viernes, 18 de octubre de 2013

UN AMBIENTE DE FE



Yo creo que quienes le hemos apostado en respaldo de opinión y de fe a este proceso de finalizar el conflicto armado en Colombia con estos diálogos allá en la Habana; uno puede sentir cierta confianza por la representatividad en el talante de templanza y de prudencia del jefe negociador del gobierno Santos, Humberto De la Calle. ¡Que resplandezca de parte del Espíritu Santo de Dios! la paciencia sabia y necesaria para que esta oportunidad no desfallezca nuevamente. ¡Quiera Dios!
Igualmente quienes respaldamos los diálogos, porque  nos sentimos excluidos de alguna manera de este modelo económico capitalista, no esperamos en este Acuerdo la redención de una nueva doctrina económica que  amplíe y mejore nuevas oportunidades económicas. Si es que, de echarle toda la culpa por la  pobreza y la indigencia a las guerrillas colombianas. Guerrillas que luego se volvieron narcoterroristas.
Porque de ninguna manera, no es esta la oportunidad para la emancipación social para los más necesitados por medio de un Acuerdo. Pero bajarle balas al conflicto. Que sean reparadas sus víctimas. Y la no repetición del mismo; si es bastante para contar y soñar civilizada y democráticamente, para alcanzar un mejor cambio socioeconómico  a futuro, conjuntamente.
Un cambio que no necesariamente es revestirse de político; no, es abrirle los ojos –literalmente- a la ciudadanía para que conozca y defienda sus Derechos Constitucionales, porque luego de este arduo trabajo, será mas fácil hacerse elegir en democracia. ¡Si de ayudar se trata, lógicamente!
Ya en la práctica de nuestra realidad, quienes tenemos experiencia y titularidad profesional –afortunadamente- en el campo laboral del transporte de las cargas y el Comercio Exterior, este proyecto del gobierno central, debemos de alguna manera positiva y esperanzadora, respaldarlo en opinión y fe, también como los diálogos y su postconflicto. Comparto:
El río Magdalena es referente cultural de todo un país. Por eso, el proyecto que desde Cormagdalena estamos impulsando es tan trascendental. Colombia se prepara para uno de los más ambiciosos proyectos de infraestructura de este gobierno: nada más ni nada menos que la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena.
En el segundo semestre del próximo año veremos planchones y remolcadores navegando de día y de noche, moviendo millones de toneladas, llevando alegría con su paso por municipios ubicados a las orillas del Magdalena, con la esperanza de que la economía que existió antes de la década de los cincuenta del siglo pasado regrese a sus casas y mejore sus condiciones de vida.
Más de diez puertos están alistándose para iniciar sus construcciones, muchos en pequeños pueblos, que van a observar cambios sustanciales en su economía. En sus territorios se levantarán seis nuevos terminales fluviales con inversiones que superan los 280 millones de dólares y con empleos directos e indirectos para más de mil personas.
La transformación también se advertirá en el medioambiente: en la lucha contra el cambio climático, la sustitución del transporte terrestre por el fluvial resulta ser la solución más efectiva. Por: Augusto García Director ejecutivo de Cormagdalena.
Que somos unos privilegiados como polos de desarrollo nosotros los habitantes de la Región Caribe por nuestras ventajas comparativas para los negocios y el desarrollo de la economía nacional de acuerdo a nuestra posición geográfica; paradoja, también pobremente desventajados.
De nuestras regiones brotan ilustres personajes en la política y la cosa pública como aporte central ¡pero! Son más los corruptos, históricamente ¡La tristemente desventaja!
_Naciones, ármense de todo su valor. Escucha, Israel, pueblo de Jacob, mi siervo, a quien yo he elegido, pueblo descendiente de mi amigo Abraham. Vengan, para que hablemos de ese asunto; vamos a reunirnos para discutirlo_ Profeta, Isaías, Cap. 41.
Saludo, Julio.

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