lunes, 6 de junio de 2011

EL MUNDO DROGADO

Escuchaba recientemente una predicación y el tema central era la felicidad que buscamos todos los seres humanos en variedades de esfuerzos y sin discriminación de estratos sociales, desde drogadictos, alcohólicos hasta los más altos dignatarios del conocimiento; pero, la gran diferencia son los diferentes caminos y herramientas escogidas para alcanzar tan anhelado placer. Ser feliz.
Esto respecto con la puja suscitada sobre la opinión y el estudio de expertos de la lucha antidrogas en el mundo. Ahora tres líderes y ex presidentes de gobiernos debaten sobre el fracaso de la lucha antinarcóticos durante los últimos 50 años y la regularización de la marihuana. En donde una nueva estrategia no será una tarea facilista y lo más probable es que se alimentaría una polémica cíclica, pero sin cambios sustanciales en el corto y hasta mediano plazo.

Y es que vienen sufriendo en plena piel social y económica tres países del continente americano como lo son Perú, México y Colombia que durante las últimas tres décadas los estragos por el tráfico de narcóticos le han traído consigo: corrupción, insuficiencia institucional, crudecimiento de la violencia y pérdida de valores y así sucesivamente el desgreño social de sus comunidades.
Pero no es un descubrimiento saber que desde el destierro de las primeras criaturas humanas habitadas en el paraíso -el Edén-, se confeccionó el mundo de la infelicidad humana el génesis de un conflicto social de nunca acabar –historial con épocas más críticas que otras- en generaciones tras generaciones en donde cada quien busca lo suyo, sin importar daños colaterales.

Aun así, existe y hay un paso posible para una metamorfosis entre el comportamiento del hombre animal al espiritual, que ha de terminar el uno y comenzar el otro hasta la cuarta generación.
Luego es una tarea de todos los sectores involucrados en la lucha perenne contra la drogadicción social en el mundo, para poder ,pese a todo, seguir manteniendo viva la convivencia, y es tarea de: gobiernos, líderes cívicos y espirituales, académicos y científicos que deberán abrirse a un adulto consenso para optar medidas que logren minimizar el acabose de una sociedad que se viene consumiendo en el cultivar sus propios placeres y negarse a entender que requiere cambios sustanciales para ser menos carnívoros en la búsqueda de una verdadera felicidad duradera, y para esto requiere ser más ambientalistas y espirituales; o al menos que se demuestre lo contrario. O seguir manteniendo la debacle que genera Ser solo carne y hueso y vana mentalidad, sin ser rentable social y económicamente hablando. El debate y las estrategias para desafiar y contrarrestar este comenzante y delirante tercer milenio, apenas empieza.
_Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente_ I Corintios. Cap. 2,14.
Sobre el espinoso tema de quienes optan por la legalización de este escollo en la comunidad; dos ex drogadictos colombianos manifiestan que: es un salto al vacío, mientras otro dice que es una medida pervertida. El gran milagro sería revertir el efecto nocivo que generan las drogas ilícitas del consumo narcótico y que desestabilizan el normal comportamiento del ser, a convertirlas científicamente en una solución curativa medicinal y racional para la estable salud del mismo ser humano. Consúltese a la ciencia, a la inteligencia humana, a la fertilidad de la tierra, y a Dios, por su puesto.

_Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios_ I Corintios. Cap. 3, 9.

Saludo. Julio.

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