Las arremetidas de los ex
presidentes contra el actual Gobierno nacional en cuanto a la paz y al fallo de
la Haya, deberían verse bajo sus franquezas, porque son sacadas desde los más
profundos odios y celos viscerales de un ser humano, de la cual, no se reviste
salvaguardar el buen nombre ni culto a la tolerancia.
Cree uno que desde la Academia,
donde necesariamente los ilustres exgobernantes –generalizando- pasan un buen
tiempo para formarse, allá uno creería que no estar de acuerdo contra algo y
contra alguien, se haría saber sobrepasando las vanidades y las emotividades. Con
una objetividad que cualquiera diga, éste no es del montón, por lo formado y lo
centrado para la crítica ante la sociedad.
Pero deben ser los cálculos políticos electorales, los que
no pasan por la distinguida Academia y, permiten ver lo que la conjunta opinión
nacional e internacional leemos, escuchamos y vemos reciente y periódicamente.
Lo anterior viene guardado en la reciente memoria histórica colombiana ex-presidencialista, desde
el Proceso 8.000, pasando por el Caguán y hasta la Parapolítica, lo visto,
leído y oído hasta la fecha.
Se le tiene en cuenta el tintico
ofrecido para que fuese ser sorbido en la misma mesa de la reconciliación, entre
Santos, Uribe y Pastrana por iniciativa del Vicepresidente Angelino Garzón. Uno
diría que mediar si estará en el pensum moral y social de la misma Academia; ¡pero
Vice! esto es una contienda que se desprende de las entrañas de la carne
humana, independientemente si se es gobernante o exgobernante, y que el fin de
estas contiendas deben llegar hasta
herir las vísceras del contrincante. Irreconciliable además en la misma carne.
Podrá en cambio, estimado Vice Garzón,
en mi imaginaria prospectiva social,
hacer como hizo Noé en su época quien dentro de su Arca salvadora, logró domar,
por mandato y acompañamiento del Espíritu de Dios, conviviendo él y su familia
con toda clase de animales ¡incluyendo a
los más salvajes!
_Y a causa del enemigo, tampoco
había paz para los habitantes; y yo había puesto a los unos en contra de los
otros. Pero ahora, para los que queden de este pueblo, ya no voy a hacer como
en los primeros días. Porque la paz estará sembrada entre ellos. Yo el señor lo
afirmo_ Zacarías, Cap. 8
En cuanto al proceso fallido de
la Haya debe seguir la contienda jurídica en defensa del Estado para
salvaguardar los derechos fundamentales de los pescadores quienes son nuestros
hermanos de patria, los Isleños.
En cuanto al proceso de paz con
la guerrilla de las Farc; la postura de la Procuraduría advirtiendo unas cinco
posibilidades jurídicas de impunidad en el Marco Jurídico para esta negociación;
acá el diálogo académico y jurista debe ser perentorio en su debate, sin celos,
ni vanidades, ni mucho menos cálculo electoral alguno, solo con el fin de
corregir el Marco de esta Ley, contrario, desmentir en su interpretación al
Procurador.
Por el bien común debe llegar a
un fin este conflicto colombiano, reclamándoles a los intelectuales de las
Farc, algunos quizás también pasados por la Academia, para que sean más
inteligentes todavía, alejados de las ansiedades que producen el llegar al poder público en un santiamén, entiendan ellos
mejor las oportunidades que les brindan estos tiempos proféticos.
Para los colombianos. Nosotros
que todavía habitamos sus fatigados territorios. Para aquellos también que han
emigrado al extranjero buscando mejores oportunidades para adquirir calidad y
estabilidad de vida personal y familiar. Recomendación Bíblica. Invitándolos a
leer y escuchar con fe y esperanza, ésta
profecía anunciada por Zacarías, en Todo su capítulo 8. Acá desde la academia
de Dios.
Saludo, Julio.
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