Para mi
corto nicho de lectores va este titular; y es para confirmarles que NO tengo
aspiraciones a cargos públicos vía elecciones populares ni en el corto ni a
largo plazo.
En la
obviedad del lector y su juicio y conclusiones de mis reiteradas críticas de
opinión a las malas prácticas de cualquier gobierno de turno en su delito
contra la administración pública permanente.
Cuestionar
y, a la vez tratar de presentar, desde el sector privado, queriendo
modestamente mostrar a manera de fe soluciones a las incontables necesidades
básicas de los sectores más populares de nuestra insensible desigualdad social
en cada una de las regiones.
Desisto
en mi imaginación de que en algunos de mis “fans” de lectores alguien se halla
hecho la idea de alguna candidatura de elección popular mía hacia algún cargo
público; y este titular lo “decepcione”. Y siendo más atrevida mi imaginación, que
alguien se sienta tranquilo, algún candidato aspirante desde mi Región Costeña
“complacido” con esta confirmación para NO aspirar a cargos públicos en esta desventajosa
y fraudulenta democracia.
¿Pero para
qué ser candidato? Si ya hay mucha gente valiosa entre todos los partidos
políticos en el país; unos más que otros, que primeramente no se desesperan por
llegar a un cargo público con el solo hecho del Todo Vale y a cuestas del
"favor" de los "patrióticos" Barones electorales.
Los más
pacientes esperan un verdadero Compromiso Ciudadano de parte del electorado en
general para que en cada región se les escuche con libertad y sin
constreñimiento al ciudadano, y sin dádivas, sino que sean tenidas en cuenta
sus propuestas de campaña y que sean valoradas no por el partido o el líder
político que los representan.
Y esa
labor de convocatoria ciudadana de fe por la justicia y la solidaridad al más
necesitado, suele ser más imprescindible y fundamental que una aspiración
personalizada. Por estos medios llevo casi dos décadas en esto.
Y en
verdad hay mucha gente valiosa con ganas de servir en el arte de la política,
pero sus miedos y temores ante una realidad amenazante y criminalizada se los
impiden.
Y es que
ocupamos los primeros lugares en el ranking mundial de los más
"felices" y nada hemos podido cambiar nuestra imagen generalizada en
el exterior de violentos y de ser una narco-sociedad; porque seguimos siendo enemigos
y engañadores entre nosotros mismos.
Pero
seamos realistas que cambiar la cultura de la amenaza y la muerte al
"enemigo" político para ser o verse como el más grande; nos va a
costar un "ojo de la cara" de tolerancia y sagrado sacrificio
ciudadano.
Porque es
tan fácil engañar al otro en campañas políticas. Todos lo sabemos. Pero hay
regiones donde el engaño político electoral poco prospera. !Entonces¡ Hay que
copiar y pegar. Tarea titánica de acuerdo a la región donde viva y aspire el
candidato.
Papa
Francisco: Rezar significa llamar a la puerta de un amigo. Dios es nuestro
amigo.
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