jueves, 6 de diciembre de 2018

EN LOS ZAPATOS DEL OTRO

Ante tantos escándalos de corrupción que llegan y sacuden el recinto "sagrado" del Congreso de la República. 

Y como de espectadores inermes tienen al frente a una comunidad que ve y oye el desprestigio ético en quienes recae la administración pública y la justicia. Que por sus rampantes escándalos son citados infructuosamente a debates de responsabilidad administrativa.

Y es por lo que no vemos desde la independencia ciudadana un horizonte de anticorrupción que logre llenar nuestras expectativas y renazca la esperanza a este país. 

Y las encuestas de favorabilidad se ensanchan vertiginosamente en los tiempos de las contiendas electorales. Pero ya en el poder, y en la percepción ciudadana de cómo se ven como gobernantes y que rumbo lleva el país, en las postreras encuestas se escurren y se desvanecen por la forma clientelista de gobernar.

Pero la preocupación política y económica del país también está representada en quienes del mismo gremio empresarial o financiero o sector político afín a los escándalos se calzan los zapatos del otro para defender lo indefendible careciendo de la autocrítica como esencia ética.

Y en un país polarizado hasta los tuétanos; al final del día y su horrible noche, aunque socialmente le pongamos fe al amanecer, uno no sabe en qué lado de los "zapatos" ideológicos de la política, lado izquierdo o lado derecho, saldrá y vendrá más indignación nacional.

Y ese humo negro del debate destructivo no ha dejado o permitido ver un nuevo horizonte moderado, ético, decente, pacífico, profético, paciente, sincero y constructivo.

Anteponiendo la presunción de inocencia. El derecho al debido proceso. A la libre defensa de los acusados. Y que luego de su "inocencia" los haga ponerse en los zapatos de los indefensos, desprotegidos y sufridos a causa del siniestro de la corrupción, el delito y la impunidad de la cual ahora son señalados.

Pero no llegaremos a la verdadera Reconciliación Nacional de esta manera: De denuncia en denuncia. De "perseguidos" políticos. De castigo en castigo. Del ojo por ojo. De impunidad sobre impunidad. De aplausos y respaldos. De risas y sarcasmos. De derechista contra izquierdista. De "buenos" contra malos. De "justos" contra pecadores. De "ángeles" contra demonios. De atizadores de leña para quemar al otro. ¡Y menos! de caudillos endiosados e intocables.

Sino que por fe siendo pacíficos llegaremos a ganar y alcanzar misericordia siendo gobernados por la justicia. Y hay tiempo aún para confesarse y llegar al arrepentimiento en el corazón.

Pero depende de una reacción sabia y oportuna de la conciencia de quienes estamos, o mejor dicho, están, de alguna manera, siendo señalados por un mal proceder. Por estar en el lugar equivocado. Por egoístas y avaros. Por culpas o por omisiones.
Y a cada quien le llega su San Martín; permanece un famoso, prudente y profético adagio católico.

Papa Francisco: Este Adviento, hazte pequeño, hazte humilde, hazte servidor de los demás y el Señor te dará la capacidad de comprender cómo se hace la paz.


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