Sin duda alguna, Colombia un país
de contrastes. Hemos sido bendecidos con las riquezas de la naturaleza. La
diversidad cultural es una constante entre las regiones.
Dios viene dotando de talentos a
diversos colombianos, que según la tenacidad de su disciplina, la vida misma
los viene premiando y vienen en influencia creciente poniendo en alto el buen
nombre de la patria, sobre la estigmatización generalizada de la narco criminalidad
que la opinión internacional nos endilga en distintos escenarios.
Porque no hemos tenido la dicha
completa de un impacto político y social de ningún nivel nacional o
internacional que logre desvanecer la apatía nacional ante la hostilidad de
nuestra convivencia. Pero es un sueño, que en particular, no desestimo por más
perversa que muestre la insensibilidad de nuestra raza humana. Superar el todo
vale en la política electoral, sería un salto y principio superior que
tendremos que demostrar.
¡Fácil es! Seguir siendo borrego
del discurso de la desesperanza y la desinformación de algunos líderes
influyentes. ¡Pero! Lo radical si es amarrarse las manos, literalmente, para no
hacer parte de ningún comité de aplausos, y desatarlas hasta cuando veamos que ningún
colombiano, infante o avanzado en su edad, se acueste sin comer a falta de un nutrido
bocado de comida y un techo digno donde recostar su cabeza.
Me inspiró el nombre de este
titular una prédica del padre Linero ante unas quince mil personas congregadas
en el Estadio Metropolitano de Barranquilla, por la conmemoración de Pentecostés.
Linero quien manifestó ante esta comunidad la necesidad de ser testigo de la
esperanza, entendiéndole a Linero que solo seria en el rango religioso y espiritual, ya que
hizo énfasis de no depositar su
confianza en la política colombiana. Pero si confiado en el poder de Dios sobre
los hombres.
Mas tarde, Monseñor de
Barranquilla, exhortó, a mi manera de entender y con mis propias palabras edito;
intuyo Monseñor trató de decir: De que
nos viene un compromiso, un partido con la democracia colombiana, y la tarea más
conveniente para el País, es apostarle a la esperanza, pero sin nombrar
candidato alguno. ¡Fácil! Entender el guiño
de Monseñor.
Me complace sobremanera la
madurez política como el presidente-candidato, Santos, calificó el apoyo electoral
de la excandidata presidencial Clara López, decidida hacia la terminación de
nuestro conflicto interno armado. Clara, quien desde su niñez imploró a Dios, la pacificación de nuestro pueblo.
Para ser testigos de la
esperanza, entre la comunión de Dios y el hombre, les comparto este prólogo de
la traducción de la Biblia, Dios habla hoy. En primera de Samuel:
Samuel es considerado a la vez
como el último de los caudillos y el primero de los grandes profetas de Israel.
El primero de los libros que llevan su nombre marca el paso entre el anárquico
periodo de los caudillos y el establecimiento de la unidad bajo un rey escogido
por Dios y consagrado por un profeta.
Luego se describe la patética
decadencia que va sufriendo Saúl en su carácter y reinado, ilustrado por la
hostilidad y persecución de que hace objeto a David. Por eso David llega a
convertirse hasta en guerrillero y mercenario de los filisteos.
El establecimiento de la monarquía
aparece en el libro como una concesión de Dios a la petición del pueblo en ese
sentido, pero sin que él renuncie a su autoridad soberana como el verdadero rey
de Israel, a quien, por encima de toda autoridad humana, el pueblo debe
obediencia y lealtad absoluta.
El mensaje central del libro es
que la fidelidad a Dios, trae bienestar y prosperidad, en tanto que la
desobediencia acarrea desastre y sufrimiento.
Saludo, Julio.
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