viernes, 4 de julio de 2014

COLOMBIA SERA LA MODA

Con muchos años acuestas de tragedia social sobre esta vecindad llamada Colombia, el mero titulo de este artículo, suele ser un sofisma entre mi pensamiento, mi opinión y la ciudadanía que raciona en medio del escepticismo cotidiano impregnado en la piel por la cruda realidad.
Llevarlo al tema deportivo, al ahora furor que hoy vivimos por  el futbol colombiano  por la digna representatividad en Brasil 2014, primero por el talento nacional de los 23 jugadores que tienen soñando a todo un país, talento humano de un equipo en donde no admite ninguna fisura de división, porque están guiados por una dirección técnica consistente como nunca antes obtenida.
O al arte musical, esta titularidad de esta columna de opinión, admitiría un mínimo de discusión. Pero en el tema de la política, la cosa pública y la gobernabilidad, faltarían argumentos sólidos en el solo intento. Pero es la política y lo público, su esencia que es el arte de gobernar pueblos, y en donde se toman las más grandes decisiones, sabemos que no son las mejores, pero en donde es más determinante un impacto social de equipo, ante la necesidad del pobre, para tomar solo un ejemplo de palpables carencias socio económicas.
Pero para la gloria de la fe cristiana es precisamente esto, el moverse dentro de este fango de la convivencia entre nosotros los seres humanos, e ir persuadiéndose así mismo. Aquí, ¡Todo es posible!
Aterrizando en la actualidad política, la cosa pública y la gobernabilidad. Se rumora por algunos medios de la opinión sobre la dificultad que tendría la gobernabilidad del presidente Santos, por lo hipotecado que estaría, en medio de la pluralidad de apoyos en la pasada contienda electoral presidencial, dificultad para poder armar un equipo de gobierno idóneo para el próximo cuatrienio presidencial. ¡Dime cómo comienzas, y te diremos como terminarás! Valdría  la pena traer a colación este refrán.
Porque de la manera errática o sabia como un gobernante, para este caso presidencial, escoja su equipo de gobierno con libertad o amarrado por un círculo político cualesquiera, de esta manera sencilla de interpretar, así será la suerte de un país con más de cuarenta y cinco millones de habitantes que esperan un desarrollo social y económico acorde a las necesidades de cada quien.
Se viene asomando por esta misma vía una filosofía ideológica llamada la Tercera Vía, auspiciada y liderada recientemente por el mismo presidente Santos, con el apoyo de otros líderes mundiales, que en lo poco entendible, sería el distanciamiento del radicalismo político de la izquierda y la derecha política. La retórica diferencial sería lo social con mayor énfasis y cobertura en democracia. El modelo de Estado y el del Comercio, sería la discusión parlamentaria hasta donde sería posible ceder, avanzar o reestructurar el modelo actual.
Hipotéticamente ¿quiénes defenderían esta apertura gubernativa que ahora plantea Santos? No serían las estadísticas del Dane o en su defecto, un pronunciamiento del crecimiento de la economía nacional. ¡Simple! Solo la defenderán aquellos desempleados que encuentren empleo por la implementación de sus políticas de desarrollo. Y así sucesivamente, quienes carecen hoy de justas oportunidad que antes no la tenían. ¡Solo así!
Que los colombianos entremos en la moda de la civilidad y el desarrollo ante el mundo, no es cuestión de poner todas nuestras esperanzas en las manos mezquinas de los seres humanos. De los meros gobernantes de turno. Pero abogamos por sus éxitos gubernativos por la repercusión al pueblo:
_Dios se acuerda de los afligidos y no olvida sus lamentos, castiga a quienes les hacen violencia. Hazles sentir temor, Señor; ¡Hazles saber que no son más que hombres!_ Salmo, 9.
Saludo, Julio.

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