miércoles, 13 de julio de 2011

PACIENTEMENTE

Viene sorprendiendo a los colombianos la manera como ha organizado el gobierno y como viene sosteniendo el discurso y el hecho de atacar con verticalidad la corrupción en Colombia, sorpresivamente en manos del presidente Santos, es decir, sorprende la manera de gobernar tanto a los que lo eligieron quienes venían creyendo en la continuidad del gobierno anterior, como a nosotros que optamos por el cambio en formalizar el discurso de la cultura de la legalidad.
Recientemente Santos, presidente de los colombianos, escribió sobre un prólogo sobre el libro de un inglés que titula Superando la Corrupción y que hace más de treinta años causó conmoción la frase de un presidente colombiano que enunció reducir la corrupción a las mínimas proporciones.
Tiene y cuenta con todas las posibilidades de la manera como organizó a su gabinete y como viene implementando fórmulas tangibles para crear estrategias integrales y Estatales, que a un presente futuro le faciliten desterrar los discursos de trasnocho electoral sobre el flagelo de enfrentar tan monstruoso elemento inherente a la naturaleza humana, y tan laxo a la justicia colombiana para reducirlo y combatirlo de tajo.
Se viene el presidente Santos alejando de la tradicional forma de gobernar a la complacencia de los interese de los partidos tradicionales y los no tradicionales, en no eligiendo a dedo a sus subalternos. Y se viene integrando ideológicamente por quienes optamos por la posibilidad de gobernar en contra de las costumbres de la politiquería, y en cambio, parece visiblemente el presidente Santos gobernar para construir un país más justo y legal. Educando y extendiéndose levemente a una moralidad y ética en el servir de lo público, dentro de una corruptible naturaleza humana colombiana. Más inversión en educación y menos recursos y desgaste para castigar a infractores del servicio público. Visión y misión del Buen Gobierno, el cual predica este gobierno.
Confirma esta manera de gobernar del presidente Santos conforme a mis convicciones de ver un futuro lisonjero para las actuales y próximas generaciones de nuestra raza colombiana. Es decir, que de mantener esta tendencia en donde están actuando integral y vehemente gobierno y los órganos de control sobre la inversión pública, por convicción, dentro de una década, estaremos reafirmando una nueva historia en una manera social y digna para ver y admirar, canalizando hacia la constitución de una mejor conciencia ciudadana emanada por la cultura de la legalidad.
_Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo_ Hebreos. Cap. 1, 1-2.
Pese a los leves cambios de esta noble manera de gobernar a Colombia, es lógica la resistencia por tantas discrepancias de ver el presente y hablarle a su gente de un mejor futuro para vivientes y nacientes en esta fluctuosa vida de inseguridad por corrupción y criminalidad de años en años.
Me satisface de inmensa manera la confianza entre lo Divino y lo Humano, más lo segundo lo ato al cumplimiento irrestricto de lo primero. Confío estar en el debate y las deliberaciones de este futuro lisonjero colombiano. Por el bienestar de todos, más aun, de los más sufridos por todas las injusticias traídas por el asentamiento de los intereses de una política manipuladora y perversa.
_Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando_. Hebreos. Cap. 2, 5.

Saludo, Julio.

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