Ser capaz de entender y discernir
que el perdonar y reconciliarse no es sinónimo de desaparición de la justicia. Como
algunos tienden políticamente a interpretarlo. El perdón y la reconciliación no
reemplazan a la justicia. Todo lo contrario. La descongestiona una vez se llegase a un mutuo acuerdo consolidado de
reparación y de no repetición. ¡Suena facilista! Pero, no intentarlo, es
hacerle culto infinito a lo incapaz.
Es cuestión de perdonar tantas veces
sea necesario como terapia espiritual sanadora a nivel personal. Al mismo
tiempo. Como tantas veces sea necesario denunciar ante la justicia si los actos
acarrean sistemáticamente un daño físico y moral al mismo nivel personal, como
también si las agresiones trascienden al deterioro de la sociedad de la cual se
hace parte.
Soy capaz, una campaña para
ponerse en los pantalones del otro. La propuesta busca que haya gestos de paz y
reconciliación en el país.
Que una marca decida dejar a un
lado sus colores institucionales y se vista de blanco al mismo tiempo que lo
hace su competencia, o que un periodista se siente en la silla de su par en una
cadena radial rival, son gestos que revelan una firme intención de buscar la
reconciliación. Y estos ejemplos se verán a diario, durante 30 días.
Todas estas manifestaciones, en
las que se comprometieron más de 120 empresas colombianas, pero también otros
sectores de la sociedad, hacen parte de la campaña: Soy capaz, que salió a la luz, y que busca llevar una reflexión a
los 46 millones de colombianos a través de símbolos muy fuertes de paz.
No solo se tratará de marcas.
También se sabe que, por ejemplo, iglesias de diferentes cultos se han unido a
la propuesta. Y en el acto del lanzamiento, cinco personajes se pondrán
literalmente en los zapatos de desplazados y desmovilizados. Prensa.
Pero no nos digamos mentiras que
esta propuesta, de: Soy capaz; es una
coyuntura de x o y personas, afines con la paz, para tratar de ambientar un
pacifismo para el país, hoy en manos de la gobernabilidad del presidente Santos,
con lo que se pueda contribuir favorablemente en las negociaciones actuales en
la Habana.
Lo que hay que admitir es que es
apenas la punta del iceberg, en cuanto a la problemática violenta de la
criminalidad, el narcotráfico y el terrorismo, que no radica expresamente en
las abominables acciones de la guerrilla de las Farc.
Porque, según una unidad
investigativa, la Dijin, reporta que otros grupos criminales, también completan
el mapa del hampa y que tienen una concentración de militantes de 3.400
hombres, integradas al negocio del narcotráfico, la extorsión y la minería
ilegal.
Entonces erran, quienes afirman,
que la reciente campaña de: Soy capaz, es para crear específicamente beneficios
políticos ante una supuesta impunidad antisocial para las Farc.
Porque, pensando erradamente así,
habría que crear varias campañas, o apostolados de paz, para persuadir al
desarme de cada grupo criminal que atente contra la paz y el desarrollo de todo
un país.
¡Ahora! En un ambiente de equilibrio para una paz
perdurable con justicia social; si habría que extender la campaña de: Soy
capaz, llevándoles el mensaje para todos los servidores públicos quienes
administran el erario y, decirles: Ustedes si son capaces: De santificar los
recursos que van para los más pobres.
¡También suena facilista y aún más
ingenuamente soñador! Porque ellos si serán los más indicados Apóstoles para
nuestra paz.
_La rebelde Israel es menos
culpable que la infiel Judá ¡Vuelve a mí, rebelde Israel! No te recibiré de mal
modo ni mantendré mi enojo por siempre, porque soy bondadoso_ Profeta, Jeremías,
Cap. 3.
Saludo, Julio.
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