Estamos heridos y golpeados, llamados a la humildad y a escuchar. Demasiados abusos y errores, pero no llega el mea culpa. Nos gana la soberbia: @ErikaFontalvo.
Mea culpa. Soy parte de la clase
política que no ha logrado un país suficiente para todos. Pido perdón e invito
a otros políticos, empresarios y líderes a reconocer sus fallas: @CarlosGalán.
Y dijo el Señor a Satanás: He
aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.
Y salió Satanás de delante del Señor. Job 1:12.
Y he aquí, en este territorio
latino con un glosario para: asesinar, amenazar, secuestrar, desaparecer
personas, y extorsionar al empleador, entre otros vejámenes del delito; es la
prueba fehaciente que la mano de la maldad que agredió a Job, mutó hacia
Colombia.
Por ende, los que en comunidad,
nosotros aunque bajo el amparo de la Ley y la Constitución, con la destrucción
criminal y antisocial nos toca convivir, y aun así, por gracia, vivimos para
contarlo. Territorialmente. Durmiendo nosotros con este satánico enemigo.
Porque, la mala hora dada a Job,
se asemeja a la nuestra como país. Ya que, de generación en generación, la
capacidad destructiva de la envidia, del celo, el rencor, y el odio político,
viene destruyéndonos, lenta y mutuamente.
Pero a la vez que el mal político
nos destruye internamente como comunidad latina, tenemos que con vergüenza,
salir a pedir ayuda a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, para
que sólo venga y nos audite la maldad y la impunidad nacionalista.
Y terminamos siendo en América
Latina, peligrosamente, una odiosa amenaza antisocial, como si, literal, izáramos
nosotros la bandera de la vergüenza continental.
Luego en el exterior, como si se
portara un pasaporte de viajero, generalizados como sanguinarios, siendo
estigmatizados como una raza humana peligrosa y violenta, y perfilados en cada
puerto de entrada al extranjero.
Y es por la culpa del negocio
satánico del narcotráfico, quien astutamente, como un hábil jugador de billar,
juega a dos bandas; primeramente, financia campañas políticas para inferir en
las decisiones legislativas y gubernamentales en todas las esferas del poder
público.
Porque ya cuando el daño está
hecho, filtrado el mal en las administraciones del Estado, financian los
disturbios en las marchas populares a través de guerrillas y paramilitarismo,
para distraer a las autoridades, y ellos ejercer libremente el transporte y
tráfico de narcóticos.
Es que, la manipulación criminal
dentro de las instituciones estatales, de mandar a eliminar al enemigo a sangre
y fuego, se ha vuelto una carrera diplomática profesional satánica con un
silencio impune.
Y también hay manipulación con la
utopía de la salvación nacional. Y por eso, sin manipulación a mi lector, en un
sincero análisis ciudadano, debemos ir visualizando el camino de la
restauración social, fuera del divisorio panorama político que manda en
Colombia.
Utopía electoral. Porque a la
vista de todos, no hay hasta ahora, un programa social técnico y académico,
basado en un proyecto económico laboral creíble y atractivo que pueda
persuadir, ofreciéndole cambiar la actividad económica ilegal al que vive
trabajando para Satanás. ¡Para el narcotráfico!
Y a futuro: ¿Quiénes tendrán la
sabiduría para ser elegidos y gobernar a Colombia? ¡Serán los políticos y los
líderes, que saldrán con manos limpias, después de acogerse a un: Mea culpa!
¿Ganará entonces la propuesta de,
Carlos, hijo de, Galán? ¡O como dice, Erika! Nos seguirá ganando la soberbia.
¿Quién puede subir al monte del
Señor? ¿Y quién estará en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro;
el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño: Salmo 24:4.
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