viernes, 19 de julio de 2019

ARREPENTIMIENTO COLECTIVO


Se ha hablado bastante del caso de Arias y su otrora programa estrella agrario y “social”: Agro Ingreso Seguro. 

Ya el mal para los campesinos estuvo hecho, y ellos quedaron como unas víctimas más, por eso me voy a entrar en la parte del victimario; victimario que perdió su defensa en todas las instancias institucionales del Estado colombiano, llámese: Fiscalía. Procuraduría. Contraloría. Corte Suprema de Justicia. Y después de su fuga, fue devuelto en extradición por la Justicia Gringa.

Arias es un antioqueño, pero sus entramados hechos como sobresaliente ministro en su época, vincularon de manera directa y fraudulenta a unas familias prestantes costeñas; por eso seguiré indignándome de actos deshonrosos de nuestros "ilustres” coterráneos, y no pararé hasta que los valores y principios humanos superen y sepulten ésta reprochable realidad regional Caribe.

También de reproche nacional. Porque ahora su cercano partido político gobiernista pretende presentar un proyecto de ley con retroactividad jurídica a la medida que cobije al caso Arias. Es la desigualdad jurídica proveniente de una defensa ideológica clasista.

Mientras nosotros, la muchedumbre de los estratos sociales medios, conocemos de primera mano a gente cercana que ha caído en desgracia por injusticias de la vida y de hacedores de la ley misma; y para ellos nunca ha habido intenciones políticas y jurídicas ni de segunda o tercera instancia que los defiendan.

Muchos en anonimato han estado y aún padecen en las reclusiones intramurales injustamente y en condiciones infrahumanas, de hombres y mujeres que han sido llevados a pagar condena dejando con dolor a sus hijos desamparados afectiva y económicamente a la deriva de la vida, sin techo, comida, salud y educación.

Celo con preocupación que conciudadanos de este mismo estrato social, son incondicionales seguidores e irrestrictos defensores de líderes y dirigentes políticos elitistas que promulgan leyes cuando uno de sus cercanos se encuentra en dificultades condenatorias de la justicia. 

Pero somos un país con una sociedad mayoritaria que busca incansablemente una transición al progreso económico equitativo y una Reconciliación Nacional, excluyendo la lucha de clases; pero no son, ni serán esta clase de dirigentes quienes salvaguardarán nuestra esperanza; por su descarado e imparcial actuar. No son ellos la esperanza ni el camino a seguir.

Don Quijote nos habla: ¿Qué locura o desatino me lleva a nombrar las faltas ajenas, teniendo tanto que comentar de las mías? Lo copié de un costeño tuitero.

Arias es hijo y ahora es padre de familia; debe hacerse un auto cuestionamiento de que: ¿le falló a sus padres por tanto sacrificio de ellos? y, de como ahora debe educar con dignidad, autenticidad, paciencia y con ética a sus hijos en la consecución del éxito profesional en el trabajo privado y aún más, en lo público, dónde se juegan los intereses sociales y económicos de una muchedumbre. 

Un llamado patriótico ¡Valiente sería, que Arias haciendo honor al profesionalismo y su icónica intelectualidad, haga un arrepentimiento público a falta de no haber obrado en su glorioso pasado de una manera responsable con criterio ético! 

Y que no siga manteniendo un alegato infructuoso por una supuesta persecución política para justificar la ideología de un sector político “mesiánico”. La vida cristiana bondadosamente nos llama a todos a rectificar. Él está a tiempo.

Hebreos 9:15 Y por eso Él es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones -que se cometieron- bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.


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