Si algo tiene de importancia y
fundamento esencial existencialista de la opinión pública es la promulgación de
la cultura ciudadana; es un trabajo que toca redoblar ante un ambiente inculto
de la ilegalidad como lo es la nuestra.
Un dedo en la llaga, resulta que
recientemente; en la colisión de dos
lanchas en el Amazona entre una embarcación nacional y una extranjera, se ha
determinado que la extranjera cumplía con las normas legales de su país,
mientras la colombiana incumplió en los procedimientos legales locales y, el
saldo accidental fue la muerte de una estudiante colombiana. Acá predomina la
cultura de la muerte, que es sinónimo de ilegalidad o atajo a las leyes, normas
y procedimientos establecidos.
El presidente Santos instaló la
Conferencia Internacional de Cultura Ciudadana: Cultura y Construcción de paz,
en Bogotá. El evento es organizado por Antanas Mockus y busca aportar elementos
a la construcción de una cultura de paz como preparación a un eventual
posconflicto.
Cultura ciudadana es camino para
consolidar la paz: Santos. El Presidente pidió, antídoto, contra la violencia. En
la presentación, Mockus destacó las bondades de buscar una paz negociada y dijo
que: si la gente se conversa entre sí se vuelve menos violenta y menos
tramposa.
Tenemos que ser realistas: la
mayor parte de las muertes y de las lesiones que sufren los colombianos no se
deben al conflicto armado, ni siquiera al crimen organizado sino a riñas y
enfrentamientos en los barrios, dijo Santos. Prensa.
El costo de la ilegalidad y la
maña es el penoso resultado de convivencias intolerantes y contrarrestadas cada
vez más por los procedimientos de los Códigos de Policía; el cual acaban de
promulgar para tratar de minimizar a punto de garrote punible a una sociedad cada
vez más insensible y propensa al crimen organizado, la violencia intrafamiliar
y al hurto y su facilismo para conseguir un bien material.
Esto se traduce en: más normas, más
instituciones, más jueces, más procesos judiciales y menos eficacia y más impunidad,
más centros de reclusiones, más centros hospitalarios, más morgues y más
cementerios y, en la cruda realidad, menos seguridad y más desconfianza entre
el roce social del uno con el otro en la calle, la escuela y el trabajo entre
otros sitios.
Antanas Mockus es el símbolo
metodológico y académico para impartir cultura ciudadana; porque ante la infortuna
pérdida entre nuestra sociedad de la capacidad del asombro por la creciente
epidemia que genera la intolerancia y el atajo a las normatividades, al estratégico
Mockus habría que replicarlo cuantas veces sea necesario.
Porque el garrote parece ofrecer
mejores beneficios sancionatorios económicamente para la burocracia,
administrativamente hablando. Ya que sean detectados imposiciones en algunas
entidades policiales, cuotas sancionatorias establecidas que han de cumplirse, sumándole
el rigor de la norma establecida y el falso positivo para completar la
designación de la cuota de cumplimiento.
Dentro de lo que hace sobresaliente
a un gobernante, está su capacidad sabia para dirigir, delegar y dirimir los grandes desafíos
sociales y de convivencia de sus gobernados.
Nuestros gobernantes colombianos
requieren un toque adicional de sabiduría para entrar a la historia universal, o,
crearla si es que no la poseemos entre quienes han gobernado regional o
nacionalmente esta mal querida patria.
Desde luego que la desocupación
de la gente trae preocupación y malos pensamientos y proliferación de vicios. Un
antídoto. Justicia Social ¡El gran reto cultural de este gobierno postconflicto
del presidente Santos!
_Esto les digo acerca de la
sabiduría: Adquiéranla gratuitamente, sométanse a ella, acepten las tareas que
les impone. Ella está cerca de quienes la buscan; el que se empeñe la
encontrará_ Eclesiástico, Cap. 51.
Saludo, Julio.
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