domingo, 13 de enero de 2013

OJO CON ESTE PAIS


Vida y País de contrastes. Porque nosotros los colombianos además de ser una de las sociedades más violentas y desiguales socialmente en la región, pese a lo anteriormente vivido y sufrido; ahora resulta que somos uno de los países más felices del Universo. Entiéndase por felicidad: Estado de ánimo de la persona alegre y satisfecha por la situación en la que vive. ¡Vaya contraste!
Los Más Felices, titular de El Heraldo: Una institución del Reino Unido, la Fundación Nueva Economía, en su índice Planeta Feliz 2012 destaca a Colombia como el tercer país más feliz del mundo, después de Costa Rica y Vietnam. Entre tanto, un estudio que ha causado un gran impacto como el realizado por Win-Gallup International posiciona a Colombia como el país más feliz del mundo. El presidente Santos ha dicho que este es un golpe a los pesimistas.
Pese a ser un bendecido  trabajador colombiano en décadas continuas; y ahora un comunicador de la fe y sus buenos propósitos profesándola en esta última década, discrepo en parte esta confusa felicidad social de nosotros los colombianos.
Porque si esta medición incluyen a esos vendedores ambulantes que a diario se desplazan en los buses de servicio público, lánguidos en sus facciones y retóricos en sus discursos en el penoso portafolio del rebusque, quienes no gozan de un salario, de un derecho a la salud y una esperanza de pensionarse algún día de su agitada existencia; tendríamos que preocuparnos, aun mas por ellos.
Porque quienes entendemos que el futuro de un País Institucionalmente Democrático y Participativo a toda la ciudadanía; es precisamente, la libertad, la voluntad  y el conocimiento que todo ciudadano debe tener y ejercer, para postular deliberadamente a sus gobernantes públicos. ¡Más dudo! Que la infelicidad entre sus necesidades básicas insatisfechas, lleguen con transparencia a los comicios electorales a elegir con conocimiento de causa.
Pero la noticia que en particular nos regocija es que a Barranquilla se le estime como la ciudad más feliz del país. El tema da para extendidas y seguramente controversiales discusiones pues sobrevendría válidamente el debate acerca de qué entendemos por felicidad. No faltará quien diga que una ciudad con tantas carencias y necesidades no puede declararse feliz, y podría argumentarse que es probable que estemos igualando felicidad con conformismo. El editorialista.
Valga aclaración más certera sobre de que como País y como Regiones nos debe preocupar que la ciudadanía no tenga la capacidad de entendimiento en el discernir entre lo que es el conformismo social, con la gratitud de ser feliz, por el solo hecho de tener vida y salud.
A saber que nuestro Establecimiento de Estado Social de Derecho siga sin la defensa fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. La cual solo se defenderá insoslayable y previamente derrotando al abstencionismo y al comprador de la conciencia electoral del ciudadano colombiano. Casos de la historia regional de la Costa Caribe, en donde el bandido electoral, literalmente pesca en el rio revuelto, del hambre y la miseria. En esta discrepa amañada felicidad.
_Desde el cielo, Dios mira a los hombres para ver si hay alguien con entendimiento, alguien que busque a Dios. ¡Ojalá que del monte Sión venga la salvación de Israel! Cuando el Señor haga cambiar la suerte de su pueblo, se alegrarán los descendientes de Jacob, todo el pueblo de Israel_ Salmo 53.
Insistiremos los ciudadanos demócratas. Defendiendo de alguna manera representativa y  general. Que la defensa a la Institucionalidad del Estado, empieza en las urnas electorales. ¡Ojo al bandido!
Saludo, Julio.

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