En esta reciente historia de la
cultura colombiana, vienen fortaleciéndose variados talentos de muchos de
nuestros compatriotas, quienes vienen poniendo en alto la ya mancillada
reputación de nuestra sociedad. Se ha logrado en la literatura, en la música y
muy extensivo en los deportes.
Pero lo huérfano, o mejor, lo
castrado de los talentos que recibimos los seres humanos se evidencia en el
escenario de la política. Que es donde se toman las grandes decisiones sociales
para la armonía y el desarrollo de nuestra convivencia civilizada y pacifica; para
la seguridad ciudadana y en los otros roles gubernativo que logren generar
oportunidades para una prosperidad compacta.
Entramos en un escenario de
complejidad electoral, es natural por ende, de que quien ciudadanamente está
comprometido con la política y la gobernabilidad nacional, va a apoyar democráticamente el lado de su ideología en el
rol de simpatizante de la democracia, o su conveniencia en el árbol político
del cual sea militante.
Pero más allá de esta coyuntura
electoral recalcitrante y polarizada, traigo a colación una entrevista periodística,
porque considero de que quienes anhelamos participar de alguna manera en el postconflicto
colombiano; podemos refrendarle los mismos anhelos de patria y de unidad nacional
que le deseamos todos los colombianos a nuestra selección de futbol en el
próximo mundial, Brasil 2014.
Comparto: Lucho Garzón, ministro
consejero para el Diálogo Social, que cada tanto en su blog defiende con
vehemencia y desparpajo al Gobierno, sostiene que el proceso de paz ha
desplazado el conflicto armado para darle un especial protagonismo al conflicto
social, cada vez más complejo y polarizado.
También, cree que el Gobierno tiene grandes deudas,
entre esas un referendo a la oposición que a su juicio se debió construir con
el Polo y no con las Farc en La Habana.
A la pregunta: Cree que la
izquierda y la derecha en el país están cada vez más parecidas: Hay una
izquierda contestataria que es anti todo. Y la derecha sí es que
definitivamente ya llegó a niveles de odio. Incluso incorpora ese odio a gente
que no considero que sea ni demagoga ni populista, como Oscar Iván Zuluaga.
Aclaro que hablo del que conocí,
no del que voy a conocer en campaña. En el fondo estoy defendiendo con
vehemencia un Gobierno al que entré no por desprogramado ni por oportunista,
sino por convicción, por la paz. Prensa.
He tenido coincidencias políticas
e ideológicas con Lucho Garzón desde cuando libró la lucha contra el hambre siendo
alcalde Distrital de Bogotá.
Aun siendo Lucho de izquierda en
el prototipo de defensor de la lucha por las clases menos favorecidas; ha
tomado decididamente trabajar con este gobierno Santos, sobre un tema supra fundamental
como es lograr la pacificación del conflicto armado en nuestro país.
A renglón seguido debo reconocerle
el talante incluyente y visionario del presidente Santos en involucrar en su
gabinete ministerial a personas como Lucho, ahora hablándole a su oído, con
unas convicciones ideológicas en políticas contrarias en muchos roles de los
cuales Santos profesa y ejecuta en su gobernabilidad.
A mismo renglón seguido, todos
los cristianos comprometidos también con las causas sociales; cambiamos el
orden de los factores, ya que nuestro
oído lo inclinamos al Dios Padre, primeramente. ¡Y sin demagogia religiosa! retransmitimos
su voluntad a su pueblo.
_La sabiduría libró a tu pueblo
de la nación que lo oprimía. Entró en el alma de Moisés, tu siervo. Y dio a tu
pueblo la recompensa de sus sufrimientos, y lo condujo por un camino maravilloso;
durante el día le daba sombra, y de noche era como la luz de las estrellas_ Sabiduría,
Cap. 10.
Saludo, Julio.
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