jueves, 23 de enero de 2025

 

LA SALVACIÓN DE COLOMBIA

En la democracia más admirada del Continente Americano se posesionó un sindicado quebrantador de la ley; eso sí, elegido en franca lid a Donald Trump como legítimo presidente de los Estados Unidos. Ya antes tenía referenciado el título de esta crónica dominical, por lo que en nada tiene relación la belicosa administración Trump con la titularidad del mensaje nacional que busco transmitir.

Lo que no es admirable para la vida cristiana es oír en el discurso de posesión la invocación de Dios en medio de un propósito social en beneficio de un progresismo económico nacionalista, que a su vez es excluyente con los inmigrantes de los países circunvecinos.

Es una blasfemia el posar de religioso y al mismo tiempo devaluar la vida del prójimo en condiciones adversas como lo es un inmigrante, porque escrito está que la verdadera religión es aquella que asiste al desvalido: léase en Santiago 1: 26-27, ¿o acaso un inmigrante en su tribulación socioeconómica no lo es?

Ya como presidente en ejercicio Trump les promete a los estadounidenses llevarlos a vivir en una "era dorada" de prosperidad económica, algo muy similar cuando en este gobierno Petro a los colombianos nos prometieron vivir "sabroso".

No obstante el símil del populismo político de allá y de acá, los americanos en esta administración buscan además de sus condiciones económicas favorables, que mejore aún más su dorada calidad de vida, pero de llegar a vivir sabrosos los colombianos, fue una burlesca mentira electoral.

Ustedes mis lectores continuos a mis opiniones públicas se preguntarán: "entonces de qué lado ideológico administrativo estaré de acuerdo en mi apreciación de este mundo político".

Pues bien, estoy del lado de hallar el bienestar general sin la acepción de personas de acuerdo a su estrato social, raza o credo, y sobre la institucionalidad democrática que rige en Colombia, los método electorales para llegar al poder político a como dé lugar, no es razón consuetudinaria con mi manera de pensar.

A pesar de todo, con esta inusual manera de pensar he presentado un proyecto cultural bibliotecario a la administración municipal de Sabanalarga, Atlántico, y además, busco apoyo institucional para llevar mi texto: Esta es mi fe, a todas las cárceles del país.

Difícil creer que por esta manera de pensar, igual de escribir, yo obtenga a simple vista un apoyo económico de una administración pública regional o nacional, lastimosamente mi fe social no me alcanza a concebirlo, por ahora.

Pues bien, dicen que antes del domingo fue sábado, dicho esto, la misión de mi evangelización civil está dirigida y direccionada a la educación ciudadana bajo la premisa de la ética electoral, lamentablemente es nulo el interés cívico para apoyar proyectos como estos acá en Colombia.

Ahora bien, que esta labor se masifique gratuitamente en las redes virtuales, eso dependerá de la decisión libre y de fe social de cada ciudadano lector a quien le llegue mi prédica semanal.

Entiéndase que depurar la democracia es salvar al país, siempre y cuando se cambie la forma de pensar coherente con la forma de elegir a los gobernantes en Colombia, independiente de qué línea ideológica partidista sean los gobernantes de los países circunvecinos.

Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. (…), manteniendo en alto la Palabra de Vida. Filipenses 2:14-16.

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