miércoles, 8 de abril de 2020

NOS QUEREMOS SALVAR TODOS


En vista del alargue de la confinación, si hay una frase que debe superarla, ser aceptada y sumada a la célebre: Quédate en casa; es: No te desesperes. Porque esta frase que es tan democrática igual que el Covid-19, virus que es una amenaza intimidadora que ha llegado a todos los estratos sociales del planeta.

Pero esta frase de consolación debe ir acompañada de manera presencial por todos los actores de los gobiernos locales en directriz del central; y el aliento a que no se desesperen las personas de familias sin ningún recurso económico; de seguro, ellos que no tienen nada material que perder, no se desesperarán si son atendidas sus necesidades confinadas en el hambre.

Porque por los estratos más altos de esta sociedad colombiana, según la queja de un Senador de la República, costeño, y, una columnista de opinión, convergen en que los banqueros, siguen siendo unos avaros, aún en medio de la pandemia del coronavirus.

Pero retrospectivamente, sin la amenaza de ningún virus mortífero, la hermandad humana se tiñó de sangre en la empuñadura de Caín sobre su propio hermano. Y si la insolidaridad de estos “avaros bancarios” desciende de estos hechos, solo habrá esperanza de solidaridad sobre los descendientes de Abel; léase en promesa: Hebreos 12:24.

Y siguiendo sobre la pandemia, ahora el Sistema de la Salud en Colombia, que ha sido calificado como mejores terceros en el mundo, pero yo aprovechando que estamos en hechos inéditos a causa del virus; y si, así como los hombres de Nínive se levantarán para condenar esta generación, en: Mateo 12:41, y metafóricamente en la fe, al levantarse los caídos por los paseos de la muerte a causa de este sistema degradado por corrupción, yo dejaría esta calificación a juicio de estas almas impunes.

Y entre otras consecuencias de hechos atípicos causados por el Covid-19, algunos mandatarios locales fueron vistos obligados por el miedo a la peste, a poner a paz y salvo el Sistema nominal de la Salud; dieron prioridad de pagos, pensando ellos, que los compromisos de deudas “urgentes” en los contratos adquiridos por clientelismo de favores electorales, pueden esperar.

Y entre otras pruebas de fuego de administración pública que he visto, sin duda, el conocimiento y la firmeza de la alcaldesa de los bogotanos, es innegable, tiene los pensamientos administrativos donde deben estar, en la salud, primeramente. Por ende, mi reconocimiento a la causa. Y así como se dice popularmente, y no literal, tiene los pantalones bien puestos.

Pero todos los cuestionamientos hechos en este artículo, no son con un ánimo político contencioso pendenciero y favorable como se ha hecho costumbre en la polarización política en todo el territorio nacional; de ninguna manera.

Sino que con todo el sentido patriótico benévolo hacia los más débiles; que, de todos los hechos públicos admirables han hecho algunos mandatarios obligados por el miedo pandémico, que sin importar de que partido político militan, ojalá su prioritaria gestión se quede en cada minuta ética de la administración pública a la cual fueron elegidos. Y háganse siempre del lado de los mas débiles de nuestra sociedad.

Porque de seguro, ya superado esta crisis temeraria, si los compromisos electorales clientelista los “obligan” a darle cumplimiento a la corrupción, díganles con toda la determinación de temor, que la amenaza democrática y mortuoria del covid-19, moral y éticamente, aún no se ha ido. ¡Aunque físicamente ustedes mientan!

Soy hecho a los débiles como débil, por ganar a los débiles; a todos soy hecho todo, por hacer salvos a todos. Y esto hago por causa del Evangelio, por hacerme juntamente participante de él. 1 Corintios 9:22-23.

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