miércoles, 16 de abril de 2025

 

RESUCITAR A LA CIUDADANÍA

Estuve haciendo algunas comparaciones y diferencias viendo y oyendo varias entrevistas por los grandes medios de comunicación nacional al exconvicto colombiano, Carlos Lehder; comparaciones porque ahora somos colegas al haber publicado ambos un libro, él manifiesta que ahora vive económicamente de las regalías como escritor; difiero, porque no es mi caso actualmente.

Después de ser un activista político ideológico en su vida como narcotraficante, Lehder ahora en su ocaso, no tiene intenciones de participar en la política en Colombia; contrariamente yo cumplo 25 años, y prosigo como librepensador opinando sobre este incomprendido tema social.

En algunos pasajes de la entrevista, Lehder después de haber purgado una pena de 33 años -la edad de Cristo, que llaman-, pide a los colombianos menos estigmatización a su pasado criminal en la resocialización de su vida.

Noté en medio de las entrevistas hablar como si fuese una persona creyente cristiana; de ser así, al leer el Evangelio de Cristo, le recomendaría el pasaje de la conversión de Saulo a Pablo de Tarso en Hechos de los apóstoles, capítulo 9.

Estamos de acuerdo en que la extradición de colombianos debe ser abolida; no obstante, sobre la situación judicial de impunidad en la que se encuentra postrado el país, de solo proponerlo ya es un hecho inconveniente e inviable, por ahora.

Con tantas series televisivas sacadas de la producción delictiva que los miembros del narcotráfico en Colombia generan, puede que lo relatado en el libro de Lehder sea muy predecible.

Ahora bien, para entrar en materia sobre la titularidad de esta crónica dominical que coincidirá su publicación virtual con la conmemoración de la Iglesia Católica sobre la Resurrección de Cristo, pienso que:

Para que en el invaluable arte de las letras no sean los libros más atractivos para adquirir y leer los que cuenten la ignominiosa historia de los narcotraficantes de nuestro país, se debe persistir en el arte de la cultura de la civilidad de la cual, honrosamente yo hago parte como autor de un texto cívico.

En: Esta es mi fe, mi primer libro, en su diversidad de contenido, no sólo están documentados las malas prácticas de la política y la administración pública de hechos ocurridos a lo largo y ancho de la nación, también hay propuestas para las buenas prácticas de estas mismas actividades públicas.

Lehder defiende la no extradición, yo en una columna de opinión que hace parte del compendio de mi libro, propongo que los jueces municipales tengan una connotación de poder de justicia como un magistrado de las Altas Cortes.

Es decir, que si en mi municipalidad, un habitante instala una denuncia porque le robaron una gallina, en días, a más tardar semanas, se investigue y se haga justicia contra el victimario y reparación a la víctima y, así sea con todos los delitos causados menores o mayores ocurridos en cada jurisdicción territorial.

Empero, difícil es entrar en razón a mis conciudadanos sobre la importancia de exigirle al unísono a gobernantes y legisladores que trabajen en comunión de la fe que suelen profesar la mayoría.

Luego así, logren mitigar comúnmente las necesidades básicas insatisfechas de millares de colombianos sedientos de una justicia social, pero esta labor independiente es una comprobada tarea ciudadana mía malqueriente, por ahora.

Mateo 23:37 dice: (...) "¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!".

viernes, 4 de abril de 2025

 EN EL CENTRO CIUDADANO

"Buen día jefe, entendiendo lo leído debemos ser responsables a la hora de elegir y ya no comer de tanto cuento malicioso"; me lo escriben con respecto a la anterior columna de opinión dominical titulada: Con las cuentas claras.

Téngase en cuenta que dejé de ser jefe de bodega desde hace 4 años después de haberlo ejercido por casi una década laborando en una de las bodegas de carga del aeropuerto de Barranquilla, y todavía, muchos de esos excompañeros de trabajo hacen parte de mis lectores, y aún, a algunos les nace decir que sigo siendo su jefe.

Del trabajo en el aeropuerto recuerdo que me reunía periódicamente con mis compañeros en lo que se denominaba un Briefing; son -eran para mí- comités a oficina cerrada donde los reunía en particular y se impartían conjuntamente instrucciones concertadas, precisas y concisas que solo importaban a ese grupo de trabajo en mi liderazgo.

Por estos hechos, celebro que al gobierno Petro no le prohibieron la transmisión de sus consejos de ministros en los medios de comunicación nacional, y que a su vez sea respetuoso cuando los fallos son adversos al interés de su gobierno.

A renglón seguido, cada televidente determinará en su preciado tiempo si considera provechoso para el país la forma de mando del presidente ante sus subalternos, y si esto deja una enseñanza de liderazgo laboral administrativo público admirable.

Entre otras cosas, ya en la culminación de este gobierno, el presidente buscará los mecanismos que considera más beneficioso para terminar su mandato, pero para quienes hacemos análisis de opinión pública, es más relevante analizar a los posibles candidatos presidenciales año 2026.

Hilando en el análisis con miras a esta disputa presidencial venidera, en la anterior contienda presidencial, una vez se diluyó electoralmente la llamada "Coalición de la Esperanza", yo escribí una columna titulada: A enderezar el centro; dicha columna de opinión hace parte de mi libro: Esta es mi fe.

La hice no entiendo la política de una manera "dinámica" -cambio de bando- como así la ejercen de acuerdo a los intereses personales o partidistas como es la costumbre, porque yo considero que el centro político es la representación perenne de la reputación política de las personas: Proverbios 4:27.

Sin modestia alguna, cuento con elementos de conocimiento técnico académico y con experiencia laboral administrativa para aspirar a un alto cargo público municipal, así como me lo vienen sugiriendo familiares y amigos cercanos.

No obstante, considero ser más útil a esta sociedad dedicándome en tiempo completo a mi evangelización civil, porque el espectro social, obvio, es mucho más amplio y, los resultados de culturizar a la ciudadana colombiana pueden ser de mayor impacto y de beneficio al país.

La huella laboral indeleble que dejé en la mente y el corazón de quienes estuvieron bajo mi jefatura, además de mi experticia de operador logístico que venía cerrando las tres décadas, yo les compartía mi arte literario sellado por mi espiritualidad y mi fe en el Evangelio.

Por todo esto que les comparto a mis asiduos lectores, es para dar testimonio fehaciente que lo humano y lo divino se pueden conjugar en beneficio de causas comunes, es decir, se puede ser una persona ejemplar y, a su vez, ser lo mismo como creyente.

Y si ustedes son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos según la promesa. Gálatas 3:29.