Actualmente vivimos los habitantes
de la Región Caribe, una infernal y descomunal ola de calor. En la casa, la
calle, en el transporte público, en el trabajo, la escuela o la Universidad. Día
y noche.
Pero el fenómeno Apocalíptico que
afecta la convivencia pacifista y civilizada a todas las regiones del territorio
nacional, por entendido, que no es
precisamente estos estragos climatológicos regionales el factor determinante en
estas vicisitudes de la madre naturaleza.
Socialmente tenemos una degradación
humana aberrante, porque aparte de lo conocido por los estragos de la
criminalidad y la corrupción, son ahora los más evidentes y recurrentes: Hacinamiento
carcelario. Matoneo. Quemarle el rostro
con ácido a otra persona. Juegos sexuales peligrosos entre los adolescentes. Y esto
es una lista casi interminable. Esta es la combustión que incendia el
Apocalipsis colombiano. Por ende es la incapacidad del Estado que no genera
temor de los ciudadanos por la justicia. Nuestra grave fama.
Otro de supra importancia es el nefasto
Apocalipsis en la confrontación política deslindada del corazón humano y del servicio
social. El no contar con partidos políticos fuertes, confiables ante el
ciudadano común y corriente. Partidos políticos sin capacidad de convocatoria
sostenido en su historia, todo, por la gran falta de su credibilidad.
Esto hace que los nuevos idearios intelectuales se dispersen hacia los
partidos minoritarios, unos con credibilidad, otros de garajes que ofrecen una
atracción momentánea a la conveniencia de
lucrarse económicamente, con el oportunismo y el arribismo y su afán figurativo del protagonismo político
electoral.
Por consiguiente solemos ver
estas propuestas o alternativas preelectorales, que son necesarias en cualquier
democracia, pero que reflejan la dispersión de la intelectualidad en los
partidos. Leamos:
La precandidata presidencial del
Partido Conservador Marta Lucía Ramírez
propone una unión de líderes con
Álvaro Uribe, Antanas Mockus, Enrique
Peñalosa y el Movimiento MIRA. Según ella, es posible construir una alternativa política de centro, civilista y
democrática. Es el momento de
ofrecer a Colombia una alternativa que genere un proyecto de Nación sólida con
una visión de futuro que aglutine los valores de nuestros ciudadanos,
explicó frente a su propuesta de unidad. Prensa.
Vemos en lo anterior una distancia
de años luz contra países dirigentes de la geopolítica continental como los Estados Unidos, por ejemplo, que
cuentan con un bipartidismo democrático sólido y creíble, con capacidad de
aglutinar en uno de los dos frentes políticos, un ideario de partidos históricos,
en donde los lideres con experiencias de gobernabilidad, de control político,
forman a las nuevas promesas, y por ende, formalizan y consolidan en el tiempo,
propuestas definidas y concebidas con mucho tiempo de trabajo político, antes
de las contiendas electorales.
Se tiene por consuetudinario el
no cambiar de parecer, morir con la suya como se dice popularmente. No reconocerle
el mérito al otro, mucho menos si es su detractor o contradictor político, es lo irracional de la rebeldía humana, que en la
política no es un atípico.
Converger con las diferencias. Lo
racional que no se ve ni se conoce en este medio de hacer la política. Política en su definición: Un arte de virtudes
y talentos.
_Dice el Señor: Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo
merezcan, pues ya se ha apartado de ellos mi ira. Voy a hacer para Israel como
el rocío, y él dará flores, como los lirios.
Sus raíces serán tan firmes como el monte Líbano, sus ramas se extenderán
hermosas como las ramas del olivo. Israel vivirá de nuevo bajo mi protección;
entonces crecerán como el trigo, florecerán como la vid y serán famosos como el
vino del Líbano_ Oseas, Cap. 14.
Saludo, Julio.
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