miércoles, 26 de agosto de 2020

¿QUE OTRAS ALTERNATIVAS HAY?

 Que me quedé corto en la columna anterior sobre el caso de la Corte Suprema contra el expresidente, Uribe Vélez. Fueron algunos comentarios recibidos entre mis más cercanos lectores. Y ya la Procuraduría se pronunció sobre esta investigación, y manifiesta que su caso debería pasar a la fiscalía, y a su contradictor, lo exoneró de este juicio.

 

Pero en contra de la justicia de este país, las instituciones estatales se han teñido de un ingrediente maloliente de corrupción inocultable, acá donde el cartel de la toga y los mal llamados: fiscales anticorrupción, han sembrado un manto de desconfianza, que en cualquiera de los casos que se imparta justicia, en lo favorable o desfavorable, los fallos siempre serán un tema de discusión interminable.

 

Mejor por relevancia y actualidad, no por temas personales o partidistas que distraigan al ciudadano del grueso de las actividades que conciernen y preocupan a una Nación entera; he tomado algunas manifestaciones en las redes sociales, que bien valdrían la pena compartir y concertar sobre el futuro económico mundial, de gobierno y política nacional:

 

Después de la crisis, ¿seguiremos con este sistema económico de injusticia social y de desprecio por el cuidado del ambiente, de la creación, de la casa común? Reflexionemos. @PapaFrancisco.

 

La anarquía de la fuerza, con el pulular de grupos armados y de seguridades privadas, con una sociedad sin un norte común unificado, como los de paz y reconciliación, se traduce en cadenas de masacres. Sobrevivir al covid para caer bajo la matazón. ¿Quién gobierna para unirnos? @arzobispodecali.

 

Y pese a fracasos y con logros pacíficos andando, debemos seguir el ordenamiento constitucional de prioridades para concertar más procesos para la civilidad del país, pero al gobierno Duque se le agotan los tiempos y los recursos, frente a las recientes masacres execrables de jóvenes; y porque, así como heredó el poder, así deberá heredar la bronca y la defensa del líder de su partido de gobierno.

 

¡Tenemos que dejar atrás a Uribe, Santos, Gaviria, Pastrana, Samper! Ya es suficiente, cada quien hizo lo suyo. (..). @SergioFajardo.

 

Y la historia de Nelson Mandela nos muestra otras alternativas tangibles para delinear caminos de Reconciliación Nacional, con alternancias de gobiernos de transición. Mandela, que sin odios y rencores pese al confinamiento de su libertad, se convirtió en un instrumento de paz en medio de una situación judicial adversa.

 

Y el seguimiento a la transición recae en la responsabilidad de todo ciudadano colombiano, para que la dignidad de vida colectiva existencial, se consolide dependiendo del aporte de la civilidad de cada uno.

 

Porque acá entre egos, odios y amores, los radicales de un extremo de la oposición política creen que hay que deshacerse de todo, y construir un país nuevo, desestimando; el construir sobre lo construido.

 

Y la dirigencia política que siempre gobiernan, infunden miedos para que su modelo económico sea la única vía ortodoxa para llegar a vivir en un paraíso; y los hay indolentes -empresarios, industriales, banqueros, ganaderos, congresistas- con mejores condiciones socio-económicas, adquiridos por ventajas gubernamentales, que, generando algunos empleos, defienden a ultranza este modelo económico, y hacen creer, que en ese paraíso, ya estamos.

 

Yo creo, y así lo escribo, que no es solo una alternancia política para la materia de mandos, para pasar el negocio burocrático de un bolsillo al otro. Transición de nombres de partidos políticos y de apellidos populares. No siendo que al final, su tradición, le rendirán cuenta solo a la muerte. Como escrito está: Dejad que los muertos entierren a sus muertos, Lucas 9:60.

 

La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu. Proverbios 15:4.



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