Para el Buen Gobierno del
presidente Santos, basado en sus tres pilares para la gobernabilidad anunciados
en: Paz, Equidad y Educación. Extraigo una determinación desde la lactancia de
su discurso de posesión para este nuevo cuatrienio, y es cuando entre otras
palabras, el presidente Santos dijo: Ya es hora de que no le digan al
gobernante del Estado colombiano, cómo voy yo ahí.
Es todo lo contrario. Cómo
podemos todos los colombianos aportarle al desarrollo a este mismo Estado. Siendo
parte de las soluciones desde cualquier ángulo ciudadano. ¡Intuí
inmediatamente!
La autocrítica y su reflexión
recaen inmediatamente en sí mismo, para el trabajo de su coequipero, su
gabinete ministerial y todo su entorno de maniobra ejecutiva.
Y si hay algo que desencadena la
gobernabilidad y la democracia, es precisamente la falta de libertad política
para armar un equipo idóneo del conocimiento y las buenas prácticas públicas;
porque estas estrecheces políticas de las recomendaciones y los compromisos
previos electorales, son precisamente en donde el ciudadano del común y, en
forma generalizada, desaprueban la gobernabilidad y de paso; la democracia y su
elección popular no es un mecanismo confiable.
Desmarcarse de su círculo partidista político es
más que un acto de valentía, es más bien, el dominio en sí mismo en bien de la grandeza
para la gobernabilidad, la eficiencia y la transparencia. ¡Un escenario
anhelado aun por conocerse totalmente! La incógnita democrática aún por
resolver.
El presidente Santos y la Alianza
Verde instalaron recientemente una mesa de concertación sobre temas específicos
en los que, sin necesidad de que este partido entre a la coalición de Gobierno,
se buscarán acuerdos para trabajar conjuntamente.
Los temas acordados, según una
declaración que se dio en la Casa de Nariño al término de la reunión, son
reforma política y equilibrio de poderes; educación; salud; descentralización
con énfasis en la región Pacífico, ambiente y cambio climático.
Queremos ver en qué puntos al
país le conviene que podemos trabajar juntos, sin buscar puestos en el Gobierno
o cuota burocrática, precisó Santos, quien añadió que la Alianza Verde va a
mantener su independencia crítica. Prensa.
La lógica y costumbre es que el
gobernante elegido en democracia gobierne con sus afectos ideológicos entre los
partidos políticos que lo apoyaron. Mas una cosa es dejar contentos
–burocráticamente hablando- a un grupo político sin tener en cuenta capacidades
y conocimiento de causa y, sin principios mínimos de eficiencia.
Y quien así lo hiciere, es darle la espalda –como lo
hacen los indolentes- al resto mayoritario de los ciudadanos que libremente
apoyaron su programa de gobierno. No se necesita frotar una bola de cristal
siquiera, para vaticinar su desenlace final.
¡Intuyo e insistiré! Que el presidente Santos, desde la lactancia
del discurso de posesión, ha entendido que la gran mayoría de ciudadanos quienes
optamos por su apuesta de gobierno pacifista, ahora de nuevo en el trono
presidencial, no fue para honrar a un pequeño grupo selecto de la política
entre sus aliados.
¡Intuyo a la vez! Que el
presidente Santos sabe que cuenta con un apoyo en un consenso frágil pero incondicional
con los ciudadanos y los partidos políticos que lo acompañamos a la hora de
buscar el fin del conflicto con los grupos ilegales y criminales. Pero ciudadanamente,
limitado y condicional en lo social.
¡Sepa el presidente! Que la honra
al país no es solo desarmar a los violentos en armas.
_La sabiduría perfecta consiste
en honrar al Señor; ella acompaña a los fieles desde el seno materno. Puso
entre los hombres su hogar para vivir siempre allí. Al que honra el Señor, al
final le irá bien_ Eclesiástico, Cap. 1.
saludo, Julio.
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