lunes, 6 de septiembre de 2010

POR UN PAIS EDUCADO

Las reformas nos parecen plausibles, pero deben enfocarse desde la perspectiva del ciudadano. A mi juicio, el objetivo de las reformas constitucionales o legales a la justicia debe ser la realización efectiva del derecho fundamental de acceso a la justicia. La corte acoge con entusiasmo la propuesta del Presidente respecto de que no habrá regresión en materia de tutela, porque ello involucra la protección y la garantía de los derechos fundamentales. Para nosotros es crucial. Mauricio González Cuervo, presidente del alto tribunal, en entrevista con eltiempo.com.
El enemigo endémico de la justicia en una sociedad constituida por leyes y dentro de un trípode de poderes, es el contrasentido de los cuerpos judiciales y administrativos de sus gobiernos confrontados entre sí, mientras tanto, el terrorismo, el soborno y la impunidad son las ramificaciones criminales del árbol sanguinario dentro de un mismo Estado constitucional.
La historia del crimen es tan legendaria como el mismo surgimiento del pecado, Caín mató Abel, su propio hermano. La propagación de esta mentalidad se expande aun mas entre nuestras sociedades colombianas, las vemos hoy precisamente en las comunas de la ciudad de Medellín, jóvenes e infantes sucumbidos en la criminalidad como mercaderes del microtráfico.
La Corte Constitucional, la Corte Suprema y el Consejo de Estado y el Consejo de la Judicatura hemos venido dialogando sobre lo que se conoció como choque de trenes. A partir de la reforma de los reglamentos, hemos alcanzado una situación más armónica, que nos permite decir que las épocas de confrontación quedaron en el pasado. Hoy existe una gran voluntad de entendimiento para hacer de la tutela un punto de encuentro en el poder judicial y superar esas etapas. Argumenta, el Magistrado, González Cuervo.
Las confrontaciones entre gobiernos y las ramas de la justicia son y serán bizantinas mientras no cesa la horrible noche en el reino de la criminalidad e impunidad, más aun, estando comprometida la juventud infante entre nuestra propia hermandad comunitaria colombiana.
Luego el sistema impositivo de la justicia no debe ser una camisa de fuerza para cualquier ciudadano, sino pedagogía para un razonamiento del marco de la ley sin discriminación social para su aplicación justa, equitativa, eficiente e impecable dentro de sus escalonados pero desequilibrados estratos sociales. Fe por la justicia Por Un País Educado en donde no haya menester diario de violar o entutelar al Estado. No le demos más mente a tanta letra menuda.
Partiendo de que no somos miopes para opinar sobre los asuntos públicos, y que esto implica no ser un entusiasta soñador entre la armonía mostrada por las Cortes y el gobierno sobre la lucha frontal y decidida ante la ilegalidad y el asiento de la impunidad, mucho menos unos acérrimos escépticos sobre los diálogos armónicos enunciados ¡Sofisma o Esperanza! El debate.
Misión cristiana. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque solo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. ¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo? Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo. Carta de Pablo a los Corintios. ¿Quién dice Amen?
Simbolismo. Dentro de nuestros derechos fundamentales cristianos, bueno sería elevar tutela espiritual oracional a el Espíritu de Dios para que; Venga a nosotros la justicia de su Reino.
Saludo. Julio.

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