COMPARTE ESTE CONVIDADO MENSAJE
Escucho la noticia de la intempestiva visita del presidente Petro al vaticano para dialogar con el reciente pontífice León XIV, y según una de las principales peticiones del presidente fue la mediación del papa -en visita apostólica a Colombia- con los insurrectos del ELN en particular.
Se quedó corto el presidente Petro al no pedir una segunda mediación entre el ministro del Interior, el hoy Armando Benedetti y la Canciller, Laura Sarabia; no faltará el que me diga que esto es una comparación exabrupta, que en nada tiene que ver una cosa con la otra; pues si tiene que ver, y mucho.
Hipotéticamente soñado que el pontífice León XIV acepte y programe la venida apostólica en este gobierno Petro, y apoyados en Marcos 9:23, toda la cúpula del ELN se desarma con el mensaje de la reconciliación nacional emitida por el papa.
Independientemente del caos estructural de la desorganizada "paz total" de este mismo gobierno; muy así, miles de guerrilleros ya desarmados de su fusil vienen esperanzados a la civilidad en busca de oportunidades laborales formales.
Y, lo que van a encontrar es una tiranía estructural gubernamental entre la política nacional y la cancillería del gobierno anfitrión que impiden de manera sistemática la organización ministerial para el avance del desarrollo social y económico en un país líder mundial del desempleo y la informalidad laboral.
Alcanzo también a leer en un titular de una prensa capitalina que: la "Uspec, la poderosa entidad que maneja un presupuesto de casi $2 billones, se volvió fortín de cuotas burocráticas; entidad que coordina los servicios alimentarios de los presos del país".
Casualidad de la vida, porque les recuerdo que le hice la invitación a los distintos candidatos presidenciales a que compren mi primer libro: Esta es mi fe; pues bien, este trabajo lo tengo misionado en mi fe cívica para llevarlo a todas las cárceles del país.
Llevarlo implica una financiación económica importante, porque según las estadísticas carcelarias de la nación, serían más de 100 mil personas privadas de la libertad en Colombia; es decir, sería un libro entregado por mi persona a cada recluso.
Para esto, desde ya, quien sea el próximo gobernante de este país le presentaré formalmente este proyecto -para su estudio, aprobación y financiación- que hace parte de mi evangelización civil, un trabajo literario espiritual que en parte está consolidado en mi texto mencionado.
Dicho de paso, todo el contexto de mi libro lleva la doble intención de invitar a la civilidad a quienes se encuentran sumergidos en la criminalidad, de igual manera, guardando las proporciones del daño físico a las otras personas, también tiene la invitación moral en democracia a mis conciudadanos a elegir candidatos inconmensurablemente éticos.
Desde luego que estos mensajes de exhortación a la civilidad total, no depende por ahora su masificación a través de los medios de comunicación regional o nacional, sino que, su multiplicidad está sugerida a mi círculo de contactos virtuales a quienes les comparto mis crónicas dominicales directamente.
Conciudadanos lectores que igual que yo, deseamos la comunión social de nuestra fe cristiana alimentada en la palabra de Dios, primeramente, y a quienes anhelan por un justo bienestar social para todos.
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13.
Autor: Julio De La Hoz Arévalo.