LA SALVACIÓN DE
COLOMBIA
En la democracia más admirada del
Continente Americano se posesionó un sindicado quebrantador de la ley; eso sí,
elegido en franca lid a Donald Trump como legítimo presidente de los Estados
Unidos. Ya antes tenía referenciado el título de esta crónica dominical, por lo
que en nada tiene relación la belicosa administración Trump con la titularidad
del mensaje nacional que busco transmitir.
Lo que no es admirable para la
vida cristiana es oír en el discurso de posesión la invocación de Dios en medio
de un propósito social en beneficio de un progresismo económico nacionalista,
que a su vez es excluyente con los inmigrantes de los países circunvecinos.
Es una blasfemia el posar de
religioso y al mismo tiempo devaluar la vida del prójimo en condiciones
adversas como lo es un inmigrante, porque escrito está que la verdadera
religión es aquella que asiste al desvalido: léase en Santiago 1: 26-27, ¿o
acaso un inmigrante en su tribulación socioeconómica no lo es?
Ya como presidente en ejercicio
Trump les promete a los estadounidenses llevarlos a vivir en una "era
dorada" de prosperidad económica, algo muy similar cuando en este gobierno
Petro a los colombianos nos prometieron vivir "sabroso".
No obstante el símil del
populismo político de allá y de acá, los americanos en esta administración
buscan además de sus condiciones económicas favorables, que mejore aún más su
dorada calidad de vida, pero de llegar a vivir sabrosos los colombianos, fue
una burlesca mentira electoral.
Ustedes mis lectores continuos a
mis opiniones públicas se preguntarán: "entonces de qué lado ideológico
administrativo estaré de acuerdo en mi apreciación de este mundo
político".
Pues bien, estoy del lado de
hallar el bienestar general sin la acepción de personas de acuerdo a su estrato
social, raza o credo, y sobre la institucionalidad democrática que rige en
Colombia, los método electorales para llegar al poder político a como dé lugar,
no es razón consuetudinaria con mi manera de pensar.
A pesar de todo, con esta inusual
manera de pensar he presentado un proyecto cultural bibliotecario a la
administración municipal de Sabanalarga, Atlántico, y además, busco apoyo
institucional para llevar mi texto: Esta es mi fe, a todas las cárceles del
país.
Difícil creer que por esta manera
de pensar, igual de escribir, yo obtenga a simple vista un apoyo económico de
una administración pública regional o nacional, lastimosamente mi fe social no
me alcanza a concebirlo, por ahora.
Pues bien, dicen que antes del
domingo fue sábado, dicho esto, la misión de mi evangelización civil está
dirigida y direccionada a la educación ciudadana bajo la premisa de la ética
electoral, lamentablemente es nulo el interés cívico para apoyar proyectos como
estos acá en Colombia.
Ahora bien, que esta labor se
masifique gratuitamente en las redes virtuales, eso dependerá de la decisión
libre y de fe social de cada ciudadano lector a quien le llegue mi prédica
semanal.
Entiéndase que depurar la
democracia es salvar al país, siempre y cuando se cambie la forma de pensar
coherente con la forma de elegir a los gobernantes en Colombia, independiente
de qué línea ideológica partidista sean los gobernantes de los países
circunvecinos.
Háganlo todo sin quejas ni
contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio
de una generación torcida y depravada. (…), manteniendo en alto la Palabra de
Vida. Filipenses 2:14-16.