ahora que debemos enfrentar la crisis económica emergente en la post-pandemia, en su obviedad, es que seguiremos en desventaja por la aberrante desigualdad social traída en lastre.
Y para corroborar comparto un resumen estadístico de un curtido economista costeño: El anuncio del Gobierno de asumir parte de las nóminas de todas las empresas en medio de la crisis económica por tres meses, el total alcanza el 0,67 % del PIB.
Pero si nos comparamos con Perú, que tiene un ingreso por habitante menor que el nuestro, su gobierno está dispuesto a movilizar 12 % de su PIB. Y Trump, tiene autorización para gastarse el 15 % del PIB estadounidense para la recuperación de la economía.
Y entre muchas cosas de cambio cultural que habrá dejarnos la Covid-19, es desinfectar la palabra Paz en Colombia; porque desde el Plebiscito para concluir el Desarme de las Farc, hasta el día de hoy, hablar a favor o en contra de la Paz, parece ser una maldición ideológica y política de un bando contra el otro.
Un “incendio” más a la polarización política en este siguiente informe periodístico: En medio de la controversia por la firma de un contrato por $3.500 millones para reforzar la estrategia digital del presidente Iván Duque en plena pandemia –financiado además con recursos del Fondo Paz.
Este lunes se conoció un nuevo contrato, que también echa mano de ese fondo, para medir la percepción de la ciudadanía frente a las iniciativas y programas del Gobierno en el mantenimiento de su política de paz.
¡Pero escasos y en minoría de ecuanimidad a la Paz! Desde la ciudadanía y la opinión, libre e independiente, contribuir a la verdadera pacificación del país, no es solamente cuestionando las desavenencias e inapropiadas decisiones económicas de este gobierno, con todo lo que procede a la materialización y mantenimiento de los programas y proyectos sociales afines al Acuerdo del Desarme con los Ex-Farc.
También en medio de la crisis pandémica, no calculable en el tiempo pasado, habría que revisar los beneficios económicos que obtuvieron los miembros y máximos dirigentes y excombatientes, que hasta hoy, divaga la ciudadanía sin saber públicamente de los victimarios, sobre la rendición de cuentas de los compromisos firmados para atender con prontitud de los hechos a la Reparación de sus Víctimas.
En cambio, voceros y congresistas del hoy partido Farc, con desfachatez, algunos, pretenden enriquecer el debate parlamentario y su control político con su “honorabilidad moral y ética”, que a ningún camino de paz conllevan ni convencen.
¿Y desde cuándo empezaremos hablar unánimes de un verdadero Proceso de Paz; sin desconsiderar el valioso desarme de los alzados en armas?
Cuando los desvalidos sean atendidos y no llamados atenidos al gobierno -según la Vicepresidente los tildó- ¡Si a ellos! Que con políticas económicas justas, cese la pobreza.
Y en cuanto a mí, lejos esté de mí que peque contra el Señor cesando de orar por ustedes, antes bien, les instruiré en el camino bueno y recto. 1 Samuel 12:23.

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