lunes, 13 de junio de 2011

LEY PARA SENSIBILIZAR HUMANOS

En la manera más posible trato de hacer énfasis en las cosas que tienen apariencia de benévolas para el país y la construcción de una mejor sociedad colombiana, yo me esmero por optar por lo constructivo. Aunque no siempre es posible este deseo, sobre todo en esta comunidad resquebrajada por tantas injusticias y desigualdades sociales.
Connoto dos hechos de la semana en curso, uno: La sanción presidencial a la llamada ley histórica de la reparación de las Victimas de la violencia, a la cual hizo presencia el secretario de la ONU, y en la cual el presidente Santos manifestó que a partir de esta ley, el país se para a la orilla de las víctimas por el conflicto interno armado y sancionó frases con convicción como: No seremos los mismos después de este dolor. No seremos los mismos después de tanta sangre, después de tantas lágrimas, de tanto sufrimiento.

No seremos iguales después de recorrer -con el alma encogida por el pesar y el miedo- décadas de violencia entre hijos de una misma nación.
Y yo creo que cualquier ciudadano colombiano sin sesgo partidista, esperaría y desearía la materialización, no solamente ésta, sino todas las leyes que conduzcan a la inclusión social y a la protección de los Derechos fundamentales que emana nuestra constitución política. Es mi buen deseo. Y; la segunda: Sobre el panorama de la economía colombiana la cual muestran un grado de mejoría y que con esto se esperaría una calificación que favorecería la inversión extranjera y la llegada de flujos con destino a inversión de portafolios al país, ya que un ente internacional, la Fitch, otorgaría próximamente una calificación positiva por su andamiaje económico. Según expertos en la materia.
Y a mí que navego consultando y opinando entre lo Divino y lo Humano; también me consuelo en:

_Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. Para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos_. Gálatas. Cap. 4, 4-5.
Como es de conocimiento público que no es sinónimo cuando se habla de que cuando se dice que el país va bien, a la gente también, mientras, el hambre sigue habitando en muchos hogares de la patria, el desempleo carcome las mentes de los menos defendidos de nuestra sociedad, y que la informalidad laboral deteriora cualquier sueño de prosperidad individual y comunitaria; pero, desesperaría aún más a cualquier ciudadano del común, y causáramos vergüenza e humillación gubernativa y ciudadana ante la comunidad internacional si el país no se moviera contra el lodo real de la corrupción, el terrorismo y el narcotráfico como un marco social de siempre.
Y termino con la motivación de esta ley de Victimas; Santos, quien en varias oportunidades ha dicho que solo por la aprobación de esta ley ha valido la pena ser Presidente, fue elogioso con las organizaciones de víctimas, con el Congreso y con los partidos políticos que la respaldaron.
Hago en mi deber ciudadano y constitucional el observamiento de la ley y las nobles intenciones del presidente Santos, a la lógica deliberación del Congreso de la República, para que las banderas que postulan la llamada Prosperidad Democrática logren enjugar las lágrimas y el derramamiento de sangre entre los mismos hijos del tricolor patrio colombiano.

Sería lo más justo.
_Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, padre!_ Gálatas. Cap. 4, 6.

Saludo, Julio.

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