sábado, 29 de febrero de 2020

PRO VIDA VERSUS PRO MUERTE


Sobre la polémica nacional del aborto, voy a entrar a “exagerar” haciendo una comparación contra la dirigencia pública y política del país; y es que abiertamente hay una férrea defensa sagrada verbal como sujetos pro vidas preservando toda fecundación maternal, pero ya sobre lo social dualmente son pro muertes en corrupción a la hora de legislar y administrar los recursos públicos, dirigidos específicamente para la niñez del país.

Entendido de que la vida es sagrada, y para nosotros los creyentes, solo Dios es amo y Señor desde la gestación del vientre de la madre, hasta los últimos días de vida de nuestra existencia. 

No obstante, como sociedad a la que se pertenece, en un Estado Social de Derechos, una criatura mal formada desde su nacimiento, sus padres, van a necesitar para la crianza, más recursos económicos que un niño sano físicamente.

Y si su fecundación maternal fue bajo un hecho condenable de abuso sexual contra la madre, para tratar su trauma psicológico desde su gestación y crecimiento del niño, el Estado debería garantizar y proveerle todos los modos y medios posibles de adquisición de los recursos económicos suficientes para que su trauma sea tratado con especialistas y la crianza sea más llevadera hacia la dignidad.

Dicho lo anterior; de nada es valioso apoyar a cierta dirigencia administrativa y política, que proclamándose pro vidas defensores para una legislatura constitucional antiaborto sagrada del Estado colombiano, empero, a la vez, son pro muertes a la hora de saquear el erario -tesoro público- donde deben reposar y ser custodiados sagradamente la inversión a la niñez, a los más desamparados, primeramente. 

¡Y vaya ironía! Porque influyentes sociales quienes abiertamente promueven el aborto, una de ellas, Claudia López, alcaldesa de los bogotanos; hoy lidera una confiable aprobación ciudadana de su mandato, y debe, como ella se proclama, una gobernante anticorrupción, velar por los recursos públicos, precisamente, para la niñez de la capital.

¡Ahora! En temas de paradojas y de encuestas de desaprobación ciudadana para los gobernantes, les traigo esta comparación fehaciente, y de nada exagerada, de que lo que le cuestionamos a los demás, para hallar una conveniencia a futuro, terminamos con consecuencias en las mismas condiciones. Lo siguiente:

Algunos recordamos que, a la terminación del mandato de Santos, su desaprobación fue de 72%, la más alta desde cuando asumió la presidencia. Versus. Hoy la desaprobación del presidente Iván Duque escala al 71 %: Gallup Poll. A un punto de igualarla. Duque contradictor acérrimo de Santos.

Algunos analistas políticos bien podrán poner las diferentes consecuencias del uno con el otro, pero a la postre, es la misma ciudadanía quienes siguen en una desesperanza del mismo país gobernado por ambos. Y socialmente, para la población más necesitada, sus gobiernos, literal, son pro muertes.

¡Ahora! bíblicamente ¿Qué enseñanzas contrarias hay? Si queremos tener gobernantes encuestados por solidaridad y esperanzas-; pues acuérdense creyentes; 1 Samuel 24: David pudo eliminar a su rey Saul, pero perdonó su vida, esperó su sagrado cuarto de hora y, gobernó con pundonor, y de su descendencia lo sucedió su mismo hijo, el sabio Salomón. 

Pero nuestra realidad es tozuda de como vemos subir al trono a nuestros mandatarios, porque la misma metodología de la democracia participativa está viciada y salpicada de criminalidad. Desde la elección del primer y hasta el último presidente.

¡Mi pueblo está lleno de hipócritas! Acuden al templo cada día y les encanta oír la lectura de mis leyes, como si fueran a obedecerla, como si no menospreciaran los mandamientos de su Dios. ¡Qué afán muestran porque se les enseñen leyes justas, y les encanta estar cerca de mí! Isaías 58:2.

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