Un quebranto de mi salud -no covid- interrumpió la secuencia semanal en mis publicaciones de opinión en: @lavozdelcarmen. Pero por lo que soy, doy, creo, y escribo, amigos cercanos dicen que Dios tiene un propósito importante en mi vida. ¿Y si juntaran sus intenciones hacia “mi reino”?
Pero debo aclarar que la
titularidad de esta columna podría dar lugar a una interpretación de quien lo
escribe es un blasfemo; no obstante no se dijo antes: Que si nuestra justicia
no supera la de los escribas y fariseos, no entraremos en el Reino de Dios; Mateo
5:20. Y esta columna de opinión por la fe, siempre será un apéndice de su
Palabra.
Y en este estado de quebrantos de
salud, me empujan sin contemplación y sin consulta alguna, a dar un giro de no
sé de cuántos grados en el contenido y la intención social de la opinión
pública en mi blog.
Entendiendo ahora que la
imperiosa necesidad es velar, primeramente, por la salud de cualquier ser
humano, sin criticar su credo, o su pecado particular y político.
En detalle debo contarles:
Después de 35 años de la primicia, he sido visitado por una nueva isquemia al
inicio del mes, y duré cinco días hospitalizado en el cual me practicaron los
exámenes científicos y rigurosos que los profesionales en la materia
consideraron.
Y clínicamente logré palpar la
calidez del sector humano de la salud colombiana, esos que laboran por un
sueldo -no lo mercantil del sistema- , y que forman un equipo profesional que
fue diligente y que con pasión a su labor, me atendieron oportunamente.
Pero lo que se ve en dificultad
al ojo humano, no es más que una preparación para proseguir bajo el amparo de
la misericordia, la paz y la reconciliación para todo el que cree. Y las
circunstancias particulares adversas llevan, sumando seguidores,
intrínsecamente, la salvación social de los pueblos.
Ahora vivo con una carga con
pesos y contrapesos. Porque seguiré viviendo con la dirección de las citas
bíblicas que nos redimen, versus, las citas médicas y su ciencia médica inexacta,
en donde las enfermedades pretenden reprimir nuestro andar.
Sumado ahora seguiré siendo
obediente con las recomendaciones tanto de la una, como de la otra; luego me
preguntaré: Quien me echará cuento en mi restauración equilibrada, tanto en lo espiritual,
como en lo corporal. Confiando que ambos conocimientos, están requeridos y
atendidos.
Y ustedes pasarán de ser mis
lectores para ser también mis jueces de opinión. Porque ahora estudiarán si una
columna posterior, mengua, en su fe contra la anterior. Entonces dirán y
testimoniarán si las citas médicas y las enfermedades me van reprimiendo, o
caso contrario, las citas bíblicas me siguen redimiendo y bendiciendo palpablemente.
Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos se deleiten en mis caminos. Proverbios
23:26.
Antes trabajé treinta años en el
sector logístico, y terminé más como un líder que como un jefe en mando; luego
ahora, déjenme ustedes en este imaginario equipo de quebrantados en la salud,
ser su capitán.
¡Me anticipo! Pero también es
probable y aceptable que la crítica escéptica a la fe cristiana, llegue a
reprobar y reprochar mi misión por el estado de salud, por no estar en óptimas
condiciones; pero en sentido figurado –modo, tiempo y lugar-, antes también se exigió:
Que se baje de la cruz y se salve a él mismo, y luego le creemos. Mateo 27:42.
Vamos a volver al Señor: él, que
nos despedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos
sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él. (….) Oseas 6:1-6.