No seré
candidato, eso está categóricamente claro. Pero el deber ser del ciudadano
activo en la política, desde donde uno esté radicado, ejerciendo la actividad y
responsabilidad ciudadana que hace parte del elector como constituyente
primario, y que en mí fe es imprescindible. Por lo anterior. Seguiré ocupándome
en la política.
Pero sí
les quiero compartir mi génesis testimonial político: En mis inicios como
escritor de opinión me ilusioné queriendo ser candidato a la alcaldía de mi
tierra natal; Sabanalarga Atlántico.
Pero
pretendía llegar al cargo de la misma manera como solo puede llegarse a un
mando de administración pública en esta Región, que es con el visto bueno de un
Barón electoral influyente. ¡Grave error! No llegué ni a inscribirme. Favor que
le debo a la vida.
Porque
para entonces, desde siempre y hasta ahora, desafortunadamente acá en Colombia
y radicalmente en la Costa Caribe no llegas a un cargo importante de elección
popular sin el guiño y bajo el empuje de las triquiñuelas electoreras
fraudulentas.
Dedo en
la llaga. Ironía de la vida. Los hechos nauseabundos de corrupción electoral en
esta Región Caribe anunciados anteriormente por el Fiscal General de la Nación
en plena campaña presidencial. Hechos impunes a la fecha de hoy.
Y ahora,
este mismo Fiscal se encuentra en el ojo del huracán ante la presión y
objetividad de la opinión pública independiente que le exige a la justicia
claridad sobre hechos criminales ocultos y nauseabundos cercanos a su
profesión.
Pero no
es el primero ni el último escándalo de un personaje con un alto grado de mando
en las funciones públicas del sector ejecutivo, legislativo y judicial.
Cómo
tampoco será el único y el último encubrimiento respaldado políticamente entre “dignidades”
afines al: yo te elijo y tú me eliges.
Y los afanes
de la NO impunidad un alto sector político populista solo quiere y se esmera
por ver ejecuciones de justicia sobre los delitos cometidos en las guerrillas y
narcotraficantes.
Y
mientras tanto el ciudadano de a pie se pregunta: Y dónde está el resto de la delincuencia
impune en Colombia. A ellos los cito al Evangelio: Donde se reúnen los buitres,
allí están los cuerpos.
Impunidad
de la cual no avanzamos: Ni movidos por la fuerza y poder misterioso en la fe por
justicia. Ni por la ejecución del Imperio de la Ley. Ni en decisiones
ciudadanas acertadas en las elecciones populares. Ni en Consultas Democráticas
para poder removerlos de sus cargos.
Y pasa el
tiempo en días, meses y décadas y no vemos renovación política a la vista y, en
cambio las influencias de hechos nauseabundos, que como el camaleón se van
transformando y que hacen que la gente popular tenga una percepción insalvable
e inviable en esta Nación.
Papa
Francisco: El Reino de Dios está entre nosotros. No es espectacular. Crece en
silencio, a escondidas, mediante el testimonio, la oración y la atracción del
Espíritu.
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