jueves, 24 de febrero de 2022

ESTA ES MI CAMPAÑA.

Unos no creen, y uno más me ha cuestionado y vedado por revolver cosas en mi dualismo filosófico como cronista, pero ha sido una constante y es mi esencia de mirar atrás para ver la vida-obediente y equiparar algunas obras majestuosas de mis ancestrales de la fe.

Gestas comunes públicas que se pueden ejercer ahora. Pero obvio.  Desligándose de las costumbres, consecuencias y reacciones de cómo sucedieron las cosas en el pasado. Porque ahora pertenecemos a una generación democrática con deberes y derechos a elegir y ser elegidos.

Marcos 9:1 Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.

Y apoyado por este Poder de la Vida, aterrizo en el actual sonajero político y su contubernio electoral donde muchos le echan mano sucia para ganar escaños en lo legislativo, tanto como en el ejecutivo para posar la franja presidencial y entrar a su historia.

Yo, en mis pensamientos me debato con un enigma y un dilema espiritual con el futuro de nuestra Nación; porque hace 22 años atrás, no le veía ninguna esperanza promisoria a causa de la manera “paria” como ha sido -y es- gobernada Colombia, pero desde entonces sostengo un presentimiento alegórico de fe porque es posible que cambien muchas cosas.

¿Cambio? ¡Cómo! Porque la descripción conjunta de la palabra paria de la cual algunas veces nos tildan de ser como Nación; contrariamente esta definición despectiva y marginal nos debe indignar y despertar conjuntamente a la vez, porque paria es: "una zona inestable donde florece el vicio y la delincuencia y viven los parias de la ciudad".

Y para corroborar, os traigo esta joyita: "#Polémica La mujer, llamada Alejandría, sustrajo el alimento porque tenía hambre. Los policías que atendieron el caso no querían detenerla, pero el tendero los amenazó con la Procuraduría" @BluRadio.

Desde hace 37 años que ejerzo como demócrata el derecho a elegir según la Constitución Política, he oído en cada campaña electoral la promesa de trabajar mancomunadamente por la erradicación del hambre en todo el territorio del país, y hasta ahora, hay hambre para exportar, si así se quiere.

Aun así, sigo ejerciendo mi derecho como sufragante sin ver este 'milagro', pero yo analizo no solo el candidato que promete cielo y tierra, sino que le hago seguimiento de quienes lo acompañan para ver siquiera el inicio del 'milagrito' de su promesa ya como gobernante; y es que así dicen: "dime con quién andas...".

Y la acepción de las personas, en este caso de NO aceptar clientelistas en su campaña electoral, debe ser con el fin de evitar un mal futuro, excepto, si se habla de la resurrección de Zaqueo; de aquel que sin ningún proceso judicial les devolvió a sus contribuyentes lo que les había robado: Lucas 19:8.

¡Entonces! Un gran milagro tendría cierta campaña política donde su maestro candidato asegura que el apoyo electoral recibido es por amor y salvamento de la paria, corrijo, de la patria.

Entretanto, desde aquellos 22 años, ya consolidada mi fe; socialmente NO considero una multiplicación de los panes que sacien momentáneamente el comezón del hambre al oprobioso pueblo colombiano; sino que un digno trabajador dijo: "enséñales mejor a pescar antes de.... ".

Y en resumen, el gran milagro que se requiere para liberar del secuestro de esta democracia en el terreno, NO es más que la responsabilidad constitucional ciudadana impostergable de hacer valer su derecho al sufragio con libertad y pulcro criterio.

Salmo 102:19 Que esto quede escrito para las generaciones futuras, para que alaben al Señor los que aún han de nacer.

 

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