En lo concerniente a la misión-visión
del postconflicto colombiano, el gobierno del presidente Santos acierta en la
iniciativa de combatir la corrupción pública, no de la misma manera como está
pretendiendo finalizar el conflicto armado a través del dialogo y la concertación
con las guerrillas. ¡No! La corrupción la pretende atacar con muchos frentes de
control institucionales. Nota:
Crearán grupo especializado de
inteligencia para casos de corrupción. Gobierno pretende que un comando
anticorrupción determine cuáles son los casos para priorizar. Con el fin de
fortalecer la lucha contra la corrupción y poder priorizar los casos a
investigar, el Gobierno anunció recientemente la creación de un grupo
especializado de inteligencia que se encargará de seguir casos relacionados con
este tipo de delitos.
La intención es que entidades
como la Dipol, la Uiaf, la Dijín y la Agencia Nacional de Inteligencia del
Gobierno sumen esfuerzos para determinar cuáles son los casos más grandes para
poder priorizar las investigaciones. Que este año sea el de los resultados en
la lucha contra la corrupción, precisó el presidente Santos.
Este grupo estará bajo la
vigilancia de un comando anticorrupción, conformado por la Fiscalía, la
Contraloría y la Procuraduría, el cual contará con el apoyo de la Presidencia.
Prensa.
El escepticismo ciudadano colombiano
y de cualquier ser humano que tenga un grado mínimo de conocimiento y de
entendimiento, resulta ser este un factor de resistencia para gobierno alguno
que muestre todas las intenciones de cambiar el rumbo de una comunidad como la
nuestra que históricamente está fraccionada por las desigualdades sociales y la
criminalidad que no hace distinción de clase social alguna.
Pero los muertos del conflicto
armado los ponen los más pobres, léase los campesinos, igual que los estómagos que
anidan sin contemplación el hambre y la falta de salud y educación.
¡Más! de acuerdo a los resultados
mostrados en estos dos frentes para combatir la criminalidad y las miserias
sociales, para cualquier gobierno, llámese hoy el del presidente Santos, la
comunidad en su gran mayoría democrática, respaldará y acompañará
irrestrictamente ¡ya no las intenciones! sino los comprobados resultados
obtenidos en beneficio de un país con una mejor cultura, con justicia e inclusión
social y con oportunidades tangibles y verificables.
Son plausibles los esfuerzos institucionales
tanto administrativos como judiciales para restarles espacios a los
delincuentes que se roban los recursos públicos, quienes a su vez, le restan
todas las posibilidades a la inversión social de las regiones y de todo un país.
Ir avanzando en el combate de
estos dos frentes delincuenciales; los aspirantes a gobernar las regiones y más
adelante el país en general, automáticamente cambian todos los paradigmas y sus
prioridades quienes tendrán que amilanar
las ineptitudes administrativas para no desviarse de las rutas ya antes trazadas.
Le corresponderá en gran parte de
responsabilidad democrática a la ciudadanía en general, al pueblo como
constituyente primario, elegir con conocimiento de causa, a quiénes se les
encargará la gobernabilidad y la administración sagrada de los recursos públicos.
Eso de que tenemos que dejarles
un mejor país a nuestros hijos, pero siguiendo anclados en nuestras zonas, no
de confort, sino zonas de la condenación e impotencia mental ante la
criminalidad y la corrupción, que históricamente vienen haciéndonos creer que son
infinitamente indestructibles.
Como tampoco podemos forjar una ciudadanía
denunciante permanentemente ante los casos de corrupción. También la prioridad inteligente es intensificar la pedagogía
de sanas prácticas púbicas para Buenos Gobiernos.
_Los padres hablan a sus hijos de
tu fidelidad. Sólo los que viven pueden alabarte, como hoy lo hago yo. El Señor está aquí para salvarnos_
Profeta, Isaías, Cap. 38.
Saludo, Julio.