No somos hasta la actualidad un país
sumergido en el subdesarrollo por la falta absoluta de personas pensantes e
influyentes en todas las esferas de nuestra sociedad, quienes vienen de la academia
colombiana y fuera de ella.
Curtidas personas conocedoras del
andamiaje de la economía global y la geopolítica, pero como todo límite natural
del ser humano, aciertan y desaciertan tanto en el presente como el futuro que
nos delinean según su conocimiento científico que ofrece el saber del mundo
andante.
Muchos de nosotros admiramos y le
reconocemos su aporte social como son entre muchos: algunos gobernantes y políticos,
los pocos científicos con reconocimiento nacional e internacional, matemáticos
con su aporte a todo el resorte de la educación,
y el sector del periodismo narrativo e investigativo y su valioso aporte en la opinión
pública y privada. Sin este aporte, estaríamos ocupando el indecoroso primer
puesto en las desigualdades de la región. ¡Primeros! del cual no estamos muy
lejos de ocupar.
En cuanto a lo que tiene que ver
con nuestra anhelada consecución de la paz a través de los acercamientos del
gobierno y la guerrilla; conversando con un estimado amigo, quien quería saber
mi opinión acerca de este proceso.
Muy por encima del dolor de ver
la barbarie de 10 campesinos asesinados por los que encarnan la sevicia del
mal; y aún peor, de lo que esto pueda extenderse sin conseguir resultados
alentadores, mi posición es de plena convicción moderada optimista. Independientemente
del conciliador talante del gobierno de turno y la disposición entre mentiras y
verdades de los altos mandos guerrilleros. Me dejo persuadir- espiritualmente
hablando y viviendo- sobre los tiempos que vivimos, que no solo puede ser la
tragedia la que predomine nuestro futuro como pueblo y como sociedad que anhela
civilizarse.
¡Entonces! a mi amigo le prediqué
lo que me habían predicado en la congregación a la que asisto: En Josué
capitulo 6: Nadie podía entrar ni salir de Jericó, pues se habían cerrado las
puertas de la ciudad para defenderla de los israelitas. Pero el señor le respondió
a Josué en recomendación de que los soldados israelitas dieran vuelta durante
seis días. Siete sacerdotes irán delante del cofre del pacto, cada uno con una
trompeta, y el séptimo día darán siete vueltas a la ciudad. Cuando ustedes
oigan que las trompetas den un toque especial, griten con todas sus fuerzas, y
la muralla de la ciudad se vendrá abajo. Al séptimo día, Josué ordenó a la
gente; Griten, porque el señor les ha entregado la ciudad.
La Palabra de Dios y su numerología
interpretativa es para ayer, hoy y hasta el final de los tiempos. Ayer Jericó. Ahora
somos los colombianos quienes seguimos en cautividad por una serie de
inequidades en estas políticas mezquinas frente a un guerrerismo ideológico
entre quienes se arman para buscar el poder y, el poder político mismo
ejecutivo, legislativo y judicial armado en corrupción.
Entonces. Pongo mi cuenta analítica
en la fe: Este 2012 ha acertado en quienes predijeron que es un cambio de
conducta social y, de aquí, le sumo siete años, y para entonces estaremos
celebrando el Bicentenario de la gloriosa Gesta Bolivariana, que con su Ejército,
nos libertó en la Batalla de Boyacá un Sábado 7 de Agosto de 1819.
Hubo una vez, alguien se armó con
fusiles en mano y de ahí hasta nuestros días, somos lo que somos socialmente
por una absurda batalla de poderes políticos y económicos que nos han llevado
al lastre de hoy.
Esta. Mi cuenta en la presente
lucha con toda la ley constitucional, y por supuesto, nuestra lucha de fe hasta
2019.
Saludo, Julio.
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