jueves, 13 de enero de 2022

A REPONER LA MORAL.

Me he enterado, en esta malqueriente Colombia, en su región, tanto en mi barrio, que quienes se levantan desde temprano a dirigir sus pequeños negocios, están siendo extorsionados económicamente por delincuentes.

Siempre se ha dicho e insinuado, y hasta comprobado, que muchos de estos delincuentes cuentan con alguna anuencia de autoridades policiales o judiciales que por un 'plato de lentejas' venden su honestidad y honorabilidad, desprestigiando el buen nombre de las instituciones.

Hay con esto un sinnúmero de situaciones sociales adversas que si a las nacientes generaciones desde el vientre de su madre le preguntaran dónde quieren nacer y vivir, el futuro de esta patria sería lo inhóspito continental.

Porque la violencia física y verbal en consonancia con la psíquica hizo metástasis desde la boca hasta los pies; y de la mente baja su impiedad, la mentira y la injusticia hacia el corazón de esta actual pervertida generación. ¡Generalidades!

Isaías 1:7 Su país es una soledad con ciudades hechas cenizas; ustedes vieron las cosechas, y el enemigo se las comió; esta ruina no es menos que la de Sodoma.

Contrariamente al descontento social, los dirigentes de algunos credos religiosos, consideran en su fe y, así lo predican con esperanza continental, de que somos el nuevo pueblo escogido de Dios para la posteridad de una descendencia de justicia para siempre. Pero en materia social y política, la realidad nos condena como cualquier pueblo latino.

Yo dejo en reserva a este pueblo colombiano creyente que honra y alaba a un Dios de justicia, pueblos regidos por una democracia, pero tanto la legislación como la gobernabilidad desilusionan con su iniquidad el futuro de la Nación.

¿Alguien creyente espera que de la noche a la mañana y, en un abrir y cerrar de ojos, un milagro majestuoso monárquico que profane-reemplace la democracia y seamos regidos por reyes de justicia? ¿O tal vez un rapto físico que los 'libre' de semejante abominación terrenal?

¡Inadmisible! Porque no he venido a abolir la ley, sino a cumplirla; y si su justicia NO es mayor que la iniquidad de quienes legislan y gobiernan como animales esta “selva colombiana”...serán menores que ellos, les recuerda Mateo 5:17-20.

Mientras tanto, yo, que no soy un religioso avalado y de oficio de ningún credo, los invito como conciudadanos y constituyentes primarios constitucionales, que mediten en sus servicios religiosos sobre sus dirigidos sermones sociales y políticos.

Contribuyendo ustedes, a que coadyuven sin miedos ni rabia, mucho menos movidos por dádivas materiales para la participación masiva de los feligreses ciudadanos a sufragar en cada elección popular; más los invito a que sea con libertad y criterio por la justicia social, básicamente.

Es decir, por obra y gracia espiritual, por la reposición moral del Estado colombiano, en mayoría, moralicemos la democracia participativa de tanta perversidad electoral.

¡Gratis también! Porque: “los partidos, movimientos políticos y grupos de ciudadanos que inscriban candidatos tendrán derecho a financiación estatal de las correspondientes campañas electorales, mediante el sistema de reposición de gastos por votos válidos obtenidos”. Ley electoral.

Hagamos patriotismo independientemente de cualquier partido o movimiento político afín, un Ambiente Ciudadano de la Concordia, y que la reposición económica nos venga por la añadidura de nuestro servicio de fe ciudadana.

A resumidas cuentas, de la norma nacional en mención, ustedes y yo estamos excluidos de cualquier reposición económica. Y toca limpiar gratis lo que muchos con remuneración monetaria estatal, ensucian. ¡Insólito!

Isaías 40:5.9.11 Hablen con gratitud a Jerusalén, y anúncienle que ya ha cumplido su tiempo de servicio, que ya ha pagado por su iniquidad, que ya ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados.

 

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