miércoles, 23 de julio de 2025

 CON CIVILIDAD TOTAL, PAZ

De la instalación de la nueva legislatura del Congreso de la República este 20 de julio, voy a ocupar dos o tres párrafos al iniciar esta columna de opinión, de una parte, sobre el discurso del presidente del Congreso y, la otra, del también costeño, el presidente de la República Gustavo Petro.

En la alocución del presidente del Senado, Efraín Cepeda, la sintaxis fluyeron en el contexto del papel para defender las instituciones democráticas; no obstante, cuando se refería a la ética dentro de esa misma defensa en el ejercicio legislativo, la palabra hipocresía se me vino a mi mente.

En cuanto al presidente de la República, con menos de la mitad del tiempo utilizado era más que suficiente para mostrar las cifras que según su gobierno han logrado para el país; afirmo que Gustavo Petro puede ser un gran historiador y docente en el conocimiento de la vida y obra del libertador Simón Bolívar.

Dicho que uno como alumno, el pedagogo de historia nos ilustra cómo se formaron las repúblicas y las naciones; sin embargo, lo que no puede enseñar con el ejemplo es para dónde se dirige el destino de esos pueblos.

Cumplido estos tres párrafos, paso siguiente a darle el contenido a esta titularidad que combina la civilidad total en todos sus estamentos de la vida comunitaria, para luego concretar avances sociales de paz y convivencia para toda la nación.

Yo, estuve inmerso durante el tiempo que se demoró el desarme de las extintas Farc con el gobierno de Juan Manuel Santos, me leía cada comunicado de prensa que salía en medio de la negociación del desarme de los fusiles que amenazaron y asesinaron a la población civil de ese entonces.

Lo seguía detenidamente porque estaba organizado, estructurado, y dirigido por personas profesionales metódicas designadas como funcionarios plenipotenciarios que representaban al gobierno Santos.

Desde luego, era partidario del desarme, no obstante, ya para entonces tenía una trayectoria espiritual en mi nueva manera de pensar que acumulaban años de experiencia en la lectura, consulta, y discernimiento de la Palabra de Dios y, de ahí, me había formado como columnista de opinión.

Todo esto me hacían pensar y saber que en ese proceso, si se llegaba a un acuerdo por parte y parte, como así sucedió, solo se iba a obtener un desarme de los fusiles de los insurrectos guerrilleros, porque la parte plenipotenciaria para contribuir al desarme espiritual, no estuvo contemplado en dicho proceso.

Contando con este pequeño análisis, ya no queda tiempo ni método para organizar un equipo aún mejor del de Santos para continuar con otros procesos para desescalar la espiral de violencia y la extorsión a cuenta de los diversos grupos delincuenciales habidos y por haber.

Dicho esto, el próximo gobierno nacional antes de iniciar cualquier intento de negociar con estos grupos de la criminalidad, para nadie es un secreto que lo primordial es moralizar la Fuerza Pública de Colombia.

En mi texto publicado: Esta es mi fe, contiene una serie de columnas de opinión notables que escribí en esa época del desarme de las Farc y que hacen parte de mi libro; por ende, está a disposición de adquisición, lectura, investigación y análisis para el gobierno nacional año 2026 en adelante.

La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. Romanos 8:6.