domingo, 29 de agosto de 2010

TEMERLE A DIOS

Saliendo del camello – el trabajo- abordo en el carro de un amigo conversábamos acerca del comienzo del nuevo gobierno de nosotros los colombianos en lo que pregona Santos de gobernar los recursos estatales como en una Urna de Cristal.
Ahora que enfrenta un heredado caso de feria de contratos sobre la ya deteriorada imagen del programa de Agro Ingreso Seguro, lo cual habían firmado en Finagro por un monto de$ 43 mil millones a solo un día antes que entrara en vigencia la Ley de Garantías Electorales. La plata para el financiamiento del desarrollo del campo de los campesinos colombianos que con su sudor arando y sembrando en tierra ajena, cosechan con grandes dificultades sus, y nuestros alimentos. Feria de contratación que pretende reducir los fondos de Finagro a un; Fin al agro.
Definitivamente en estas tierras gobernadas por maleantes –usando términos generales- comenzando desde negarle o vulnerarle los Derechos Fundamentales a nuestros niños, hasta negarle la posibilidad de financiar la siembra, o mejor dicho, no brindarle las herramientas y facultades jurídicas y económicas para la propiedad a nuestros campesinos para su derecho a la tierra, para que sus cosechas le signifiquen desarrollo y dignidad de vida en la productividad alimentaria para el consumo interno y con énfasis de exportación. Aquí, definitivamente no hay temor humano que valga, mucho menos, órganos de control preventivo que los detenga.
Casualmente que el centro de nuestra conversación era precisamente la cultura educativa de nuestros entornos sociales, lo ciudadano y civil. Debatíamos entre el quehacer latino con los países industrializados, mas hacíamos énfasis que el factor dinero es un mecanismo de un bien necesario para cualquier desarrollo común, pero que la riqueza educativa, es, y lo será todo.
Nos entendíamos casi a la perfección en el tema ya que ambos fuimos soñadores alegremente con la postulación de la cartera ministerial educativa como motor propulsor jalonando la cultural en la llave Mockus-Fajardo y, además, coincidíamos en la esencia inherente e innegociable de los valores y principios religiosos en cualquier quehacer de la vida humana.
La diferencia en mi interior es que yo ya le había –y hasta ahora sigo- apostado en fe y a mis votos de patria sobre la manera complacida de organizarse el presidente Santos en buena parte de su gabinete ministerial, mientras él en cambio me manifestaba total escepticismo sobre el particular sobre todo la parte educativa, centro ideológico y conceptual nuestro. El mismo Fajardo recientemente manifestó complacencia por la parte diplomática en el nuevo gobierno, pero mostraba gran preocupación por no haber oído públicamente manifestación contundente por la parte ministerial de la educación, y mucho menos en ciencia y tecnología.
Yo le remataba al final del camino cómo han visto los barranquilleros y todos los que habitamos la ciudad, de cómo el alcalde Char inauguraba regularmente obras por doquier en infraestructura vial, salud y educación, es más, le mostraba una imagen periodística del día, en donde él se prestaba a inaugurar un gran centro de salud en un sector populoso y de bajos estratos sociales, pero igual, le hacía énfasis de que si paralelamente no se instruye pedagógicamente al sentido de pertenencia al ciudadano común con civismo, ¿quien le podría garantizar a la ciudad la continuidad futura de tan grandes y necesarias obras cementeras?
Otra carta a los Corintios. No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. ¿Quiénes le tememos al Señor?
Saludo. Julio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario