La creación fue sujeta a vanidad, según lo
promulga la palabra del Señor. Algo que evidencia el trasegar del ser humano en
el mundo; viene luego desde su misma vanidad en dolores de parto. Intensos sus
dolores en las vicisitudes de los tiempos en todo el universo. Si le apuntamos
a nuestra comunidad sobre estos dolores, somos grandes proveedores a esta
intensidad de inmundicia vanidad. En donde el fin será siempre justificado por
los distintos medios a utilizar. ¡Vanamente!
Nuestros dolores sociales hoy se desprenden
recientemente con el desánimo ciudadano que dejó el despojo territorial del
fallo proferido en la Haya; aún es materia de incertidumbre y su comentario,
dolores de popularidad gubernamental le ha cobrado a este gobierno Santos.
Ahora se aproxima a descongelar el desánimo
de los asalariados cobijados por el salario mínimo, en donde es evidente la
desconcertación de las partes involucradas para concertarlo en lo más justo
posible, pero es aquí donde los asalariados deben ser los únicos solidarios con
el desempleado, justificándose con medios estadísticos, el paupérrimo aumento
salarial a decretar.
_Porque en esperanza fuimos salvos; pero
la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué
esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de
igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles_ Romanos 8.
El Parlamento
Europeo ratificó este martes el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea, Perú y Colombia, que prevé entrar en vigor a
comienzos de 2013. Ha sido una votación
histórica. El Parlamento Europeo está apostando con este voto
contundente por un futuro mejor tanto para europeos como para los colombianos,
celebró el embajador de Colombia ante
la UE. Este voto positivo es el reconocimiento de los avances de Colombia en los últimos
años y una apuesta por beneficios mutuos que traerá el acuerdo a las dos partes
fomentando empleo y el crecimiento tanto
para Colombia como para la UE.
El tratado incluye una cláusula
específica para garantizar la protección de los derechos laborales, los
derechos humanos y el medio ambiente, los principales temas que obstaculizaron
los avances de las negociaciones entre las partes, concluidas en Madrid en 2010.
De no cumplirse esta cláusula, el
bloque europeo podrá suspender el pacto de forma unilateral.
Este tratado pertenece a una nueva
generación de acuerdos comerciales que incluyen las normas aplicables en
materia de derechos humanos, laborales y ambientales, indicó un comunicado de
la embajada colombiana. Prensa.
Si algo tengo
que apostarle al futuro de mi entorno comunitario son dos cosas evidenciadas en
esta columna de opinión. Primeramente, aporto mi historial conocimiento y la
titulación en Comercio Exterior, para que de paso, moderadamente en el tiempo,
celebrar con beneplácito estos acuerdos comerciales. Y muy seguidamente, estar vacunándome
literalmente en mi espíritu, por una esperanza que solo reposa en la fe de un
cristiano convencido, que simultáneamente, lucha por ser lo más justo posible.
Y muy por encima, también, de las
desconcertaciones gemidas por vanidad que germinan en nuestra cotidianidad, que
se traducen en intensos dolores de parto de desigualdad social.
Este tratado
trae inherente algo en particular que es la globalización de la defensa de los
Derechos Fundamentales de la clase laboral; porque si nos llegó la hora de
importar convenios comerciales de comunidades que históricamente vienen
protegiendo y salvaguardando los derechos fundamentales de su comunidad,
valdría la pena, también, de importar su justicia social. Para aplicar en
nuestro entorno. ! Esta justicia ¡Si de nuestro régimen no nace.
Saludo, Julio.
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