viernes, 1 de agosto de 2014

EL FENOMENO DEL NIÑO



Quienes venimos de la provincia, siendo modelo cronológico de la década de los 60; adicional, nacido y criado en la Costa Caribe, que a pesar de ser ribereños, padecimos en el principio de esos  tiempos en el seno de nuestros hogares la sequía del agua potable, aseo y del alcantarillado ante la ausencia de este servicio público fundamental para la salud de la existencia humana.
Ya hoy algunas de estas poblaciones cuentan con este preciado servicio, en varios de estos municipios costeños que han lidiados ante el rezago de las desigualdades sociales de este país. Ya hoy deja de ser una de las consecuencias sociales adversas por las cuales uno tiene que verse obligado a emigrar de nuestros terruños, en la búsqueda incansable de nuevas oportunidades que logren ir dignificando la calidad de vida para nuestra convivencia familiar.
Ya hoy no es una causal de excusa familiar para no frecuentar –afortunadamente- nuestro terruño,  ante la necesidad de visitar la primera tierra que vieron nuestros ojos en los primeros días de nuestro nacimiento; porque ya hoy, quienes aún la habitan conjuntamente con las nuevas generaciones, cuentan con este preciado servicio público que logran aportarle a la esquiva dignidad de la convivencia humana en estas tierras del olvido.
Pasó que hace un poco más de una década que un grupo de sensibles parlamentarios costeños gestionaron recursos ante el gobierno Nacional para la instalación de un Acueducto Costero, cosa que en consecuencia con quien estaba de gobernante del Departamento lograron la implementación del mismo, y hoy por hoy, ciertos municipios que conforman esta Región gozan de un necesario y justo servicio de agua, aseo y alcantarillado en un gran porcentaje de cobertura entre sus poblaciones. Contrario que otros municipios aún, indignamente, viven en la cavernidad a falta de este preciado líquido.
El departamento del Magdalena, para poner el dedo en la llaga social entre otros de los municipios costeños que padecen de dicha sequía gubernamental, incluso como nosotros antes, aún  en tiempos de invierno.
Poblaciones que ahora en medio de la falta de lluvia, se han hecho visibles ante otras sociedades regionales y nacionales por el fenómeno ambiental que ya viene amenazando a toda la nación. ¡Ante esta calamidad!
Comparto: Monseñor Jairo, Arzobispo de Barranquilla, presidirá una Eucaristía este domingo  en la Catedral Metropolitana María Reina. Demás parroquias del Departamento se unen a la iniciativa en sus respectivos templos.
Testigos del impacto negativo que la temporada de sequía ha generado en el país y en nuestro territorio atlanticense, la Arquidiócesis de Barranquilla propicia una jornada de oración para suplicar a Dios el don de la lluvia en Colombia, de manera especial, en el Departamento del Atlántico, donde estamos sufriendo el dolor de nuestros hermanos campesinos y  de los animales que han padecido la muerte por la falta de agua. Prensa arquidiocesana.
¡Insisto prioritariamente! El campeonato mundial que tenemos que ganar, literalmente hablando, es el de la honrosa gobernabilidad. Pues en la vida pecaminosa del pueblo de Dios que se relata en la historia sagrada de la Biblia, ha llovido sobre cualquier sequía, por solicitudes de la fe; pero trayendo a colación de un decir muy popular; es mayor conveniente enseñar a pescar que regalar el pescado. ¡Moraleja! Primeramente gobernabilidad ambientalista.
¡Insisto! No es hora de llorar por un pasado en el que se nos negaron oportunidades de desarrollo. Es hora de la unificación de nuestra activa fe. ¡Ante Dios! no habrá obstáculos que nos detengan.
_Yo fui quien lo anunció a Sion desde el principio, y quien envió a Jerusalén un mensajero para decirle que su gente pronto volvería. Profeta, Isaías, Cap. 41.
Saludo, Julio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario