sábado, 4 de octubre de 2014

CON LA CULTURA CIUDADANA



Si algo tiene de importancia y fundamento esencial existencialista de la opinión pública es la promulgación de la cultura ciudadana; es un trabajo que toca redoblar ante un ambiente inculto de la ilegalidad como lo es la nuestra.  
Un dedo en la llaga, resulta que recientemente; en la colisión de  dos lanchas en el Amazona entre una embarcación nacional y una extranjera, se ha determinado que la extranjera cumplía con las normas legales de su país, mientras la colombiana incumplió en los procedimientos legales locales y, el saldo accidental fue la muerte de una estudiante colombiana. Acá predomina la cultura de la muerte, que es sinónimo de ilegalidad o atajo a las leyes, normas y procedimientos establecidos.
El presidente Santos instaló la Conferencia Internacional de Cultura Ciudadana: Cultura y Construcción de paz, en Bogotá. El evento es organizado por Antanas Mockus y busca aportar elementos a la construcción de una cultura de paz como preparación a un eventual posconflicto.
Cultura ciudadana es camino para consolidar la paz: Santos. El Presidente pidió, antídoto, contra la violencia. En la presentación, Mockus destacó las bondades de buscar una paz negociada y dijo que: si la gente se conversa entre sí se vuelve menos violenta y menos tramposa.
Tenemos que ser realistas: la mayor parte de las muertes y de las lesiones que sufren los colombianos no se deben al conflicto armado, ni siquiera al crimen organizado sino a riñas y enfrentamientos en los barrios, dijo Santos. Prensa.
El costo de la ilegalidad y la maña es el penoso resultado de convivencias intolerantes y contrarrestadas cada vez más por los procedimientos de los Códigos de Policía; el cual acaban de promulgar para tratar de minimizar a punto de garrote punible a una sociedad cada vez más insensible y propensa al crimen organizado, la violencia intrafamiliar y al hurto y su facilismo para conseguir un bien material.
Esto se traduce en: más normas, más instituciones, más jueces, más procesos judiciales y menos eficacia y más impunidad, más centros de reclusiones, más centros hospitalarios, más morgues y más cementerios y, en la cruda realidad, menos seguridad y más desconfianza entre el roce social del uno con el otro en la calle, la escuela y el trabajo entre otros sitios.     
Antanas Mockus es el símbolo metodológico y académico para impartir cultura ciudadana; porque ante la infortuna pérdida entre nuestra sociedad de la capacidad del asombro por la creciente epidemia que genera la intolerancia y el atajo a las normatividades, al estratégico Mockus habría que replicarlo cuantas veces sea necesario.
Porque el garrote parece ofrecer mejores beneficios sancionatorios económicamente para la burocracia, administrativamente hablando. Ya que sean detectados imposiciones en algunas entidades policiales, cuotas sancionatorias establecidas que han de cumplirse, sumándole el rigor de la norma establecida y el falso positivo para completar la designación de la cuota de cumplimiento.
Dentro de lo que hace sobresaliente a un gobernante, está su capacidad sabia para dirigir,  delegar y dirimir los grandes desafíos sociales y de convivencia de sus gobernados.
Nuestros gobernantes colombianos requieren un toque adicional de sabiduría para entrar a la historia universal, o, crearla si es que no la poseemos entre quienes han gobernado regional o nacionalmente esta mal querida patria.  
Desde luego que la desocupación de la gente trae preocupación y malos pensamientos y proliferación de vicios. Un antídoto. Justicia Social ¡El gran reto cultural de este gobierno postconflicto del presidente Santos!
_Esto les digo acerca de la sabiduría: Adquiéranla gratuitamente, sométanse a ella, acepten las tareas que les impone. Ella está cerca de quienes la buscan; el que se empeñe la encontrará_ Eclesiástico, Cap. 51.
Saludo, Julio.

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