Para quienes tenemos la honrosa
labor de hablar en la siempre constructiva fe cristiana; a mí por ejemplo
–Gloria a Dios- para nada se me complica el escribir, con mesura optimista,
sobre el escenario político del postconflicto colombiano. Alejado de cualquier
apasionamiento sistemático, será largo y pedregoso. Creo firmemente que la fe será
un factor determinante en esa política.
La columna vertebral de este
nuevo aparato político, será sin dudarlo, la gobernabilidad en la Administración
Pública elegida por la vía democrática, específicamente: gobernaciones y
alcaldías; Razón por la cual, es menester como ciudadano activo el trabajar desde
ya sobre la opinión pública, específicamente hacia el nicho del escepticismo.
A un año de las elecciones
regionales, los liberales, el partido de la U, y Cambio Radical buscan un
acuerdo para ir en coalición a esos comicios. El acuerdo sería solo para
alcaldes y gobernadores, caso en el que la ley permite que los candidatos sean
avalados por diversos partidos a la vez. Partidos de coalición tranzan para
enfrentar al Uribismo en próximas elecciones. Conservadores dicen que podrían
concurrir en esa alianza con miras a comicios locales y regionales.
Aunque los conservadores no forman
parte de la coalición de gobierno, podrían coincidir con los partidos de la
coalición en algunas regiones.
Vamos a hablar con todos los
partidos, con independencia. En algunas regiones coincidiremos con la Unidad
Nacional, en otras con el Centro Democrático, y en otras nos enfrentaremos a
ellos, dijo David Barguil, jefe de esa colectividad. Prensa.
Independientemente de la puja
política y partidista normal de estas confrontaciones ideológicas legítimas en
democracia, solo el pueblo en su conjunto espera que sus recursos públicos sean
bien gestionados y ejecutados con justicia social, centro esencial de toda
administración pública; que es a su vez un desafortunado revés generalizado, siendo
más escaso en unas regiones más que en otras.
Han demostrarse nuevos rostros
joviales políticos en aspiraciones a gobernaciones y alcaldías específicamente
y, han de presentarnos un discurso con conocimiento a la causa pública y acorde
a la realidad política, y tendremos otros discursos más visionarios dentro de sus Planes
de Desarrollo Regional conforme a los próximos Presupuestos para la Paz, para
la consecución de más inversiones sociales para lograr minimizar los impactos
antisociales que han creado en nuestras
comunidades estos altos índices de desigualdades sociales aberrantes y de violencias
sistemáticas creadas conjuntamente por el conflicto armado y por la desidia e
ingobernabilidad política.
Porque los que han de ganar
elecciones populares, además de mostrar su apariencia para garantizar
gobernabilidad institucional para todos sus habitantes, deberán velar por la
reparación integral de las víctimas del conflicto en cada una de sus áreas de
gobernabilidad, y no obedecerá a ningún interés al color partidista que fuese
elegido dicho gobernante.
El llamado preelectoral es para
los líderes de los movimientos políticos de cada una de las regiones
colombianas; contribuyendo ellos previamente a un punto de encuentro al
consenso de coaliciones electorales para que los planes de gobernabilidad local
de sus aspirantes sean afines a la agenda pública nacional para la pacificación
del país.
Como no solamente de pan vive el
hombre. Y como no solamente de recursos materiales se requerirán para el área
postconflicto para reparar a las víctimas; vamos a requerir de mucha acción de
fe, esto es: de tolerancia, atención y servicio social. Luego para entonces,
estas líneas de opinión propositivas tendrán un paso adelante. Por supuesto
¡Gloria a Dios!
_Pueblo de Sion, que vives en Jerusalén:
ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oír que gritas pidiendo
ayuda, y apenas te oiga, te responderá_ Profeta, Isaías, Cap. 30.
Saludo, Julio.