Cuando uno oye hablar a la gente del común, y los que no son, sobre la más
certera solución definitiva a la criminalidad que traemos como legendario lastre
social en todos los límites territoriales de nuestra geografía, la respuesta es
casi unificada, que los bombardeen en
donde se encuentren, en sus madrigueras ¡así tajantemente!
Y cuando se habla igualmente sobre el lastre de la corrupción. Contra los
que conciertan para delinquir. Contra los que se apropian indebidamente de los
recursos y las inversiones del Estado, las respuestas y la solución es casi muy
similar a los que promulgan la criminalidad y el sicariato; que se les vaya
cortando algunos miembros de los dedos, de acuerdo al monto mal apropiado.
Porque igual que la criminalidad, para la gente no es suficiente el
endurecimiento de las penas, porque no existe como tal, temor por la ley, y,
menos por quienes la administran. ¡Generalidades!
Pero en la Constitución Política que nos rige, no admite como tal la pena
de muerte, más aún estamos regulados por entes internacionales que promulgan el
derecho a la vida, como tampoco lo promueve el Evangelio del amor y la
tolerancia que exhorta al servicio y la búsqueda permanente en pro de los
intereses de los más necesitados. Primeramente.
No obstante pareciera contradictorio, porque para que un creyente pueda
entrar al reino de su justicia, es preferible arrancarse uno de los dos ojos, si
uno de ello es pecador ¡así tajantemente!
Pero mientras en este país de los santos inocentes; sí, santos inocentes
porque casi nadie se declara culpable ni habiéndole comprobado su delito, mucho
menos que tengan el valor moral de pedirle perdón a la sociedad a la que le ha
desfalcado su patrimonio.
Mientras esta corrupción se hace perpetua, estaremos necesitando del
altruismo de algunos pocos que velan por el bienestar alimentario de los más
pobres de nuestra geografía colombiana:
El sacerdote que alimenta a 120 mil personas en Bogotá. El padre
Saldarriaga recibe el apoyo de empresas y grandes almacenes del país. Este sacerdote, es impulsor del Banco de
Alimentos. Quiere llegar a 500 mil en 2021.
Distribuyendo alimentos a través
de 700 organizaciones sociales, el Banco de Alimentos de Bogotá llegó esta
semana a la cifra de las 100.000 toneladas de comida distribuidas en 12 años de
trabajo. Este sacerdote, quien reparte su tiempo entre esta labor y la
parroquia San Maximiliano Kolbe, contó que uno de los promotores de este tipo
de ideas en Colombia fue el asesinado monseñor Isaías Duarte Cancino, en Cali. Prensa.
Un país incapacitado para
administrar la justicia, es un engendro de corrupción permanente, y por ende, es
una sociedad mendiga en casi su totalidad. ¡Caso nuestro!
Mientras sea incierto el cumplimiento
irrestricto a la ley por parte de los funcionarios públicos y los que contratan
con el Estado, para que no se sigan saliéndose por la tangente de los Estatutos
de la Anticorrupción existentes.
¡Ahora! Por medio de un Referendo
se le convocaría al pueblo en pleno como juez natural para que avale o
desapruebe el posible Acuerdo del gobierno con las Farc, para ponerle fin a un
conflicto de violencia. Conflicto que en conjunto con la corrupción estatal han
creado una sociedad de malhechores y de pobrecitos ¡Después! Cómo se acordaría
con los corruptos.
_Luego el rey se puso de pie y se
comprometió ante le Señor a obedecerle, a poner en práctica fielmente y con
toda sinceridad sus mandamientos, mandatos y leyes y a cumplir las condiciones
del pacto que estaban escritas en el libro. Y todo el pueblo aceptó también el
compromiso_ Segunda de Reyes, Cap.23.
Saludo, Julio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario