Buscando argumentos históricos con respecto a la titularidad de este artículo, escudriñando en la lectura bíblica en el libro de Jueces, me encuentro con un nombre que identifica a un antiguo pueblo idólatra, llamado los madianitas.
Y esto dice de ellos: "El espíritu de Madián
es un terrible enemigo del pueblo de Dios y los hombres en general. En la
revelación bíblica Madián es pobreza, miseria y opresión".
"Y se puede manifestar con desánimo, temor,
desorden o escasez, y generalmente opera engañando a los hombres y llevándolos
a esclavitud, estancamiento y debilidad".
Pero cualquier semejanza del "antiguo"
espíritu de Madián, comparado con nuestra "espiritual" realidad
social y económica, NO es otra mera recurrente coincidencia.
Porque semejante es la manifestación del desánimo
con lo que se protesta en la actual comunidad colombiana a causa de la escasez
de oportunidades laborales, entre otros factores sociales.
Lo que no nos cuenta la historia del espíritu
maligno que dirigía a los madianitas, era que, si la ciudadanía alababa en
principio a sus gobernantes, y después iban y marchaban en contra de sus malas
decisiones y actuaciones.
¿O eso solo se puede hacer y ver en pueblos y
naciones que son regidos por uno de los sistemas modernos de gobiernos menos
malos entre los que existen, como es la democracia?
Más en verdad, a alguien le oí decir de una
esclavitud moderna, pero si en la antigüedad a los madianitas se le reveló su
espíritu desde la pobreza hasta una debilidad no definida; pues acá si está un
pueblo en la modernidad del hambre, frente a una débil ciudadanía democrática
que adormece.
Y lo que no parece tener en común, en términos
generales con la cultura politeísta de este espíritu madianita, es que en
Colombia se dice y se vocifera con "voz de trueno" que somos un
pueblo mayoritariamente creyente del cristianismo.
Conforme, es algo que en su apariencia de prédica
y cultura, no admite discusión. ¡Pero bien sabe el crédulo religioso, que una
cosa es ser creyente de dientes para afuera, más otra, es ser obediente al
mandato dado!
Paso siguiente es que "no adoramos dioses
humanos que nos engañen"; excepto a líderes políticos en campaña, que bien
son elegidos veneradamente a legisladores y gobernantes, pero posteriormente si
se denota un engaño al ciudadano, eso es causa democrática inofensiva y pasajera.
Porque eso de decir que "para atrás ni para
coger impulso", pareciera ir en contradicción con quien dijo que,
"quien no conoce su historia, está condenado a repetirla". ¡Y vaya
que se repite!
¿Y a donde quiero llegar con esto?, es que sí
debemos mirar atrás para conocer nuestra historia y no volver a repetirla,
porque dicen los historiadores que la causa principal de nuestro conflicto
armado, comenzó en el despojo de la tierra de nuestros campesinos en todo lo
largo y ancho del territorio nacional.
Un conflicto que sigue por los siglos a razón de
NO contar con Jueces judiciales de conocimiento y con sabiduría que dirima TODO
conflicto en el mismo terreno de veredas, pueblos y ciudades; contrario aquí
gira toda discusión salvífica centralizada en el mandato presidencialista.
¡Ciegos! ¿Qué es más importante: la ofrenda, o el
altar que hace sagrada la ofrenda? Mateo
13:19.
A futuro: La honorabilidad de mando con mayor
prestigio y poder para un cargo público, NO sería el presidente de la República,
serían los jueces en cada Departamento reparando TODA víctima, porque
garantizar la muralla del orden público y la seguridad del país, con diligentes
jueces, es suficiente.
Apocalipsis 21;2 y 14: La gran muralla que sostendrá
a la gran Ciudad llamada la Nueva Jerusalén, ésta, estará resguardada por doce
cimientos.