Igual que la salud física es indispensable
para los seres humanos. Igual. El diseño, la ejecución y el mantenimiento
preventivo de las obras de infraestructura para la salud de todo Estado de
gobierno. Más, si este Gobierno viene promoviendo Tratados de Libre Comercio
con otros Estados universales de gran calado en su competitividad por su
desarrollo económico e infraestructura.
Me encontraba de visita en la oficina de un
amigo y vecino laboral, Carlos González, hoy, Presidente de una Federación de
Logística Portuaria en esta ciudad. Me comentaba, a manera de sugerencia, que
hiciera referencia en una de mis columnas de opinión sobre el tema puntual de
las tediosas Obras Públicas en Barranquilla. Me dije a mismo que lo iba a
investigar e intentar y redactarla.
Aprovechando la ocasión, y por iniciativa de
él, le dirigimos una solicitud vía Facebook a la Alcaldesa de la ciudad, en
unos temas puntuales sobre la problemática a el acceso a las aéreas portuarias
de la Avenida Hamburgo, sector comprendido por la Zona Franca, la Dian y
Sociedad Portuaria. Sugerencias sobre inseguridad y la inmovilidad caótica por
tantas tractomulas estacionarias sin control en esta importante vía portuaria.
Posteriormente me vino como anillo al dedo,
otra titularidad del editorialista de El Heraldo: Felicidades y Afugias que nos
Depara el Río Magdalena. La coincidencia afloraba en que se veía venir una gran
Obra Pública de gran magnitud para la ciudad y para el país en su afluencia
cercana al Rio Magdalena a lo largo de unos 1.500 kilómetros, en donde se ha de
construir un nuevo puente.
El puente. Quienes transitamos a diario en
una de las arterias más importantes para la entrada y salida de la ciudad de
Barranquilla, sector comprendido en la vía al Aeropuerto Ernesto Cortissoz, un
simple pero urgido necesario puente que se construye, pero en el que se intuye
por el letargo de su construcción, que se demorará su entrega en no menos de
dos años totales desde su construcción. Muchos kilómetros de caos depresivos
acumulados para quienes lo transitamos a diario. Entonces la pregunta: ¡Cuánto
demorará el otro!
Retomando la
conversación con Carlos, tratando de sacarle conclusiones a tanto letargo, se
justifica en cambio, los tiempos necesarios tomados en la prevención de las
adjudicaciones públicas, para tratar de que la mafia de los carruseles de la
contratación no se filtren ante la nueva ley de Anticorrupción. Más no
encontramos justificación alguna, las odiosas demoras de alargue de las
construcciones en las obras ya adjudicadas.
Recordaba que el
presidente Santos, sacaba su Ego capitalino en la entrega parcial de la
construcción del nuevo Aeropuerto El Dorado, en donde argumentaba la
importancia de la obra y su imponencia al ser una de las mejores construcciones
en la región. Sacaba pecho por la eficacia con la se construyó. Eficacia de la
cual dudamos quienes vivimos en otras regiones, aunque dentro del mismo país.
Sería uno un
desconocedor de la realidad de la cual se encuentra hoy la Administración Distrital
de Barranquilla, quien viene siendo recuperada después de décadas secuestradas
por la corrupción y la ingobernabilidad antaña; Mas nunca será suficiente lo
hecho, mientras subsista tanto letargo en la construcción de obras de grandes
impactos sociales que requiere la comunidad con urgencia.
Tendría uno que
contar, aun siendo un optimista moderado, con una gran fe aferrada a la
existencia humana para ver comenzar, terminar y mantener, ante la voluntad política
y de gestión de ciertos gobernantes de turno, las obras públicas que se anuncian.
_No se
preocuparon por buscarme a mí, que los saqué de Egipto, que los guié por el
desierto_ Jeremías capitulo 2.
Saludo, Julio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario