domingo, 20 de enero de 2013

LAS TEDIOSAS OBRAS PUBLICAS


Igual que la salud física es indispensable para los seres humanos. Igual. El diseño, la ejecución y el mantenimiento preventivo de las obras de infraestructura para la salud de todo Estado de gobierno. Más, si este Gobierno viene promoviendo Tratados de Libre Comercio con otros Estados universales de gran calado en su competitividad por su desarrollo económico e infraestructura.
Me encontraba de visita en la oficina de un amigo y vecino laboral, Carlos González, hoy, Presidente de una Federación de Logística Portuaria en esta ciudad. Me comentaba, a manera de sugerencia, que hiciera referencia en una de mis columnas de opinión sobre el tema puntual de las tediosas Obras Públicas en Barranquilla. Me dije a mismo que lo iba a investigar e intentar y redactarla.
Aprovechando la ocasión, y por iniciativa de él, le dirigimos una solicitud vía Facebook a la Alcaldesa de la ciudad, en unos temas puntuales sobre la problemática a el acceso a las aéreas portuarias de la Avenida Hamburgo, sector comprendido por la Zona Franca, la Dian y Sociedad Portuaria. Sugerencias sobre inseguridad y la inmovilidad caótica por tantas tractomulas estacionarias sin control en esta importante vía portuaria.
Posteriormente me vino como anillo al dedo, otra titularidad del editorialista de El Heraldo: Felicidades y Afugias que nos Depara el Río Magdalena. La coincidencia afloraba en que se veía venir una gran Obra Pública de gran magnitud para la ciudad y para el país en su afluencia cercana al Rio Magdalena a lo largo de unos 1.500 kilómetros, en donde se ha de construir un nuevo puente.
El puente. Quienes transitamos a diario en una de las arterias más importantes para la entrada y salida de la ciudad de Barranquilla, sector comprendido en la vía al Aeropuerto Ernesto Cortissoz, un simple pero urgido necesario puente que se construye, pero en el que se intuye por el letargo de su construcción, que se demorará su entrega en no menos de dos años totales desde su construcción. Muchos kilómetros de caos depresivos acumulados para quienes lo transitamos a diario. Entonces la pregunta: ¡Cuánto demorará el otro!
Retomando la conversación con Carlos, tratando de sacarle conclusiones a tanto letargo, se justifica en cambio, los tiempos necesarios tomados en la prevención de las adjudicaciones públicas, para tratar de que la mafia de los carruseles de la contratación no se filtren ante la nueva ley de Anticorrupción. Más no encontramos justificación alguna, las odiosas demoras de alargue de las construcciones en las obras ya adjudicadas.
Recordaba que el presidente Santos, sacaba su Ego capitalino en la entrega parcial de la construcción del nuevo Aeropuerto El Dorado, en donde argumentaba la importancia de la obra y su imponencia al ser una de las mejores construcciones en la región. Sacaba pecho por la eficacia con la se construyó. Eficacia de la cual dudamos quienes vivimos en otras regiones, aunque dentro del mismo país.
Sería uno un desconocedor de la realidad de la cual se encuentra hoy la Administración Distrital de Barranquilla, quien viene siendo recuperada después de décadas secuestradas por la corrupción y la ingobernabilidad antaña; Mas nunca será suficiente lo hecho, mientras subsista tanto letargo en la construcción de obras de grandes impactos sociales que requiere la comunidad con urgencia.
Tendría uno que contar, aun siendo un optimista moderado, con una gran fe aferrada a la existencia humana para ver comenzar, terminar y mantener, ante la voluntad política y de gestión de ciertos gobernantes de turno, las obras públicas que se anuncian.
_No se preocuparon por buscarme a mí, que los saqué de Egipto, que los guié por el desierto_ Jeremías capitulo 2.
Saludo, Julio.

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