No nos digamos mentiras políticas, porque la burocracia va inherente a la
gobernabilidad pública; que cambie de nombre, según la circunstancia, es otra
cosa.
Y viene a hacer el caballito de batalla de quienes no están bajo esta
sombra laboral que reparte puestos públicos, sino en la oposición ante quienes
gobiernan. Es una rivalidad insoslayable.
Lo que sí es veneno social es la incompetencia por la falta de
conocimiento profesional y laboral de algunos funcionarios públicos
provenientes de una cuota política partidista con afines al que gobierna.
Y el otro fruto del pecado, es quienes son designados por su conocimiento
y profesionalismo ¡pero! huérfano totalmente de probidad. Y una tercera
consecuencia, es la burocracia rancia, la cual envenena el juego electoral democrático.
Es decir, reelegirse, si la ley lo permite, o, pretender seguir gobernando en
cuerpo ajeno. Recogiendo las mieles de puestos laborales redimidos en votos
electorales.
Pero la calidad y la permanencia de los políticos con una mayor credibilidad
en la opinión pública, es que quien gobierna, atine a que su burocracia en su mayor grado sea
eficaz y eficiente. Traduciéndose en una empresa púbica productiva socialmente.
De acá dependerá de la calidad de gobernante que se tenga. ¡Por eso! En esta
historia con escasez épica, sobran dedos de las manos al contabilizarlos.
El presidente Santos ha dado un paso en la dirección correcta al anunciar
que 334 medicamentos más tendrán control de precios. También es una buena
noticia la ampliación de los tratamientos incluidos en el Plan Obligatorio de
Salud.
Pone en evidencia un hecho
elemental y, al mismo tiempo, de extraordinaria trascendencia: que, pese a la
doctrina liberal que ha imperado en medio mundo durante las últimas décadas,
hay precios que se pueden –y se deben– controlar, sin que por ello se ponga en
riesgo la sociedad de libre mercado.
Además, el Gobierno ha
incorporado cerca de 70 procedimientos y tratamientos al Plan Obligatorio de
Salud (POS), de modo que los prestadores del servicio estarán obligados a
ofrecerlos al paciente sin que el Estado deba reponerles el dinero extra que
paga por servicios no incluidos en el sistema obligatorio. Tomado del
Editorial, en elheraldo.com.
Si hay un tema Legislativo conjuntamente
con el Ejecutivo que mas desacredita a la política y la gobernabilidad, es
precisamente el tema y el negocio descomunal de la Salud Pública en Colombia. Acá
no ha habido Ministerio de este ramo que haya gozado de popularidad y buen
criterio ¡Todos han de desacreditarse! Un reto ético para el actual y todos los
descendientes en este ramo.
Ir en la dirección correcta,
indiscutiblemente es ir en este favor que hace el actual gobierno Santos y su
Ministerio de la Salud, de esta manera épica y por este mismo camino, se puede
deslucir la rancia burocracia.
En el fondo, la razón para tanta
ley, tanto órgano de control, tanto paternalismo, es que no creemos en la
democracia, porque no creemos en el pueblo que tenemos.
Y como fracasan todos los
esfuerzos por hacer cada 3 o 4 años las más completas y perfectas reformas
políticas, por cambiar la Constitución y las leyes, lo único que nos queda es
cambiar el pueblo. Tomado de un columnista de eltiempo.com, titulado: A
reformar el pueblo.
_Yo no soy profeta, ni pretendo
serlo. Pero el Señor me quitó de andar cuidando ovejas, y me dijo: Ve y habla en
mi nombre a mi pueblo Israel. Por lo tanto oye la palabra del señor.
Esto es lo que tú dices: No
hables nada en nombre de Dios contra Israel, ni digas nada contra los descendientes
de Isaac. Profeta Amos. Cap. 7.
Saludo, Julio.