sábado, 2 de febrero de 2019

RADAR DE LA FE

Según la (RAE) Radar es en su primera definición: Sistema de detección de objetos empleado en aeronáutica, navegación, astronomía, etc.,

Y a mi imaginación voy a incluir a la fe en ese etcétera incógnito como otro objeto, pero humano, que sea tangible y asequible y que logre medir distancias para detectar y discernir el mal y el bien en un entorno especifico y llegar a un objetivo común del ser humano, como es el preservar la vida y mejorar la convivencia.

Y me pongo en los “zapatos” del desaliento de mis más antiguos lectores a los que no les he podido mostrar acontecimientos sociales de esta fe. 

A ellos que me han leído como si yo quisiera cambiar de artículo en artículo, la temible historia de Colombia. Específicamente llevarla a una forma ética y espiritual de como se debe hacer la política.
Y es que desde que el péndulo de mi fe se mueve entre la mente y el corazón; como está escrito: En los postreros días así se los pondré conforme a la Promesa. (Hebreos: 8,10). 

Y desde siempre he venido creyendo y esperando un gran acontecimiento sobrenatural (donde sean redimidos los valores humanos) y que traigan un impacto social que logre menguar a los tiranos, su censura, su odio, la belicosidad, su avaricia y la vanidad en la dirigencia y la gobernabilidad en veredas, pueblos y ciudades.

Pero también me dirían que la criminalidad urbana y las guerrillas terroristas hay que combatirlas con el mismo rigor que la corrupción pública; desde luego que sería un despropósito negarlo, pero todos sabemos que su origen o razón de ser crece y se extiende a causa de la ausencia parcial o absoluta del Estado que no llega, a causa de la misma corrupción, con la justicia social, igual negada a veredas, pueblos y ciudades.

¡Porque! Muerto el perro. Se acaba la rabia. Reposa un viejo adagio.

Igual nosotros los provincianos y, que para nadie es un secreto, conocemos el nacimiento local, regional y nacional de esta corrupción engendrada desde las campañas electorales. 

Monumental ejemplo son los gastos astronómicos que se requieren para llegar a ser elegido concejal o alcalde de una verada o un pueblo, quizás igual o mayor la inversión proselitista que el mismo presupuesto municipal. 

Y hagan cuentas del recobro que ya en el poder es imparable e incontrolable.

Solo se requiere un temor de Dios. Y acontecerá que los que sufren ahora a causa de esta indolencia, celebrarán con quienes hemos creído, esperado e impulsado una reflexión constructiva sin precedentes.

Y para entonces el pueblo entero despertará de su letargo anímico cívico-social y despreciará la idolatría politiquera y clientelista. Y enfrentará con conocimiento a la burguesía política enquistada.

Y pasaremos a la historia siendo ciudadanos activistas en bien del desarrollo equitativo estatal y la pacificación nacional. 

Papa Francisco: Esta es la red que queremos. Una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión de personas libres. ¡El Señor escucha la oración humilde!

1 comentario:

  1. Excelente reflexion... pienso igual y soy defensor de la fe y la politica como herramienta de caridad para la desigualdad social... para ejecutar programas en los mas pobres partiendo del buen sentido de que si Dios lo sientan a gobernar tambien en los cargos publicos, el desarrollo y la justicia social llegara por añadidura.

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