jueves, 14 de enero de 2021

¡Y QUIEN ES ESE!

¡Y no dejó títere con cabeza! Así se describe en la prensa, radio o televisión, cuando ha habido un debate de carácter nacional sobre un tema candente e importante en el espectro político, social o económico, y que se hacen virales, discutidos y comentados en las distintas redes sociales.

Con suma modestia, desde mi invisibilidad nacional como escritor de opinión, así o algo parecido fue mi anterior columna: En boca de Pedro. Y quienes la leyeron se dieron cuenta la generalización de las mea culpas. Y les aclaro, que yo tengo definido mi culto religioso, y en democracia elijo según mi parecer pacifico ideológico.

Y es que si yo estuviera ahora interesado en dirigir una institución religiosa –cualquier culto-, o con intenciones en una administración pública en poder de un grupo o líder político –en los diferentes existentes-, de antemano, leyendo ellos lo que se dijo, lo más probable y aconsejable, es que se me cierren las puertas.

Haciendo memoria reciente muchos sabemos cómo fue la iniciación de los hechos al comienza del año 2020, año del cual casi nadie quiere recordar ni reflexionar; y lo catastrófico pasó por el calentamiento global, la covid-19 que sigue mutando los años, y la afortunada salida del gobierno central de los Estados Unidos, que fue lo más impresentable, política, moral y éticamente, por decir lo menos.

 ¡Ahora! Como se dice popularmente, que así como es el desayuno, así será el almuerzo y sucesivamente, y este 2021 no lo podíamos iniciar con pasividad y conformismo social. Dicho lo anterior, con la misma modestia, considero, que mi columna de inicio, estuvo considerable según lo que anhelamos reconocer, rectificar, sanar y continuar en pluralidad social.

Es mi costumbre tomar frases acordes a lo que emiten mis pensamientos de fe, y hace 4 años copié para una de mis redes sociales una frase del entonces popular, controvertido y célebre sacerdote, Alberto Linero; esto escribió: A veces quisiera dejar de ser tan directo, luego recuerdo que el Man hizo lo mismo y se me pasa.   Y en mi red social lo acompañé con: Hebreos 4:12.

En la anterior mencioné una palabra, palabra omnisciente que es una fuerza, que define que conoce todas cosas reales y posibles, y quien la logre encarnar y la comparta socialmente, le hará un inmenso aporte incalculable a esta comunidad.

Comunidad, que en su economía familiar, la gran mayoría padece de necesidades básicas insatisfechas prehistórica colombiana. Y en el espectro político actual, afloran líderes con una acidez de pensamientos ideológicos de extrema rabia, venganza y de tomar ventaja para ampliar su frondosa popularidad electoral con estas “virtudes humanas”.

La misma habilidad política de convocatoria que unos se esfuerzan al máximo para seguir gobernando y defendiendo sus políticas económicas “esperanzadoras y sagradas” y, otros en la extrema oposición, se desvelan por la  “liberación” de la real y perpetua horrible noche de los padecimientos de fatiga estomacal en los insatisfechos, los pobres y hambrientos.

Y por lo que creo, pienso, medito y propongo, puedo parecer un ser humano extraterrestre de pocos amigos; pero como hijo, hermano, padre, esposo, vecino y amigo, engaño.

Y no mencioné como compañero de trabajo, que como subalterno y jefe en mando, del cual dejé una huella en más de 30 años casi ininterrumpidamente; a estos en especial, dejo la responsabilidad de mi escrutinio privado, a que lo hagan público.

A todos ellos, más precisamente a estos los últimos, que cotidianamente compartí locuras de compatibilidad en las experticias laborales conjuntamente con las enseñanzas y los mandatos celestiales. Pues ellos, abrirán o cerrarán filas; cuando les pregunten: ¡Y quién fue ese! Lucas 19:9.

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