viernes, 6 de junio de 2014

TESTIGOS DE LA ESPERANZA

Sin duda alguna, Colombia un país de contrastes. Hemos sido bendecidos con las riquezas de la naturaleza. La diversidad cultural es una constante entre las regiones.
Dios viene dotando de talentos a diversos colombianos, que según la tenacidad de su disciplina, la vida misma los viene premiando y vienen en influencia creciente poniendo en alto el buen nombre de la patria, sobre la estigmatización generalizada de la narco criminalidad que la opinión internacional nos endilga en distintos escenarios.
Porque no hemos tenido la dicha completa de un impacto político y social de ningún nivel nacional o internacional que logre desvanecer la apatía nacional ante la hostilidad de nuestra convivencia. Pero es un sueño, que en particular, no desestimo por más perversa que muestre la insensibilidad de nuestra raza humana. Superar el todo vale en la política electoral, sería un salto y principio superior que tendremos que demostrar.
¡Fácil es! Seguir siendo borrego del discurso de la desesperanza y la desinformación de algunos líderes influyentes. ¡Pero! Lo radical si es amarrarse las manos, literalmente, para no hacer parte de ningún comité de aplausos, y desatarlas hasta cuando veamos que ningún colombiano, infante o avanzado en su edad, se acueste sin comer a falta de un nutrido bocado de comida y un techo digno donde recostar su cabeza.
Me inspiró el nombre de este titular una prédica del padre Linero ante unas quince mil personas congregadas en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, por la conmemoración de Pentecostés. Linero quien manifestó ante esta comunidad la necesidad de ser testigo de la esperanza, entendiéndole a Linero que solo seria  en el rango religioso y espiritual, ya que hizo  énfasis de no depositar su confianza en la política colombiana. Pero si confiado en el poder de Dios sobre los hombres.
Mas tarde, Monseñor de Barranquilla, exhortó, a mi manera de entender y con mis propias palabras edito; intuyo Monseñor  trató de decir: De que nos viene un compromiso, un partido con la democracia colombiana, y la tarea más conveniente para el País, es apostarle a la esperanza, pero sin nombrar candidato alguno. ¡Fácil! Entender el  guiño de Monseñor.
Me complace sobremanera la madurez política como el presidente-candidato, Santos, calificó el apoyo electoral de la excandidata presidencial Clara López, decidida hacia la terminación de nuestro conflicto interno armado. Clara, quien desde su  niñez imploró a Dios, la  pacificación de nuestro pueblo.
Para ser testigos de la esperanza, entre la comunión de Dios y el hombre, les comparto este prólogo de la traducción de la Biblia, Dios habla hoy. En primera de Samuel:
Samuel es considerado a la vez como el último de los caudillos y el primero de los grandes profetas de Israel. El primero de los libros que llevan su nombre marca el paso entre el anárquico periodo de los caudillos y el establecimiento de la unidad bajo un rey escogido por Dios y consagrado por un profeta.
Luego se describe la patética decadencia que va sufriendo Saúl en su carácter y reinado, ilustrado por la hostilidad y persecución de que hace objeto a David. Por eso David llega a convertirse hasta en guerrillero y mercenario de los filisteos.
El establecimiento de la monarquía aparece en el libro como una concesión de Dios a la petición del pueblo en ese sentido, pero sin que él renuncie a su autoridad soberana como el verdadero rey de Israel, a quien, por encima de toda autoridad humana, el pueblo debe obediencia y lealtad absoluta.
El mensaje central del libro es que la fidelidad a Dios, trae bienestar y prosperidad, en tanto que la desobediencia acarrea desastre y sufrimiento.
Saludo, Julio.

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