El candidato a la Presidencia de
la República, Óscar Zuluaga, aseguró que el esbozo de acuerdo al que llegaron
el grupo terrorista de las Farc y el gobierno es una falta de respeto a las
instituciones democráticas y a los ciudadanos honestos que participan en la
vida cívica desde la legalidad.
Ese acuerdo es una farsa. ¿Cómo
vamos a permitir que los cabecillas de la Farc que han cometido crímenes de
lesa humanidad, reciban mañana como premio una curul en el Congreso de la
República, sin pagar un solo día de cárcel?, cuestionó. Prensa.
A simple vista tenemos todos los colombianos
ciertos espacios mediáticos posibles para
disentir y de libre pensamiento
en esta frágil democracia, estos, afortunadamente se fundamentaron constitucionalmente
y se conservan aun en medio de la guerra armada y el crimen organizado.
Digo frágil democracia
participativa; porque como algunos previenen sobre los avances de ponerle fin
al conflicto armado en la Habana, que a los ciudadanos no se les ponga un
revolver en la sien para llevarlos obligados a las urnas democráticas para la participación
de algún mecanismo constitucional
escogido.
Pero la prevención de las amenaza
de los fusiles es válida; mas no es la única amenaza; porque para la elección
desde un concejal municipal hasta elegir al más enconado funcionario público vía
voto popular; esta frágil democracia, permite a la vez, la circulación ilegal anónima
de los formatos electorales en manos de los famosos mochileros electorales. ¡La
indignante compra de votos para luego gobernar de espaldas a la ciudadanía,
corruptiblemente!
Ya he visto la circulación de la
primera lista anónima en la premisa de la constreñida zonificación, año 2014.
Un delito político partidista absuelto e histórico con muchas denuncias y con pocas
o nulas sanciones. Acá, es una antisocial hierba malévola que florece a la luz
de la ley electoral, degenerando a todas nuestras instituciones que soportan la
democracia.
Desde las primeras palmadas de
nuestro nacimiento, ya empezamos a hacer parte del conflicto humano. Y en
particular empezamos a engrosar esa terrible fama internacional como
colombianos; como: narcotraficantes, criminales y violadores de todos los
Derechos Humanos. En la Habana se silenciarán los fusiles, mas el conflicto es
inherente a nuestra sociedad.
¡Pregunta! Porque tantas
diatribas, o mejor, porque tanto celo político por la negociación de poner fin
al conflicto armado; si en la cruda realidad de ese esperado postconflicto; la
lucha encarnezida por los intereses personales y políticos no cesarán con el
mero Acuerdo. Más aun, correrá mucha agua sucia entre incertidumbres y
difamaciones que traerá este Acuerdo.
Detalles para el postconflicto: El
director de la Policía, general Rodolfo Palomino, aseguró que la institución
tiene listas estrategias de postconflicto, sobre todo en los delitos que
podrían seguir tras los acuerdos. Alto
Comisionado para la Paz explicó que circunscripciones no están limitadas a las
víctimas.
El Gobierno abrió la puerta para
que una comisión que represente a las víctimas del conflicto armado pueda
viajar a La Habana y hacer presencia en la mesa de negociaciones. Prensa.
El celo político tan natural de
los opositores a que Santos entre al nuevo rol presidencial por la consecución
negociada, pacifista y civilizada con unos grupos que han utilizado todas las formas
de lucha posibles.
Más no será suficiente el
alborozo humano–aunque justificado- para alcanzar una anhelada paz duradera
para nuestro pueblo colombiano.
_ De nada nos sirve ir a las
colinas o gritar sobre los montes; solo en el Señor nuestro Dios encuentra
Israel su salvación. Israel, yo decidí aceptarte como mi hijo y darte una
tierra envidiable, el país mas bello de todo el mundo_ Profeta Jeremías, Cap.
3.
Saludo, Julio.
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