domingo, 11 de noviembre de 2012

ANALISTA EN LA FE


No somos hasta la actualidad un país sumergido en el subdesarrollo por la falta absoluta de personas pensantes e influyentes en todas las esferas de nuestra sociedad, quienes vienen de la academia colombiana y fuera de ella.
Curtidas personas conocedoras del andamiaje de la economía global y la geopolítica, pero como todo límite natural del ser humano, aciertan y desaciertan tanto en el presente como el futuro que nos delinean según su conocimiento científico que ofrece el saber del mundo andante.
Muchos de nosotros admiramos y le reconocemos su aporte social como son entre muchos: algunos gobernantes y políticos, los pocos científicos con reconocimiento nacional e internacional, matemáticos con su aporte a todo el resorte de la  educación, y el sector del periodismo narrativo e investigativo y su valioso aporte en la opinión pública y privada. Sin este aporte, estaríamos ocupando el indecoroso primer puesto en las desigualdades de la región. ¡Primeros! del cual no estamos muy lejos de ocupar.
En cuanto a lo que tiene que ver con nuestra anhelada consecución de la paz a través de los acercamientos del gobierno y la guerrilla; conversando con un estimado amigo, quien quería saber mi opinión acerca de este proceso.
Muy por encima del dolor de ver la barbarie de 10 campesinos asesinados por los que encarnan la sevicia del mal; y aún peor, de lo que esto pueda extenderse sin conseguir resultados alentadores, mi posición es de plena convicción moderada optimista. Independientemente del conciliador talante del gobierno de turno y la disposición entre mentiras y verdades de los altos mandos guerrilleros. Me dejo persuadir- espiritualmente hablando y viviendo- sobre los tiempos que vivimos, que no solo puede ser la tragedia la que predomine nuestro futuro como pueblo y como sociedad que anhela civilizarse.
¡Entonces! a mi amigo le prediqué lo que me habían predicado en la congregación a la que asisto: En Josué capitulo 6: Nadie podía entrar ni salir de Jericó, pues se habían cerrado las puertas de la ciudad para defenderla de los israelitas. Pero el señor le respondió a Josué en recomendación de que los soldados israelitas dieran vuelta durante seis días. Siete sacerdotes irán delante del cofre del pacto, cada uno con una trompeta, y el séptimo día darán siete vueltas a la ciudad. Cuando ustedes oigan que las trompetas den un toque especial, griten con todas sus fuerzas, y la muralla de la ciudad se vendrá abajo. Al séptimo día, Josué ordenó a la gente; Griten, porque el señor les ha entregado la ciudad.
La Palabra de Dios y su numerología interpretativa es para ayer, hoy y hasta el final de los tiempos. Ayer Jericó. Ahora somos los colombianos quienes seguimos en cautividad por una serie de inequidades en estas políticas mezquinas frente a un guerrerismo ideológico entre quienes se arman para buscar el poder y, el poder político mismo ejecutivo, legislativo y judicial armado en corrupción.
Entonces. Pongo mi cuenta analítica en la fe: Este 2012 ha acertado en quienes predijeron que es un cambio de conducta social y, de aquí, le sumo siete años, y para entonces estaremos celebrando el Bicentenario de la gloriosa Gesta Bolivariana, que con su Ejército, nos libertó en la Batalla de Boyacá un Sábado 7 de Agosto de 1819.
Hubo una vez, alguien se armó con fusiles en mano y de ahí hasta nuestros días, somos lo que somos socialmente por una absurda batalla de poderes políticos y económicos que nos han llevado al lastre de hoy.
Esta. Mi cuenta en la presente lucha con toda la ley constitucional, y por supuesto, nuestra lucha de fe hasta 2019.
Saludo, Julio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario