"Hablar de Satanás y su obra no es nada fácil: muchos consideran que es tan solo un mito creado por el miedo y la ignorancia de los hombres, y piensan que quienes hablamos de él somos lunáticos o fanáticos: es cierto que hay quienes exageran y lo culpan de todo".
Tomé este trozo de prédica para
ahondar un poco de este tema espiritual tenebroso queriendo yo hacer una
radiografía ya en el terreno escabroso antisocial y criminal colombiano, pero
NO voy a disertar ante mis lectores como si fuese yo, un doctor en teología;
porque no lo soy.
Pero alguien muy avezado para no
caer en la diatriba del miedo satánico o ser señalado de ignorante, como
tampoco que lo consideraran lunático o fanático, dijo esto: "yo no creo en
brujas, pero de que las hay, las hay". Pero mayor es la sentencia sobre la
praxis existencial del mal satánico, léase en Judas 1:9 Que el Señor te
reprenda, lo sentenció el Arcángel.
Pero NO tenemos ley contra satanás,
y por ende, no debemos distraernos en la culpabilidad de quien no vemos.
Tenemos una Constitución Política, regida por normas y leyes judiciales y
civiles consagradas en una democracia participativa; y solo el cumplimiento o
la transgresión a estas reglas de vida, a estas debemos concentrarnos para
vivir o sobrevivir al filo del cuchillo, como lo es hoy en esta Nación.
Ahora en la actualidad se vive
una fulgurante y convulsiva contienda electoral para elegir a la célula legislativa
para un nuevo Congreso y la sucesión del mando ejecutivo en poder del actual y
saliente presidente Duque.
Y me voy a referir a un caso
personal y específico, como casi nunca lo he hecho, y en este caso puntual es al
hasta ahora aspirante presidencial Alex Char, un candidato carismático que
muchos conciudadanos costeños guardan sus afectos y esperanzas por la
representación de la Región Caribe y anhelan verlo con la franja presidencial.
Este Char hoy en el ojo del
huracán, no por sus pecados extramatrimoniales hechos públicos al ser
denunciados por la hoy prófuga de la justicia colombiana y también costeña y
excongresista, Aida Merlano, sino que su denuncia, de ser comprobada, agrede a
la competencia democrática justa y transparente ante una supuesta transgresión
electoral al patrocinar una campaña política siendo él un funcionario público
en ejercicio. Algo NO novedoso para el resto de la crítica y la opinión del país.
Y si a esta declamación que no la
considero discriminatoria por los hechos evidentes que cada cuanto de tiempo
salen denuncias políticas electorales contra líderes de la Costa, pero si yo le
añadiera, que el que esté libre de pecado, tire la primera piedra; pensarían
los de otras regiones que he perdido mi objetividad como columnista
independiente.
Pero sus hechos públicos y
administrativos de un gran ejecutor de obras, se han empañado por unas
prácticas electorales que históricamente desdicen de un talante ético que nunca
se ha superado por las mañas del todo vale en la política colombiana; siendo
nosotros, unos desvergonzados abanderados, lastimosamente como Región Costeña.
Manifiesto independientemente de que
su carrera política electoral sigue o no, yo doy fe de que las segundas
oportunidades de vida se nos han sido dadas, pero estas oportunidades no se compran
o se enmiendan mediante el poder económico,
político o judicial que se tenga.
Siempre será más valioso dar un
paso al costado si es necesario, por la resurrección ética de la democracia en
Colombia, si así se quiere.
Porque los otros muertos no
volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera
resurrección. Apocalipsis 20: 6.
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